No solo la fortuna es ciega, sino que hace
ciegos a aquellos a los que favorece.1

Hace poco la ministra de Economía realizó un balance de la situación económica del país en 2021. Posteriormente, el presidente hizo lo propio en su rendición de cuentas ante la Asamblea General. Las valoraciones acerca de los planteos realizados en estas oportunidades no se hicieron esperar. Si se agrupara lo expresado por tirios y troyanos en los días siguientes se podría construir una imagen similar al cuadro del pintor neerlandés M. C. Escher que se muestra a continuación.

Foto del artículo 'Datos y un relato: ingresos del trabajo y renta empresarial'

Si el lector observa las imágenes negras, dirá que los caballos del cuadro se están desplazando de izquierda a derecha; si, en cambio, mira las blancas, sacará la conclusión contraria. La imagen al igual que la realidad es una sola, compuesta por partes que pueden entrar en contradicción, partes que se mueven en un sentido y otras que lo hacen en sentido contrario. La realidad es aquello que, cuando uno deja de creer en ello, no desaparece.

Cuál sería la respuesta correcta a la siguiente interrogante: ¿hacia qué lado se desplazan los caballos del cuadro? Algunos podrán pensar que la pregunta está mal formulada, que no tiene respuesta. ¿Es correcta esta afirmación? Supongamos que Juan responde que los caballos se desplazan de izquierda a derecha.

De la respuesta se desprende que Juan prioriza el movimiento de los caballos negros. Esto puede ser consecuencia de una mirada no neutra, lo que no quiere decir no rigurosa. Es un error pensar que para ser riguroso se debe ser neutro. Supongamos que los caballos negros representan a los trabajadores y los blancos al resto de la sociedad. El analista puede estar interesado en particular en la situación de los trabajadores y nada impide que pueda analizar su movimiento de manera rigurosa. Cuando Galileo Galilei analizó el movimiento de la tierra optó por el análisis de un planeta en particular. Esto no le hizo perder objetividad. Dicho sea de paso, le costó muy caro.

El análisis que sigue no es neutro. Se parte de una sencilla premisa: para que mejore la situación de un país debe mejorar la situación de sus sectores más vulnerables. Esta definición constituye un parteaguas que obliga a abandonar enfoques centrados en la evolución del PBI, que recoge un promedio de situaciones que pueden ser muy diferentes. El foco estará puesto en lo sucedido con los ingresos derivados del trabajo y con la renta de las empresas. El sol brilla en todas partes, pero algunos no ven más que sus sombras.2

El camino de las migas de pan

Buena parte de los análisis y debates en torno a la situación económica del país se basan en información que surge de encuestas realizadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Usándolas adecuadamente, cosa que lamentablemente no siempre sucede, se puede obtener información con márgenes tolerables de error. No obstante, la información que se usa en el análisis que se presenta a continuación no surge de encuestas.

¿Quién no recuerda el famoso cuento “Hansel y Gretel”? Dos hermanos abandonados en un bosque dejan migas de pan por el camino para poder regresar a casa. Guiado por esa imagen, uno se puede proponer encontrar las migas de pan que indiquen un posible camino para analizar lo sucedido en 2021 con los ingresos derivados del trabajo y con la renta de las empresas. Como estrategia para encontrar ese camino se sigue la huella que deja el pago de impuestos. Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias.

Evolución de los ingresos derivados del trabajo

En enero de 2021 se ajustó el valor de la BPC por la variación del Índice Medio de Salarios. Como consecuencia, la tasa promedio de IRPF por rentas del trabajo se mantuvo constante. Si la tasa promedio no se modifica, la tasa de variación de la recaudación del IRPF puede usarse como una buena aproximación de la evolución de los ingresos derivados del trabajo.3

Empleando este indicador surge que los ingresos derivados del trabajo crecieron 1,3% en 2021 a precios constantes. En igual período el incremento de los ingresos del conjunto de la población, reflejado por la variación del PBI, fue sensiblemente mayor; si se confirman las proyecciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), sería 4,5%. Por tanto, los ingresos no derivados del trabajo crecieron más que el PBI.

A efectos de complementar el análisis de los ingresos del trabajo puede considerarse lo que pasó con su principal componente, la masa salarial, entendida como la suma de todos los salarios percibidos por trabajadores. Para esto no podemos emplear la huella impositiva, así que vamos a recurrir a la información sobre la cantidad de personas ocupadas en el país y de la evolución de los salarios que elabora el INE a partir de encuestas.

