Después de que hace 94 años se jugara, en 1930, en Uruguay la primera Copa del Mundo masculina, este viernes en Bangkok, Tailandia, el Congreso de la FIFA aprobó que el próximo Mundial femenino, a jugarse en 2027, sea en Brasil. Será el primer mundial de mujeres que se jugará en Sudamérica.

Sobre un total de 197 voluntades que representan a naciones reconocidas futbolísticamente por la FIFA, la postulación brasileña ganó por 119 votos contra 78 para organizar el décimo de los mundiales femeninos. Brasil fue elegido la sede al imponerse frente a la candidatura conjunta que conformaron Bélgica, Países Bajos y Alemania.

El vecino país obtuvo una puntuación más alta que sus rivales de Europa, según el informe de evaluación de la FIFA, que destacó el “tremendo impacto del fútbol femenino en la región” que tendría la organización del Mundial femenino en Latinoamérica.

Maracaná una vez más

La candidatura de Brasil incluye diez de los estadios que fueron utilizados para el Mundial masculino de 2014. El partido inaugural y la final se jugarán en el Maracaná de Río de Janeiro, que ya fue testigo de dos mundiales masculinos, el de 1950 que ganó Uruguay y el del 2014 obtenido por Alemania.

Los otros estadios serán el Neo Química Arena, en San Pablo; el Mané Garrincha, en Brasilia; el Mineirão, en Belo Horizonte; el Arena Fonte Nova, en Salvador; el Beira-Rio, en Porto Alegre; el Arena de la Amazonía, en Manaos; el Arena Pantanal, en Cuiabá; el Arena Castelão, en Fortaleza, y el Arena Pernambuco, en Recife.

El presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ednaldo Rodrigues, presentó la decisión de la FIFA como “una victoria para el fútbol latinoamericano y para el fútbol femenino en América Latina”. “La decisión de la FIFA tendrá un gran impacto positivo en el fútbol femenino brasileño y en la vida de millones de mujeres en Brasil. Además de invertir en la organización del Mundial, toda la cadena productiva del fútbol femenino en Brasil y Sudamérica dará un enorme salto adelante en su desarrollo”, dijo.

La delegación brasileña incluía a las exjugadoras Aline Pellegrino, que es la actual directora de Competiciones Femeninas de la CBF, Formiga (la única futbolista que ha disputado siete mundiales), así como al ministro de Deportes, André Fufuca.

“Quiero felicitar a todas las mujeres que trabajan y han trabajado, a las pioneras y a las actuales atletas, por este Mundial de 2027. Es una victoria para el fútbol femenino. Estoy segura de que tenemos potencial para hacer el mayor Mundial Femenino de la historia”, declaró Aline, quien jugó en las ediciones de 2004 y 2007.

“Dedico también esta victoria a nuestros hermanos de Rio Grande do Sul, que sin duda será uno de los estados anfitriones del Mundial Femenino de 2027. Quiero reiterar el compromiso del presidente Lula y del gobierno federal para ayudar a reconstruir el Estado. No escatimaremos esfuerzos para que nuestro pueblo pueda recuperarse en el menor tiempo posible y que juntos podamos celebrar otras victorias para Brasil”, dijo el ministro Fufuca, según consignó la Agencia Brasil de Noticias.

La clasificación automática de Brasil entre las 32 selecciones que participarán en el Mundial de mujeres del 2027 abre la posibilidad de un cupo más para las sudamericanas, y tal vez esa primera soñada presencia de Uruguay en los mundiales femeninos.