En San Pablo, después de un gran primer tiempo, Liverpool perdió 3-1 y quedó en el tercer escalón del grupo F, detrás de Palmeiras e Independiente del Valle, que derrotó a San Lorenzo.

Jean Pierre Rosso hizo el gol uruguayo, lo empató en los descuentos Aníbal Moreno, y en el segundo tiempo José López y Estevão pusieron las cifras definitivas.

Fue una pena y también una variable fundamental dentro del partido que Liverpool, con el excelente primer tiempo que había hecho ante el imponente Allianz Arena, no se hubiese ido a los vestuarios ganando tal como lo había hecho por más de 45 minutos, sin haber pasado siquiera una jugada de peligro. Pero así es el fútbol, y no lo las fuerzas ocultas que empujan a los poderosos.

A los dos minutos, un remate bombástico de Luciano Rodríguez a lo Roberto Carlos generó un rebote del arquero de Palmeiras, Weverton, que permitió el ingreso de Rosso, quien terminó venciendo a la defensa con un impecable recurso técnico para sacar su zurdazo a metros de la línea, y anotó el primer gol del partido. Iban dos minutos de juego cuando el tiro libre de la Perla desde 35 metros, y dos y una decena de segundos cuando Rosso la mandó a guardar. Sin embargo, por problemas técnicos, el gol recién fue convalidado cuando el reloj marcaba ocho minutos.

Bastante inexplicable es lo que pudo haber pasado con la comunicación del VAR, porque se apreciaba claramente que Rosso estaba habilitadísimo cuando el remate de Luciano, pero, por alguna razón, seguramente de índole técnica o de audio o de trazado de líneas, tardaron todo ese tiempo en validarlo.

Después, dos minutos de juego, y por el resto de los otros 43 hasta que empató Palmeiras, Liverpool hizo un gran partido, pero no defendiendo ni colgándose del travesaño, sino haciendo circular la pelota cuando la tenía, marcando con muy buena estrategia colectiva ocupando los espacios y, encima de todo eso, tirando un par de lindos contragolpes.

Los jóvenes de Belvedere –que encima estaban sin el paraguayo Miguel Samudio, que debió salir lesionado a los 15minutos– lo hicieron muy bien. La previsible línea de cinco con que parecía que iba a jugar el equipo uruguayo casi nunca fue tal y Kevin Amaro fue mucho más extremo por la derecha que lateral.

Lo cierto es que en el minuto 51, después de una tal vez exagerada precaución de la defensa y de Lentinelly ante un saque lateral tan largo como un centro al punto penal, el arquero salteño la mandó al córner y del tiro de esquina vino el cabezazo de gol de Aníbal Moreno.

El segundo tiempo fue otra cosa. Fue un desborde futbolístico y de confianza de Palmeiras, que atacó, atacó y atacó, y José Flaco López y Estevão, el jovencito de 16 años a quien llaman Messinho, empezaron a hacer la diferencia. El ingreso del desequilibrante Rony, bicampeón de la Libertadores con Palmeiras, tuvo mucha influencia en la gran gestión de los palmeirenses en su mejor faceta: la de atacar por todos lados.

Si Liverpool logra establecer juego como en el primer tiempo, seguro podrá luchar por seguir en competencias internacionales.