De la información del INE surge que la ocupación en 2021 creció 3,1%, mientras que los salarios reales cayeron 1,5%. Como consecuencia de estas dos variaciones de signo contrario, la masa salarial a precios constantes creció 1,5%. Como era de esperar, el resultado obtenido para la variación de la masa salarial es semejante al obtenido para la totalidad de los ingresos derivados del trabajo.

Como los ingresos derivados del trabajo crecieron 1,3%, en la medida que el producto crezca 4,5% en 2021 como estima el MEF, su participación en los ingresos totales de la economía disminuirá. Si el maíz crece desparejo, alguna razón habrá.

Evolución de la renta de las empresas

Siguiendo la huella que deja la recaudación del Impuesto a las Rentas de la Actividad Económicas se observa un crecimiento de 7,9% en la renta empresarial a precios constantes. ¿Cómo interpretar este crecimiento? En primer lugar, no se debe confundir la renta fiscal, que es la que determina el monto a pagar de IRAE, con la renta económica. No obstante, si bien el valor de estos dos conceptos no es el mismo, sus tasas de variación entre dos años consecutivos se pueden asumir semejantes.

En segundo lugar, hay que tener en cuenta que si una empresa en un año tiene pérdidas, estas se descuentan a efectos de determinar el pago del impuesto del resultado económico de los años siguientes. Más concretamente, en 2021 las empresas pagaron por la renta generada en dicho año, abatida por las pérdidas de 2020.

Dado que el PBI cayó significativamente en 2020, no es de extrañar que muchas de las empresas hayan tenido en ese año pérdidas fiscales, por tanto, el crecimiento de la renta fiscal de 2021 sería superior al 7,9% mencionado previamente. Este crecimiento fue sensiblemente mayor al de los ingresos derivados del trabajo. Cabe destacar que este análisis es válido para contribuyentes del IRAE, por tanto, se refiere exclusivamente a empresas grandes y medianas, no refleja la realidad de las empresas chicas.

El análisis precedente se puede complementar con la huella dejada por el pago de IRPF por rendimientos del capital. Recordamos al lector que en nuestro país la imposición a la renta de las personas físicas separa las rentas del trabajo de las rentas del capital, por tanto, es factible analizar la huella que deja la imposición a estas últimas.

Al comparar la evolución de la recaudación de este impuesto surge que las rentas del capital, en las que se incluyen las derivadas de los arrendamientos, los incrementos patrimoniales y el rendimiento por colocaciones bancarias y dividendos y utilidades distribuidas, crecieron 11,9% en 2021 a precios constantes. La dinámica económica en 2021 estuvo signada por el tú o yo en momentos que, más que en otros, se requería que predominara el tú y yo.

Zapatero a tus zapatos

Un importante determinante de la evolución de las rentas del trabajo es la política salarial. ¿Por qué el Poder Ejecutivo propone una pauta que genera caída del salario real? Entre las explicaciones que en su momento se vertieron destaca el planteo de que las empresas se vieron afectadas con la crisis y hay que apoyarlas. Sin embargo, la realidad mostró que si bien algunas empresas se vieron afectadas negativamente en forma significativa (turismo, gastronomía, por ejemplo), otras se vieron levemente afectadas y otras tuvieron resultados económicos positivos extraordinarios.

Uno puede preguntarse: si los salarios reales no hubieran caído, ¿las exportaciones serían menores?, ¿el dinamismo generado por la actividad de UPM no hubiera existido?, ¿el resultado positivo de UTE por la venta de energía a Brasil no se hubiera concretado?, ¿no hubiera sido posible implementar el programa jornales solidarios? Si la respuesta a alguna de estas preguntas fuera afirmativa, el dinamismo de la economía en 2021 hubiera sido seguramente otro, pero ese no parece ser el caso.

Puede afirmarse, no obstante, que para algunos sectores de actividad la caída del salario real pudo oficiar de flotador para evitar el hundimiento de algunas empresas, mientras que, para otros, si bien no operó como flotador, constituyó un remo para poder navegar mejor la crisis.

