Dos de cada tres empresarios consultados por KPMG respondieron que la economía crecerá a mediano plazo (tres años) entre 0% y 3%, mientras que uno de cada tres cree que su empresa se expandirá a esos niveles. Hay un tercio que entiende que Uruguay crecerá entre 3% y 5%, y proyecta que su compañía lo haga en igual magnitud. Al tiempo que otro tercio de los ejecutivos imagina a su empresa teniendo niveles negativos (8%) o una expansión de 5% o más (28%).
Esto se desprende de un sondeo que realizó KPMG entre noviembre y diciembre de 2021 mediante una encuesta que respondieron “directores, gerentes generales y gerentes financieros de 84 empresas provenientes de diversos sectores de actividad, con una dotación media de 245 trabajadores”.
Tras recabar las opiniones sobre las perspectivas a mediano plazo, la consultora evaluó que “las firmas que contestaron la encuesta son moderadamente optimistas acerca de la consolidación de un sendero de expansión de la economía nacional en los próximos tres años”.
La moderación queda de lado al ser consultados sobre el clima de negocios, ya que las respuestas muestran el mejor nivel en la última década —la encuesta se realiza desde 2012—. Solo 2% consideró “malo o muy malo” el clima de negocios en Uruguay, menor valor histórico y una franca mejoría respecto a 2018, por ejemplo, cuando 48% lo cuestionaba. Un 20% lo evaluó como neutro y 78% como “bueno o muy bueno”. Entre 2012 y 2019 las respuestas positivas sobre el clima de negocios nunca fueron más de la mitad, hasta 2020 que creció 36 puntos porcentuales hasta 60%.
“Se verificó una importante mejoría en la percepción del clima de negocios, consolidando una tendencia rupturista que alcanza niveles históricos”, analizó KPMG. Además, destacó que con estos resultados se salió “del saldo nulo o negativo [sobre la percepción del clima de negocios] que se había registrado en los cinco años anteriores a la pandemia”.
Al indagar más en la visión de los ejecutivos, se observa que la seguridad jurídica es el aspecto más destacado —99% lo evalúa positivamente—, seguido por la estabilidad macroeconómica (88%), el régimen de promoción de inversiones (86%), la disponibilidad de financiamiento (74%), la calidad de recursos humanos (59%), la política comercial y de acceso a mercados (54%) y la calidad de la clase política (51%). Los factores peor evaluados son el régimen tributario y la legislación laboral, ambos con 35% de respuestas positivas.
Por otro lado, los empresarios al ser preguntados por “el principal problema que enfrenta la economía uruguaya en estos momentos”, mencionaron al igual que en años anteriores la competitividad. Por ello, se los consultó sobre qué factores inciden en que el país no sea más competitivo, y casi 30% respondió “los costos salariales”, 27,2% “la presión fiscal” y 15% “el nivel elevado de tarifas”. En tanto que “las regulaciones administrativas, el grado de apertura de la economía doméstica al comercio internacional y la dificultad para conseguir recursos humanos capacitados figuran como factores de escasa incidencia para explicar los problemas de competitividad”, indicó KPMG.
Inflación y dólar
La mayor cantidad de respuestas de los empresarios (53,1%) apuntan a una inflación al cierre del año que comienza entre 7% y 9%, lo que marcaría otro año sin que ingrese en el rango meta oficial. En menor medida, pronosticaron un aumento de precios de entre 5% y 7% —lo hicieron 35,8% de los consultados—, y los menos valores menores a 3% o mayores a 9% —lo dijeron 3,7% y 7,4% de los encuestados—.
Sobre la previsión del valor del dólar, 30% prevé que estará entre 46 y 47 pesos al final del año, es decir algo más de dos pesos por encima del actual nivel interbancario. 22% dijo esperar un dólar entre 45 y 46 pesos; 21% entre 47 y 48 pesos; mientras que 16% entre 44 y 45 pesos.
La recuperación pendiente
Tomando las respuestas de los consultados, se observó que en comparación con 2019, año prepandemia, 43% no logró recuperar sus niveles de venta, mientras que 35% evaluó “haberse recuperado” y 22% indicó que no fue afectado por la crisis.
