Pasó un nuevo clásico entre Nacional y Peñarol. El Gran Parque Central fue una fiesta desde temprano, aunque también hay que decir que volaron un encendedor y una petaca de whisky y casi la empañan. Adentro, salvo momentos, el partido fue discreto, con cúmulos de errores para ambos lados, impreciso y hasta con pocas chances claras de gol.

Con lo colectivo funcionando por debajo de la línea, hubo individualidades que sacaron sus equipos adelante. En el local se destacó Jeremía Recoba, que una vez más volvió a convertirle a Peñarol; además, Luis Mejía, Sebastián Coates y Luciano Boggio también hicieron méritos para ser nombrados. En Peñarol el mejor fue Rodrigo Pérez, que va ganando en solidez desde que le toca jugar más seguido; junto con él, Maximiliano Silvera estuvo participativo.

Quienes no rindieron lo esperado fueron las figuras de cada equipo, Nicolás López y Leonardo Fernández, ambos faltos de claridad y con poca precisión a la hora de los pases y los tiros.

Uno por uno de Nacional

Luis Mejía (6): el panameño es sinónimo de atajar dos o tres pelotas de gol por partido; jugador clásico, no desentonó en este, más allá de que fue poco exigido (atajó muy bien un tiro de Pérez).

Lucas Morales (4): igual que en el clásico pasado, le buscaron la espalda y lo complicaron; el gol carbonero vino tras un quedo suyo.

Sebastián Coates (6): el capitán impuso su presencia en el centro de la zaga tricolor y sacó todo lo que pasó a su lado, tanto por abajo como por arriba.

Julián Millán (5): una vez más mostró dos caras: seguridad en la marca, pero deficiencia a la hora de salir jugando.

Gabriel Báez (5): en el primer tiempo tuvo a maltraer a la banda derecha de Peñarol; en el complemento se fue apagando hasta casi no desdoblarse al ataque.

Nicolás Rodríguez (4): le está costando bastante adaptarse a jugar en el centro de la cancha; fue sustituido comenzado el segundo tiempo.

Christian Oliva (5): mete, raspa, se gana el respeto en la mitad de la cancha, pero también se desdobla y busca conectar con el ataque; la poca nota es porque hizo demasiadas faltas.

Luciano Boggio (6): había llegado en la semana y lo mandaron a la cancha de titular; demostró por qué lo trajeron: dinámico, criterioso en el armado del juego, siempre mostrándose participativo para que le dieran la pelota; además, tiró el centro del gol tricolor.

Diente López (5): se espera más de él. No que muestre su elegancia, sino que involucre a todos sus compañeros para tener mejor juego colectivo, cosa que no consiguió esta vez.

Jeremía Recoba (6): se va erigiendo en un jugador clásico, con todo lo que eso significa. Meter un gol de taco en un clásico es para los elegidos, y ahí estuvo Recoba; no se entendió su salida.

Diego Herazo (5): su inclusión en la oncena titular fue una sorpresa; luchó lo que pudo, pero no tuvo chances de gol. Cuando estaba en su mejor momento lo sacaron.

Lucas Villalba (5): el tiempo que jugó hizo más que Nicolás Rodríguez, a quien sustituyó; buscó ganarle a Maxi Olivera y desde ahí creó algunas buenas situaciones.

Rómulo Otero (5): le tocó sustituir a Recoba; este le dejó la vara muy alta y el venezolano no pudo hacer casi nada con eso.

Eduardo Vargas (5): jugó 20 minutos, era para lo que estaba; no pudo incidir ni involucrase en nada que se pareciera a una jugada de gol.

Mauricio Peyrera (-): apenas cinco minutos en la cancha.

Uno por uno de Peñarol

Martín Campaña (5): se quedó con la titularidad y no es poca cosa. Cuando lo exigieron, actuó bien. No pudo hacer nada en el gol de Recoba y recibir ese tanto le generó un poco de nerviosismo de cara al cierre del partido.

Damián Suárez (4): perdió más de las que ganó; Recoba fue un martirio para él, sobre todo jugándole en velocidad. Con tanta tarea defensiva, no pudo casi subir.

Javier Méndez (5): fue de menos a más; su mejor momento se vio en el segundo tiempo, prácticamente en la media hora final, en la que ganó todos los duelos.

Leonardo Coelho (5): hizo una tarea similar a la de su compañero de zaga; le costó encontrarle la vuelta a la marca sobre Herazo, jugador físico si los hay.

Maximiliano Olivera (4): había tenido un primer tiempo tranquilo en defensa, pero el ingreso de Villalba le complicó la vida en el complemento; no pudo desdoblarse al ataque.

Ignacio Sosa (6): le tocó entrar de titular ante la lesión de Eduardo Darias; hizo muy buen despliegue en la mitad de la cancha, corriendo prácticamente todo el partido.

Rodrigo Pérez (6): no basta hacer goles para ser el mejor de un partido clásico, más si sos volante; Pérez, en un partido que ya se dijo discreto, estuvo por encima de la media, exigió a Mejía cuando pudo y dio la asistencia de gol de su equipo.

Lucas Hernández (5): cuando empezó el partido sorprendió su posición casi de volante central; después se fue tirando a la izquierda, pero no pudo incidir.

Jaime Báez (5): es más delantero que volante, pero le tocó ser mediocampista dentro de un planteamiento defensivo de Peñarol; estar atento atrás hizo que no pudiera desplegar su habitual velocidad en ataque.

Leo Fernández (5): muy poco de quien Peñarol espera bastante. Quiso jugar pegado al nueve, pero no encontró los espacios necesarios para jugar con libertad. Además, no estuvo preciso en los tiros libres que le tocaron.

Maximiliano Silvera (6): dicen que no es goleador, pero la mandó a guardar y no fue poca cosa; además, siempre inquietó las espaldas de la última zona tricolor.

Javier Cabrera (5): hace un tiempo perdió la titularidad y, desde ese entonces, le está costando un montón volver a ser el jugador desnivelante que supo ser en 2024.

Pedro Milans (5): jugó poco más de 25 minutos y se lo vio más firme que Suárez, a quien sustituyó.

Diego García (5): Diego Aguirre lo usa como revulsivo para los segundos tiempos, pero esta vez no pudo, más allá de que lo buscaron poco y nada.

Alexander Machado (-): apenas cinco minutos para sentirse feliz de haber debutado en un clásico con la de Peñarol.