Este jueves se determinó la prisión preventiva domiciliaria para tres de los cuatro futbolistas de Vélez Sarsfield acusados de violar a una periodista durante una concentración, en un hotel en San Miguel, Tucumán: Braian Cufré, Abiel Osorio y José Florentín.

Los jugadores fueron acusados por la fiscal Posse de cometer un delito de abuso sexual agravado por la participación de dos o más personas como coautores, y la jueza Eliana Gómez Moreira decidió que tres de los cuatro futbolistas queden detenidos.

La investigación, hasta ahora, determinó que Braian Cufré y José Florentín fueron los violadores de la denunciante, por lo que se les imputó el delito de abuso sexual agravado -por la participación de dos o más personas como coautores-. Abiel Osorio fue acusado de abuso sexual simple, mientras que, el arquero de la selección uruguaya, Sebastián Sosa, fue acusado de abuso sexual agravado en calidad de partícipe secundario, y quedó en libertad condicional a la espera del juicio.

Los otros tres jugadores deberán cumplir con la domiciliaria en la provincia de Tucumán mientras sigue la investigación y tienen prohibido la salida del país por un plazo de 90 días, a pesar de que la fiscal que investiga el caso, María Eugenia Posse, había solicitado al tribunal que los cuatro jugadores queden detenidos por tres meses.

La fiscalía está esperando por el análisis toxicológico de sangre y orina que se le hizo a la denunciante, que aseguró haber consumido una bebida antes del ataque que podría haberla drogado. Los resultados estarán disponibles en 20 días. Mientras tanto, el club les suspendió el contrato a todos.

Fernando Burlando: “Será una lucha entre lo consentido y lo no consentido”

El abogado Fernando Burlando, representante civil de la víctima en Buenos Aires, habló por primera vez tras la denuncia y declaró que en el caso “hay muchas cosas feas, como haberle dejado dinero en su ropa interior”. Puntualmente sobre Sosa, dijo que “aunque no participó activamente en el abuso sexual, fue quien convocó a la emboscada, por lo que también enfrentará dificultades, a pesar de su aparente menor responsabilidad. Para los demás, será una lucha entre lo consentido y lo no consentido”.

A su vez, declaró que la víctima se sintió muy afectada cuando los mensajes se volvieron virales. “No sé si fue Sosa o quién fue el iluminado que filtró los mensajes, pero eso aumentó aún más su indignación”, agregó.

En cuanto a la causa, el profesional sostuvo que “el delito es gravísimo porque es un abuso sexual agravado por la pluralidad de intervinientes. Cuando son dos o más personas eso califica la figura y hace que la pena mínima se establezca en ocho años y la máxima en 20”, confirmó el letrado en diálogo con Radio Mitre.

Además, consideró que “la decisión de detenerlos ya estaba tomada; todo dependía de cómo se expresara la víctima durante la diligencia, y ella se expresó como debía: con la verdad y respaldada por las pruebas que ya tenía la fiscalía”.