Este fin de semana, en coincidencia con el evento más popular de Paysandú –la Semana de la Cerveza, que concita la atracción de miles de personas a orillas del río Uruguay y ofrece espectáculos artísticos masivos en su hermoso anfiteatro–, se jugó a 40 cuadras de allí, en el estadio Artigas, el primero de los partidos de ida correspondientes a las semifinales de la Copa Nacional de Selecciones. Se trata del campeonato del Interior número 72 desde que se inició con ese nombre y, aunque la presente disputa se denomina 20ª Copa Nacional, han sido siempre lo mismo.

Se jugó en Paysandú, entonces, porque la blanca llamativamente eligió ser primero local y definir de visitante, tal como le había tocado cuando jugó contra Colonia en la fase anterior, pero tal vez también intentando sacar ventaja del desgaste de los minuanos, que la semana anterior ya habían viajado 1.000 kilómetros entre ida y vuelta de Minas a Salto. Los sanduceros consiguieron una buena victoria de 3-1 sobre Lavalleja.

Sin duda, el triunfo puede y debe considerarse un logro importante, pero seguro para los sanduceros quedó minimizado frente a sus expectativas cuando a los 37 minutos de partido ganaban 3-0 y Lavalleja ya estaba con un expulsado.

Desde entonces lo que parecía que se transformaría en una goleada mayor y una condición de juego más accesible, empezó a perfilarse de otra manera. Primero llegó la expulsión de Leo Gómez, uno de los hermanos de Maxi; después, ya en el segundo tiempo, un bonito gol de Samuel Gómez, este Gómez lavallejino, y para terminar de cortar con toda la dulzura de una goleada, Paysandú sufrió la expulsión del otro zaguero central, Nicolás Morales, en el minuto 90.

Como está dicho, Paysandú empezó pasándole por arriba al vigente campeón del interior y anotó un gol de movida, de penal, convertido por el capital e internacional Ignacio Nachito González cuando sólo iban cinco minutos. Duplicó la cifra el riverense Ricardo Laforcada, también de penal a los 32, y luego sumó uno más, cinco minutos después, Juan Andreoli para poner el 3-0 con el que se cerró el primer tiempo.

En el complemento, jugando diez contra diez, el equipo de Carlos Cabillón administró la ventaja, mientras que Lavalleja puso el empeño que tienen los campeones y, a pesar de la incomodidad del marcador y del desarrollo del partido, pudo arrimar, colocar el 3-1 y poner la ilusión un poco más cerca. Quedó a dos goles de ir a penales y a tres de poder seguir defendiendo el título para la revancha que se llevará a cabo en Minas el próximo fin de semana, ya fijado para el sábado 30 de marzo a las 19.15 en el estadio Juan Antonio Lavalleja de Minas.

Poco clásico

¿Será que es la primera vez que el clásico más antiguo de la historia de las selecciones en Uruguay se juega un lunes? Sea o no, es una pena que un partido con tantos años de historia –el primero data de 1912– y tan cercano presente, con un título del Litoral resuelto hace menos de un mes con este partidazo y jugándose de manera obligada en Dolores, no se juegue un domingo. La cuestión es que el atraso de la definición de la llave entre rionegrinos y duraznenses como consecuencia de las tormentas y los desbordes e inundaciones hizo que recién el jueves, casi en las primeras horas del viernes, se conociera el nombre del semifinalista. Finalmente lo logró Río Negro por penales después de que, en Fray Bentos, Durazno le ganara 2-0 e igualara la serie –en Durazno los fraybentinos habían sido los ganadores por ese marcador–. Para que no tuvieran que jugar casi sin descanso, se fijó para este lunes, que por lo menos, al celebrarse la Semana de Turismo, permitirá al público arrimarse al Liebig’s, donde se jugará este partidazo. El partido comenzará a las 21.15 y será televisado por DirecTV y Cardinal TV.

Triperos y papeleros este año ya se enfrentaron cuatro veces y en la cancha ganaron dos veces los mercedarios y dos los fraybentinos, que en Dolores, jugando de visitantes, volvieron a ganar el título del Litoral. Pero en los escritorios uno de los triunfos mercedarios pasó a ser de Río Negro debido a la presencia indebida de su director técnico, que estaba suspendido. Fue precisamente esa situación lo que permitió que los rionegrenses no quedaran eliminados y siguieran disputando un título que al final consiguieron.