La Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales confirmó la aprobación de la reforma del Estatuto del Jugador Profesional, el reglamento laboral de los jugadores de primera y segunda división, tras negociaciones que duraron casi dos años y que tuvieron su punto de inflexión en setiembre de 2023, cuando se paró la actividad profesional durante más de un mes.

Puntos de la historia

Fue en diciembre de 2021 que luego de preaprobar el documento los clubes manifestaron su disconformidad con algunos puntos por entender que no se ajustaba del todo a los intereses de las instituciones, y comenzaron los intercambios que tuvieron tres partes como protagonistas: los clubes, la Mutual y la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

Tanto los futbolistas como la prensa se encargaron de destacar algunos de los puntos del documento como centrales: el salario mínimo de la Segunda División Profesional, el cupo de extranjeros y el protocolo ante lesiones que impiden a los jugadores continuar con la actividad. Tras diversas reuniones en la interna de cada una de las partes y entre sí, la Mutual decidió parar la actividad en setiembre de 2023, por entender que había algunos ítems que debían aprobarse con urgencia, siendo el que decretaba el salario mínimo de la B el principal. Siguiendo en esa línea, el cupo de extranjeros y el sistema de prevención y actuación por lesiones también se destacaron.

Luego de varias instancias de negociaciones y con la fuerte incidencia del paro que el gremio de futbolistas determinó, el punto de inflexión fue cuando se resolvió el tema de los salarios mínimos de los jugadores de Primera y Segunda, que comenzaron a regir el 1° de agosto y que van hasta el 31 de julio de este año. El salario mínimo para un jugador mayor de 21 años en la máxima categoría del fútbol uruguayo es de 59.076 pesos.

En el caso de los futbolistas de Primera División Profesional están divididos en tres franjas. El jugador de 18 a 21 años debe cobrar como mínimo 35.455 pesos, que equivale al 60% del salario total. Los futbolistas menores de 18 años el 50%, es decir 29.538 pesos.

En el caso de la Segunda División Profesional también se divide en tres niveles, y el salario más alto corresponde al 50% de la remuneración de Primera, tal cual el reclamo que llevó adelante la Mutual. El salario para mayores de 21 años pasó a 29.538 pesos; los jugadores de 18 a 21 años cobran 17.723 pesos y los menores de 18 14.769 pesos.

Otros puntos

El tema que aceleró el proceso de aprobación fue la cantidad de extranjeros en los planteles. En cuanto a los jugadores extranjeros, se determinó que de los seis que pueden existir en cada plantel, puede haber cinco en cancha de forma simultánea, es decir, lo que se amplió es la posibilidad de que más jugadores puedan jugar al mismo tiempo, pasando de tres a cinco. El máximo de contratos registrados por equipo pasó a ser de 50 en lugar de 35, algo que a los clubes les interesaba particularmente, por eso desde la Mutual entienden que fue el punto que de cierta forma logró destrabar el conflicto.

Algo similar sucedió con el sistema de lesiones. La Mutual aceptó finalmente el pedido de los clubes: si un jugador lesionado tiene 37 o más años, el club le deberá pagar tres años de su contrato y ya no cinco. Esta cantidad sigue rigiendo para los menores de 37 años, lo que se detalla en el artículo 38, que trata sobre el seguro de lesión y fallecimiento.

En femenino

Una particularidad del estatuto tiene que ver con quienes pueden hacer uso de él. El artículo 2 contiene una definición de futbolista profesional: “Será considerado futbolista profesional aquel que celebre contrato con una entidad deportiva que participe en torneos oficiales de AUF, a través del cual se obligue por tiempo determinado a practicar fútbol para dicha entidad, a cambio de una remuneración”.

De esta concepción se desprende que algunos de los puntos de la reglamentación podrían aplicarse en ciertos casos en el fútbol femenino, por ejemplo para aquellas jugadoras que tengan contrato con la institución a la que pertenezcan, porque se rige por las normas de FIFA, que indican que las normativas se redactan sin distinguir géneros y se pueden aplicar en ambas ramas de la disciplina. Se trata de un punto crucial porque durante el paro de futbolistas los clubes solicitaron que no se redactara en clave de género justamente para evitar el uso de “las jugadoras”, y por ese motivo, al redactar este documento que entró en vigencia, incluyeron una cláusula que intenta delimitar el uso del reglamento por parte de las jugadoras, el artículo 1, que trata del ámbito de aplicación y está delimitado al masculino de acuerdo a los artículos a los que hace referencia, que son artículos de los estatutos de la AUF sobre el fútbol masculino.

El hecho de que pudiera aplicarse en el fútbol femenino generaría incongruencias porque prácticamente ningún equipo del femenino cumple con todas las exigencias que tienen los jugadores varones profesionales; por ejemplo, en el artículo 16 sobre las obligaciones de los clubes, se indica que estos deben “proporcionar a los futbolistas condiciones mínimas para el buen desempeño de su profesión, a saber: vestimenta deportiva, material médico, pelotas, alimentación, complejos vitamínicos, vestuarios con agua caliente, canchas y lugares de concentración en buen estado, desfibrilador en las locaciones donde se desarrollen los entrenamientos o disputas de partidos y todo aquello que se requiera para el correcto desempeño de la profesión”.

Y que “todas las locaciones donde los futbolistas desempeñen su profesión deberán estar en óptimas condiciones de higiene y seguridad” o que “durante la disputa de partidos oficiales deberá contar con servicio de ambulancias, y al menos un carrito y/o camilla de asistencia médica, y personal idóneo capacitado para operar los traslados”, algo que no sucede en el fútbol de mujeres.

La lucha sigue

En paralelo a la aprobación de la reforma del estatuto, la Mutual está trabajando en lo referido a los derechos televisivos del fútbol uruguayo, que los tiene la empresa Tenfield desde 1998, cuando firmó un acuerdo con AUF, compuesto por dos contratos paralelos -debido a que AUF no tiene derechos sobre la imagen de los futbolistas-, uno porque la AUF estaba sólo conformada por clubes y otro por la cesión de los derechos de imagen de los futbolistas a Tenfield.

En 2016 se generó un movimiento para reclamar ciertos derechos laborales, y en ese camino de hacer informes, consultas, conocer el mercado y saber el dinero que se maneja los futbolistas entendieron que Tenfield pagaba un monto menor al que debía por la explotación de la imagen de los futbolistas. La comisión directiva que estaba en ese momento finalizó el contrato, pero Tenfield sigue transmitiendo de la misma manera, sin abonarle a la Mutual por la explotación de imagen de los futbolistas.

“Estamos en un litigio hace varios años por pandemia, cantidades de futbolistas, poderes, etcétera. Se ha dilatado pero está fijada la primera audiencia -si seguimos adelante con la demanda- el 15 de febrero. Tenfield intenta dilatar el juicio, esa primera audiencia es el 15”, explicó Mitchell Duarte, el secretario general del gremio.

Otro de los proyectos en los que actualmente está trabajando el gremio es en el Manual de Competiciones, que ya fue aprobado y entra en vigencia con el torneo Apertura. Según explicó Duarte, los jugadores quieren mejorar el producto, se quiere mejorar el espectáculo que se brinda y las condiciones de los jugadores, como “la limpieza de los vestuarios”, el agua caliente o que los partidos empiecen en hora. Para eso se están formando delegados -oficiales de cumplimiento- que se van a encargar de todo eso, personas ajenas a los intereses de los clubes que van a plasmar de forma objetiva situaciones que se dan en los escenarios para que sean sancionados.