El Supremo Tribunal Federal de Brasil tratará esta semana la decisión del juez carioca Benedito Gonçalves, quien ordenó separar a Wilson Witzel por 180 días del cargo de gobernador de Río de Janeiro a pedido de la Fiscalía. Haciéndose eco de la investigación judicial, Gonçalves aseguró en su sentencia que Witzel y su esposa Helena formaron parte de un “grupo criminal” que “actuó y continúa actuando, desviando y lavando recursos en plena pandemia, sacrificando la salud y hasta la vida de miles de personas, en total desprecio al mínimo sentido de humanidad y dignidad”.

De acuerdo con la acusación, a través del estudio de abogados de su esposa Witzel y sus allegados más cercanos desviaron 100.000 dólares que debían ser destinados a la construcción de hospitales de campaña y a la compra de respiradores y medicamentos para atender la pandemia de coronavirus. Este caso también está siendo investigado por una comisión de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro que analiza si promover un juicio político contra Witzel, un proceso que ahora se suspendió.

La Fiscalía de Río de Janeiro emitió un comunicado en el que indicó que estos desvíos se enmarcan dentro de un esquema más grande que se instaló cuando Witzel asumió el gobierno, el 1º de enero de 2019. “Desde la elección de Witzel se estructuró en el gobierno estadual una organización criminal [...] que ejerció el poder mediante el pago de sobornos”, sostuvo.

Los desvíos de fondos para el coronavirus fueron a través de un esquema suprapartidario, indica la Fiscalía. Dentro del Partido Social Cristiano que integra Witzel también está siendo investigado Everaldo Pereira. El ex candidato presidencial (2014) también conocido como Pastor Everaldo fue detenido el viernes, acusado de intermediar en contratos fraudulentos. Además, es investigado como integrante del esquema de corrupción el presidente de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, André Ceciliano, del Partido de los Trabajadores.

Irónicamente, el cargo de Witzel será asumido por el vicegobernador, Claudio Castro, quien también está siendo investigado por este esquema.

Wilson Witzel: ex aliado de Jair Bolsonaro

Witzel era un aliado del ahora presidente, Jair Bolsonaro. En la última campaña ambos promovieron un discurso contrario a la corrupción y al Partido de los Trabajadores, a la vez que promovían la mano dura y el hacer política desde la religión evangélica. La llegada de Witzel al gobierno de Río, después de que renunciara a su carrera como juez para participar en la campaña, fue leída como una victoria de Bolsonaro en uno de los bastiones más importantes de Brasil.

Sin embargo, la relación entre ambos se tensó cuando Witzel insinuó que podría aspirar a la presidencia en 2022 y terminó de romperse con la llegada de la pandemia: el gobernador carioca fue de los primeros en recurrir a la cuarentena, una medida duramente criticada por Bolsonaro.

El suspendido gobernador de Río responsabilizó a esa enemistad al ser suspendido del cargo. Aseguró que se trata de “un ultraje a la democracia” promovido por un juez cercano a la familia Bolsonaro que, sostuvo, lo ataca “sin pruebas”. “Intereses poderosos me quieren lejos del gobierno”, agregó.

Por su parte, Bolsonaro se refirió a este tema ante un grupo de seguidores: “Parece que Río se está prendiendo fuego”, bromeó.