“Entonces, ¿qué está diciendo el rector en materia de medición de pobreza? Que ahora es semestral. ¿Cuál es, entonces, la imagen o fotografía con la que yo me tengo que quedar? La información más reciente, máxime tomando en cuenta el mundo tan dinámico en el que vivimos”. Estas fueron las palabras del ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, en su comparecencia ante la Comisión de Hacienda y Presupuesto del Senado.

La semana pasada ocurrieron dos hechos significativos en la vida socioeconómica del país. Por un lado, el Senado de la República terminó de votar la Rendición de Cuentas que, entre otras cosas, asigna recursos para lo que queda del año y también para 2024. Por otra parte, el Instituto Nacional de Estadística (INE) puso a disposición los microdatos de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) correspondientes al primer semestre del año, que permiten contar con información sobre la evolución de varias variables socioeconómicas, como la pobreza por tramos etarios. La información sobre el nivel general de pobreza había sido publicada el jueves 28 de setiembre.

A continuación, propongo abordar el debate que tuvo lugar en el Parlamento en torno a esta problemática y la situación del gobierno, que se encuentra empantanado sin darle solución a una temática por demás compleja.

La publicación del dato por semestre

Hace un par de años el INE comenzó a publicar el dato de pobreza por semestre. En general, sobre finales de marzo o principios de abril de cada año se publica el dato del segundo semestre del año anterior, así como también el dato del promedio anual. Es decir, en abril de 2023 se publicó el dato de pobreza del segundo semestre de 2022 y también el dato correspondiente al año entero, que nos da una visión un poco más larga de lo que ocurrió en el correr de los 12 meses. Y hacia finales de setiembre o principios de octubre, se publica el dato del primer semestre. Es decir, en setiembre de 2023 tenemos la información sobre lo que ocurrió con la pobreza en los primeros seis meses del año.

¿Por qué hago esta introducción? Porque la ley de Rendición de Cuentas se discute en el Parlamento entre el 30 de junio y los primeros días de octubre. Esto implica que, cuando se comienza a discutir el proyecto de ley, se cuenta con el dato sobre lo que pasó con la pobreza durante el segundo semestre del año anterior (y también el dato anual). Sin embargo, cuando termina la discusión y el proyecto se convierte en ley, se tiene la información sobre la evolución de la pobreza más cercana en el tiempo, es decir, lo que ocurrió en los primeros meses del presente año.

Esto representa una novedad, que aconteció tanto el año pasado como este, y si bien tener información actualizada en materia socioeconómica siempre es algo positivo, la utilización del dato por parte del gobierno y, en algunos casos, la negación (como veremos más adelante) condicionan fuertemente el debate sobre un tema que debería preocuparnos a todos como sociedad.

La defensa acérrima del dato semestral siempre y cuando me dé “lindo”

El gobierno no sorprendió con su estrategia de aferrarse al dato del segundo semestre de 2022, dado que mostró una caída significativa con respecto a lo que había ocurrido en el primer semestre. Lo que sí sorprendió (o ya no tanto) es el olvido intencionado de lo que ocurrió durante todo 2022. Es decir, al momento de discutir la Rendición de Cuentas, el dato de pobreza anual estaba sobre la mesa y era conocido por todos los legisladores y los miembros del Poder Ejecutivo. Sin embargo, parecía que estos últimos lo habían descartado de plano.

A modo de ejemplo, la directora de Política Económica del Ministerio de Economía, Marcela Bensión, en su comparecencia ante la Comisión de Presupuesto del Senado manifestó: “La situación es distinta cuando uno observa lo que ocurrió en el segundo semestre del año pasado, y ahí lo que se puede ver es una notoria mejora, tanto en los indicadores de pobreza de nivel general que bajaron a 9,1%, es decir, niveles muy similares al 8,8% del año 2019... Decididamente hay una mejora, no solamente con respecto a los años previos, sino también con respecto a 2019”.1

Cuadro 1: Pobreza en %. Datos semestrales y anuales

Años 1er semestre 2º semestre Anual
2019 8,6 9,0 8,8
2020 11,8 11,3 11,6
2021 10,2 11,0 10,6
2022 10,6 9,1 9,9
2023 10,4 - -

Fuente: elaboración propia a partir de microdatos del INE.

Si uno observa el cuadro, lo que hace Bensión es comparar la segunda columna con la tercera. Es decir, el dato del segundo semestre de 2022 (9,1%) con el dato anual de 2019 (8,8%). Por su parte, el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, tomó solamente los datos del segundo semestre y en su comparecencia en el Senado expresó: “¿Saben lo que dan los datos semestrales? Que la pobreza general en el segundo semestre del año 2022 es igual al segundo semestre del año 2019”.2 Si bien es correcto comparar semestre contra semestre (a diferencia de lo que hizo Bensión), los años tienen 12 meses, no solamente seis. Y como expresó el senador Óscar Andrade en esa comparecencia “[El gobierno está] rindiendo cuentas del año 2022, no del segundo semestre de 2022”.3

Ahora bien, toda la contundencia en la defensa del dato semestral parece haber desaparecido del radar estos últimos días, luego de publicado el dato correspondiente al primer semestre de este año. ¿Por qué? Seguramente porque arrojó un resultado diferente al que esperaba el gobierno. Como se aprecia en el cuadro, la proporción de personas por debajo de la línea de pobreza se ubicó en 10,4%, lo que implica un aumento con relación al (ya famoso y defendido) segundo semestre de 2022. Se puede observar también que el resultado es muy similar al de los primeros semestres de 2022 y 2021 y claramente superior al de 2019. En otras palabras, a dos años de haber superado la pandemia, y con un PIB que en este primer semestre es 2,7% superior al del primer semestre de 2019, los registros de pobreza parecen no haberse enterado.

