María Eugenia nació en Montevideo, en el barrio Colón, estudió en la Universidad ORT y realizó un intercambio en Chile antes de irse a estudiar a la Universidad de Leeds. Actualmente vive en Washington y trabaja en el sector de infraestructura y energía del Banco Interamericano de Desarrollo [BID].

¿Siempre tuviste vocación por la economía?

Siempre tuve vocación por ayudar a los demás, es lo que realmente me motiva. Creo que es muy difícil a los 16 o 17 años poder entender las implicancias de decidir por una u otra carrera. En aquel momento, en la orientación de economía del último año de liceo no había ni siquiera una materia de economía; muy paradójico. Cuando empecé a estudiar Economía en la Universidad ORT me encantó, porque precisamente me daba la oportunidad de poder contribuir a través de mi profesión, aunque sea con un granito de arena, a mejorar la vida de las personas.

¿Cuándo empezaste a considerar la idea de irte a estudiar afuera?

Cuando estaba cursando la licenciatura tuve la oportunidad de estudiar un semestre en la Universidad de Chile por medio de una beca. Fue una experiencia muy enriquecedora en todo sentido. Fue muy desafiante a nivel académico, porque era un sistema educativo diferente, pero también a nivel personal, porque era la primera vez que vivía en el exterior. Luego volví y, antes de recibirme de economista, empecé a trabajar en el sector transporte. ¡Desde el primer momento me fascinó! Tenía muchas ganas de seguir estudiando y de profundizar en la economía del transporte, que era exactamente lo que estaba haciendo. Es un campo bastante específico y la oferta de estudios no es muy amplia, pero tiene excelentes propuestas. Después de mucha búsqueda elegí estudiar en el Instituto de Transporte de la Universidad de Leeds, porque es una de las instituciones líderes a nivel mundial en investigación y educación en el sector. Además, porque la maestría en Economía de Transporte era precisamente la combinación de mis dos áreas de interés. Era la oportunidad perfecta para estudiar la interacción entre ambas en profundidad.

¿Qué consejos le darías a alguien que está pensando hacer lo mismo?

Para alguien que esté pensando en estudiar en el exterior, diría que lo más importante es la motivación y la decisión de hacerlo. Después el camino para lograrlo puede ser un poco más largo o un poco más corto. A veces puede parecer que hay demasiados obstáculos, como obtener financiación o el proceso de preparación de los requerimientos para las admisiones, pero lo importante es tomar la decisión de empezar, buscar y rebuscarse. En mi caso, tuve que dedicar poco más de un año de estudio para alcanzar el nivel de inglés requerido, y finalmente, después de varias vueltas, lo logré. Lo otro fundamental es encontrar un tema que les apasione, que puedan definir de antemano que áreas realmente les interesan para poder profundizar, pero al mismo tiempo aprovechar para enriquecerse de enfoques más multidisciplinarios.

¿En qué estás trabajando?

Trabajo en el sector de infraestructura y energía del BID. Formo parte del equipo que preparó la publicación insignia del BID, Desarrollo en las Américas 2020: de estructuras a servicios, sobre servicios de infraestructura en América Latina y el Caribe. Nuestro trabajo busca cambiar el foco de las estructuras a los servicios. Dejar de pensar en términos de pavimentos, tuberías y torres de alta tensión, y poner el foco en el tipo de servicios que reciben las personas. Asegurarse, por ejemplo, que los ómnibus lleguen en hora y que haya servicios ininterrumpidos de agua y electricidad. En particular, mi trabajo se centra en temas relacionados a la calidad, asequibilidad y accesibilidad de los servicios de transporte.

¿Algo que hayas aprendido en todo ese proceso?

Todas las experiencias que uno va viviendo te van enriqueciendo y marcando de una u otra manera. En particular, la experiencia de la maestría fue un antes y después a nivel personal y profesional. Me dio una perspectiva nueva sobre mi experiencia como usuaria de transporte y moldeó y enriqueció las contribuciones que como economista de transporte puedo hacer. También la oportunidad de conocer distintas realidades. Trabajar con distintos países de la región y vivir en el exterior te ayuda a redimensionar el valor de los logros que como país hemos alcanzado. Sin duda tenemos mucho para mejorar, pero es sumamente importante no perder de vista cuáles son nuestras fortalezas.

¿Pensás volver?

Sí, seguro que sí. Lo que es un poco más difícil de saber es exactamente cuándo. Los proyectos a futuro que tenemos con mi esposo están en Uruguay, pero vivir en el exterior nos ha enseñado a ser más flexibles y abiertos a nuevas oportunidades que puedan ir surgiendo. También a aceptar y disfrutar que los planes pueden ir cambiando.

¿Un libro de economía apto para todo público?

Les voy a recomendar uno de mis libros favoritos para aquellos a quienes les interesa la economía y el transporte: Inequality in Transport (Desigualdad en el transporte), de David Banister. El libro es un poquito técnico, pero tiene unas partes súper interesantes donde aborda, de manera dinámica e ilustrativa, el problema de la desigualdad y las vinculaciones con el sector transporte.

Otro libro que me gustaría recomendar, y que me encanta, es el libro Ágilmente, de Estanislao Bachrach. Si siempre pensamos de la misma manera, vamos a obtener los mismos resultados. Si bien este libro se escapa de la economía y del transporte, es genial para explotar la creatividad y para descubrir nuevas formas de pensar y nuevas soluciones. Eso es fundamental para cualquier disciplina.