Dada esta diversidad de situaciones hubiera sido conveniente incluir en los lineamientos para el consejo de salarios un tratamiento sectorial diferencial, en lugar de tratar a todos los sectores por igual. Esta afirmación es también válida para el futuro. Más vale tarde que nunca. En ese sentido, existen antecedentes al respecto. Por ejemplo, en la sexta ronda de consejo de salarios los sectores de actividad fueron divididos en tres grupos en las pautas presentadas por el MEF: aquellos con dificultades, un sector medio y un sector dinámico, estableciéndose ajustes salariales diferenciales para cada sector. Se cuenta con evaluaciones de esta estrategia que podrían revisarse.

En última instancia, y también en primera, lo deseable es que la caída del salario real, en caso de existir, se transforme en empleo y no en un aumento de la rentabilidad de las empresas, particularmente cuando existe mucha gente que está pasando mal.

Los cambios impositivos

La asimetría en la distribución de los ingresos generados en 2021 se vio profundizada por los cambios impositivos implementados. En el caso de los ingresos del trabajo, al definir el ajuste de la BPC se eligió la opción que genera mayor pérdida de ingreso a quienes reciben rentas del trabajo. A esto se le suma la aplicación del impuesto a los salarios de funcionarios públicos aplicado en 2020 y 2021.

Por su parte, en el caso de los ingresos derivados del capital se tomaron múltiples medidas que van en sentido contrario, dado que reducen la presión impositiva de grandes empresas. Por ejemplo, se levantó la restricción de no poder abatir más de 50% de la renta fiscal del ejercicio, se creó un nuevo régimen de promoción de inversiones para la actividad de construcción de gran dimensión económica y se modificó el mecanismo de ajuste para la valuación de los inmuebles rurales para el impuesto al patrimonio, lo que beneficia a productores agropecuarios con más de 2.000 hectáreas.

A partir de la información analizada podría afirmarse que la apuesta de política económica se inscribe en la teoría del derrame. De la conjetura se puede pasar a la certeza considerando la siguiente afirmación realizada por el presidente Luis Lacalle Pou en conferencia de prensa: “Si esto fuera una competencia ciclista, al que va en la punta, al ‘malla oro’, hay que estimularlo para que pedalee más rápido. Es el que va a hacer la inversión, va a dar trabajo. Hay que sacarle lastre al que va a traccionar la economía”.4 Una idea falsa pero clara y precisa tendrá siempre más fuerza en el mundo que una idea verdadera y compleja.5

Sin embargo, la información analizada no permite avalar la existencia de avances en otra de las afirmaciones realizadas en esa conferencia de prensa: “El Estado debe preocuparse de los rezagados, que son los más vulnerables y han quedado más rezagados en esta crisis”. El aumento de la pobreza infantil en 2021 es un ejemplo que da cuenta de esta necesidad.

“Una estudiante le preguntó una vez a la antropóloga Margaret Mead cuál consideraba la primera señal de civilización en una cultura. La estudiante esperaba que la antropóloga hablara de anzuelos, cuencos de arcilla o piedras para afilar, pero no. Mead dijo que el primer signo de civilización en una cultura antigua es la prueba de una persona con un fémur roto y curado. Mead explicó que en el resto del reino animal, si te rompes la pierna, mueres. No puedes huir del peligro, ir al río a beber agua o cazar para alimentarte. Te conviertes en carne fresca para los depredadores. Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso sane. Un fémur roto que se curó es la prueba de que alguien se tomó el tiempo para quedarse con el que cayó, curó la lesión, puso a la persona a salvo y lo cuidó hasta que se recuperó. Ayudar a alguien a atravesar la dificultad es el punto de partida de la civilización”.6

Carlos Grau Pérez, economista, investigador del Cinve. Máster en Economía por la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. [email protected]


  1. Marco Tulio Cicerón (106 a. C. , 43 a. C). 

  2. Arthur Helps, 1813-1875, Reino Unido. 

  3. https://cinve.org.uy/el-diablo-esta-en-los-detalles/. Se trata exclusivamente de los ingresos “formales”. No obstante el porcentaje de ocupados no registrados a la seguridad social en 2021 no tuvo cambios significativos. Pasó de 22,2% a 21,7%. https://view.genial.ly/61fa7d32c71f510018addafd/dossier-ml-con-enfoque-diferencial 

  4. https://enperspectiva.uy/en-perspectiva-programa/la-mesa/gobierno-descarto-gravar-al-capital-obtener-recursos-la-emergencia-sanitaria/ 

  5. Alexis de Tocqueville, De la Démocratie en Amérique (1835). 

  6. https://elshabbat.com/femur-de-mead-la-civilizacion-y-el-femur-roto-una-leccion-de-comunidad/