Táctica del negacionismo

El miércoles pasado, mientras se votaban en el Senado los artículos referidos al Ministerio de Desarrollo Social (Mides), algunas senadoras de la coalición trataban de hacer malabares para justificar la gestión argumentando que el ministro recorría todos los barrios y departamentos.4

No obstante, en su mayoría reconocieron el “dolor” que les generaban las cifras de pobreza, principalmente las vinculadas a la infancia. El senador Niffouri expresó: “Flaco favor le hacemos a los uruguayos si alguien se vanagloria de que las cifras le dan un poco peor o un poco mejor que a otro en asuntos tan sensibles –reitero– como lo son las personas en situación de calle, la pobreza y la pobreza infantil. Considero que debemos trabajar y apuntalar lo que se ha hecho para tratar de que los resultados sean los mejores”.5

El senador Da Silva incluso expresó que “nadie dijo acá que no reconocíamos el incremento de la pobreza infantil. ¡Nadie lo dijo! Lo reconocemos y nos duele”.6 Como era miércoles, el senador Da Silva aún no había tenido la oportunidad de leer al ministro Lema el jueves en Búsqueda (había sido entrevistado el martes). En esa oportunidad Lema expresó: “No, no se conocieron nuevos datos de pobreza infantil... Yo desconozco eso que salió publicado [en El Observador], de dónde es la fuente, cuál es el análisis que se hizo”.7

Aquí se abren dos posibilidades: o el ministro está actuando con cinismo o está mal asesorado por su equipo de trabajo. Lo último lo descarto, en primer lugar, porque la Dirección Nacional de Evaluación y Monitoreo del Mides cuenta con muy buenos profesionales y, en segundo lugar, porque todos los que estamos interesados en temas socioeconómicos sabíamos que el lunes pasado se publicaban los microdatos de la ECH, que permiten calcular la pobreza infantil (que curiosamente no fueron publicados en el informe del INE, como bien señala el ministro en la misma nota). Reitero, el Mides tiene una cantidad de técnicos sobrados de conocimientos para hacer estos cálculos, que no requieren demasiado esfuerzo. Por lo tanto, no me queda otra que concluir lo primero.

El procesamiento de los microdatos revela que la pobreza para los menores de 6 años en este primer semestre se ubicó en 20,9%, para los niños entre 6 y 11 años fue de 19,1% y para los adolescentes de entre 12 y 17 años ascendió a 18,8%. Estos valores son aproximadamente 4 puntos porcentuales superiores a los del primer semestre de 2019.

Finalmente, vale la pena señalar que, dada la caída de la inflación de los últimos meses, es probable que el dato de pobreza del segundo semestre de este año sea inferior al del primer semestre. Con ello, está asegurado que el próximo año volvamos a ver la calesita de la discusión y la defensa acérrima del dato del “segundo semestre”. Para esta oportunidad, Lema ya no va a estar al frente del ministerio. Esperemos que quien lo suceda lo supere.

Sinceramente me gustaría que las palabras pobreza y rendición del título estuvieran invertidas en orden, como en aquel libro que publicó Jeffrey Sachs hace algunos años titulado El fin de la pobreza, lo que, lamentablemente, en nuestro país parece estar muy lejos de ser posible. En ese sentido, todo parece sugerir que los cinco mejores años de nuestras vidas comenzaron con un 9% de personas por debajo de la línea de pobreza (17% en los menores de 6 años) y terminarán con la misma cifra, siempre y cuando tengamos suerte y viento a favor (por no llamarle campaña electoral).


  1. Versión taquigráfica de la Comisión de Hacienda y Presupuesto del Senado, 29/08/2023, página 90. 

  2. Versión taquigráfica de la Comisión de Hacienda y Presupuesto del Senado, 14/09/2023, página 47. 

  3. Versión taquigráfica de la Comisión de Hacienda y Presupuesto del Senado, 14/09/2023, página 48. 

  4. Intervención de la senadora Gloria Rodríguez. Versión taquigráfica de la Cámara de Senadores, 04/10/23, páginas 208 a 214. 

  5. Versión taquigráfica de la Cámara de Senadores, 04/10/23, página 217. 

  6. Versión taquigráfica de la Cámara de Senadores, 04/10/23, página 233. 

  7. Nota al ministro de Desarrollo Social disponible en busqueda.com.uy/Secciones/Martin-Lema-la-eleccion-sera-contra-la-peor-version-del-Frente-Amplio--uc58526