El nivel de facturación en 2021, según los empresarios, se caracterizó por “menor margen y mayor cantidad vendida” (25,9%). En menor magnitud, opinaron que en el año hubo “menor margen y menor cantidad vendida” (21%), “mayor margen y mayor cantidad vendida” (14,8%), e “igual margen y mayor cantidad vendida” (13,6%).
Asimismo, 70% respondió que realizó “un ajuste de precios” en el año, valor 26,4 puntos porcentuales mayor al registrado en la encuesta previa. Según KPMG, se trata de “un intento de recuperar alguna fracción de las pérdidas sufridas en 2020”. ¿Qué motivo los llevó a subir los precios? Los ejecutivos respondieron en igual cantidad dos respuestas: “Un pasaje a precios de la variación del tipo de cambio nominal y el aumento de costos laborales”. Otros factores mencionados fueron “el costo de la materia prima importada” y por “recomposición de márgenes”.
Acerca del personal empleado, 43,2% de los empresarios dijo haber mantenido el nivel de trabajadores, al tiempo que 23,5% lo incrementó y 13,6% lo redujo, sea con envíos al seguro de paro o despidos.
En materia de empleo, la perspectiva de los ejecutivos en un 50,6% es continuar igual; mientras que 34,6% dijo que aumentará los puestos y 14,8% que los disminuirá. En virtud de esto, KPMG espera “que persista el dinamismo en el mercado laboral durante 2022, ya sea por la vía de la incorporación de desempleados al mercado laboral, o por un aumento de la movilidad de los trabajadores entre diferentes firmas”.
Asimismo, 59% de las empresas relevadas “planea llevar a cabo inversiones en activo fijo durante el año siguiente, siendo este el mayor porcentaje registrado desde 2013”, lo que muestra “el gran impulso que ha tenido la inversión en la salida de la recesión”. 71% de quienes invertirán lo harán “con la finalidad de incrementar el stock de capital fijo en términos netos” y 29% para “reponer” el nivel precio. El motivo principal por el que invertirán es “para aumentar la productividad” (62,5%), seguido por la intención de “ampliar la capacidad instalada ante el crecimiento esperado de la demanda” (29,2%) y aprovechar el “nuevo régimen de promoción de inversiones [el gobierno amplió los beneficios]” (27,1%).
Más crecimiento general que sectorial
Para este año 89% de los ejecutivos creen que las perspectivas para la economía uruguaya son “mejores” frente a 2021, 10% que son iguales y 1% peores. El nivel de respuestas positivas no varía según el tipo de empresa, aunque en las de pequeño porte hay 6% que ve peores las perspectivas. A su vez, hay un 87,7% que ve mejores posibilidades para su empresa este año y 77% para la industria en su conjunto.
Mayoría mantiene el teletrabajo
Según el informe difundido por KPGM, se buscó mediante esta encuesta conocer la valoración de los empresarios sobre el teletrabajo, modalidad que cobró fuerza en los últimos dos años producto de las restricciones que trajo la pandemia. 88% de las organizaciones abarcadas hizo trabajo a distancia, con un 52% que fueron “firmas que generaron la experiencia mixta” y 36% que “abandonaron la práctica de la virtualidad” al bajar el riesgo sanitario.
Hay un 57% que respondió que prevé mantener el teletrabajo en modalidad mixta hacia adelante. KPMG analizó que hay una “prevalencia del esquema híbrido, como forma mayoritaria de organizar el trabajo”, esperando que sea un mecanismo que “se estabilice en los próximos años, pudiendo incluso verse flexibilizado el régimen de horas diarias de trabajo”.
Igualmente, la consultora apuntó que se visualizan “grandes diferencias” según el tamaño de la empresa en relación con el teletrabajo. En las empresas de mediano porte, 41% proyecta aplicar un formato mixto, mientras que esto sube a 67% en las firmas grandes, contra 44% y 28% respectivamente de respuestas contrarias al teletrabajo. “Una hipótesis factible para la existencia de esta heterogeneidad”, según KPMG, es “la disponibilidad del uso de tecnología de avanzada para el enforcement de la fuerza laboral, a medida que la escala crece”.