Como es habitual en diciembre por el efecto del plan UTE Premia, que realiza descuentos en la tarifa a los buenos pagadores, el índice de precios del consumo (IPC) registró una baja en el último mes del año, de 0,26%. Esta vez, sin embargo, hay un proceso de caída de las presiones inflacionarias, ya que el indicador bajó por tercer mes consecutivo, período en que el IPC acumulado se redujo 1,3 puntos porcentuales. De todas formas, cerró el año en 8,3%, por encima del techo del rango meta del gobierno (6%), un objetivo que no se cumple desde 2017.
La inflación anual representa un número de relevancia dentro de la economía de un país, ya que, por ejemplo, marca la referencia para ajustes de distintos precios y servicios, así como para medir la evolución del salario real o poder de compra de los trabajadores. Tomando los datos de la última década, la inflación anual osciló entre 9,4% y 8%, con excepción de 2017, cuando cerró en 6,55%.
En el año recién finalizado, el IPC comenzó en 8% y tuvo un proceso de suba casi constante hasta setiembre, cuando llegó a 9,95%, el mayor nivel desde 2020. Desde allí comenzó una reversión, que según analistas y consultoras económicas se relaciona a la baja del dólar en Uruguay, que abarata los precios transables –aquellos que se comercializan con el extranjero–. En esa línea, el economista Nicolás Cichevski, de CPA, indicó que por la incidencia del valor del dólar y la baja de precio de la carne, la inflación transable –que excluye los componentes más volátiles del IPC– se ubicó en 6,5%, “el menor nivel desde 2018”.
También el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) analizó vía Twitter que “la moderación de los precios de bienes y servicios transables, tras los aumentos extraordinarios que hubo en la primera mitad del año”, explican la evolución del IPC en el cierre del 2022.
El reporte del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de diciembre destacó la baja en el mes en carne ovina (-7,6%), tomates (-3%), bananas (-2,5%) y morrones (-31%), mientras que el plan UTE Premia hizo retroceder 11,2% el rubro de suministro de energía eléctrica. Por el contrario, los productos que más subieron en el último mes de 2022 fueron frutillas (27%), limones (18,3%), naranjas (11,9%), espinaca (30,3%) y lechuga (28,3%).
Si la mirada se extiende al acumulado del año, Cichevski repasó que frutas y verduras (24,6%) y combustibles (13,6%), así como la categoría alimentos y bebidas (13,1% –excluyendo la carne–), fueron los que más influyeron en la suba del IPC.
Por otro lado, el CED comparó el registro anual con otros países de la región: “Cerrado el año, en términos relativos, la inflación no subió tanto como en otros países, aunque su punto de partida era alto”. En Brasil la suba de precios en el año fue 6%; en Paraguay, 8,1%; en Perú, 8,6%; en Chile, 12,3% y en Colombia, 12,6%. En igual sentido, el economista Aldo Lema opinó en la red social que “en un año de aceleración mundial de la inflación, el registro de Uruguay fue parecido al de 2021 (8%)”.
Desde el lado del gobierno, por un lado están las metas del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) contenidas en las Rendiciones de Cuentas, y por otro el rango meta, que lo fija el Banco Central del Uruguay (BCU). Este último es el encargado de controlar la evolución de los precios, para lo que está subiendo desde hace meses la tasa de interés, buscando contener las expectativas de inflación. En el proyecto de gasto enviado a mitad del año pasado al Parlamento, el MEF había proyectado una inflación anual de 8,5%, más de tres puntos por encima de la previsión original del presupuesto, que era 5,8%.
Para el año que comienza, el equipo económico espera que la inflación culmine en 6,7% y recién converja al rango meta del BCU en 2024, cuando se prevé que finalice en 5,8%.
En su análisis, el CED planteó que la inflación para este año tiene “un techo de 8%” por la desinflación de los precios transables, pero un “piso del 7%” por los efectos de los productos ligados al mercado interno. A su vez, en un informe difundido días atrás, el Centro de Investigaciones Económicas planteó que “la inflación presentaría una tendencia a la baja hasta setiembre de 2023, llegando a 6,3%, luego de lo cual repuntaría, cerrando el año en 7,7%”.