José María Giménez habló con el programa Convocados de El Espectador Deportiva. Sobre la selección uruguaya, dijo: “Estoy en plenitud y tranquilo. Quiero seguir compitiendo a gran nivel para seguir jugando por Uruguay. Lo voy a hacer hasta que el cuerpo me deje; uno empieza a procesar los años. No voy a ser egoísta conmigo mismo ni con la selección”.
Entre los repasos de los mejores momentos de su carrera vestido de celeste, recordó: “El gol a Egipto en el Mundial del 2018 en Rusia es, por lejos, el momento más especial con Uruguay. Salí a festejar para el lado donde estaba mi padre, lo vi llorando, fue muy emotivo”.
Josema debutó muy joven y, por más que parezca un veterano, apenas tiene 30 años. Ya carga en su espalda experiencia sobrada para ser el capitán de la selección: “Tener la cinta es dejar de lado los sentimientos personales para pensar en el grupo. Tengo que seguir el legado de los que vinieron detrás y me enseñaron mucho”.
”Quiero retirarme en Danubio”
Es difícil presagiar el futuro; son muchos imponderables los que pueden incidir en la carrera de un futbolista. “Cuando armo la carrera en mi cabeza, me sale perfecta, pero después la realidad te puede ir llevando por distintos caminos. Quiero terminar jugando en Uruguay”, contó.
Gimenez tiene el objetivo en la mira: “Siento que estoy en deuda con Danubio porque estuve muy poco tiempo; jugué menos de 20 partidos. No pude ni siquiera hacer un gol con esa camiseta; tampoco quiere decir que si vuelvo, voy a hacer un gol. Pero mi sueño es retirarme con la camiseta de Danubio. Me encantaría poder disfrutar de mi último tiempo en el club; no quiero ir destrozado para ser una carga”.
Además, declaró que “de chico fui hincha de Peñarol y Nacional”, pero que su sentimiento es franjeado: “Por más que haya ido a ver a los grandes a sus estadios, soy hincha de Danubio. La gente lo sabe. Voy porque me gusta el fútbol, pero quiero a Danubio, que me dio todo”.