Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), el intercambio mundial de bienes creció en volumen 2,7% en 2022, un registro que fue menor al esperado y que recoge, esencialmente el desplome que tuvo lugar entre octubre y diciembre, con una caída trimestral de 2,4%. Este retroceso estuvo asociado a diversos factores, pero el que tuvo mayor incidencia fue el aumento de los precios de las materias primas.

Si bien estos precios se han moderado desde los picos alcanzados con la irrupción de la guerra, permanecen en niveles históricamente altos y continúan erosionando los ingresos reales y la demanda de importaciones. En particular, el “impacto más fuerte de los precios de la energía se sintió durante los meses de invierno en Europa, donde se cortó el suministro de gas procedente de Rusia”.

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Más allá de que la expansión comercial estuvo por debajo de lo previsto, el comportamiento se alejó de la hipótesis más pesimista que el organismo con sede en Ginebra había trazado al inicio de la guerra, que suponía una división de las economías en bloques comerciales competidores. “En general, la fragmentación se ha evitado, pero sigue constituyendo una amenaza importante que podría entorpecer el crecimiento económico y reducir el nivel de vida a largo plazo. El hecho de que se evitaran los peores augurios en 2022 no debería ser motivo de autocomplacencia”.

A este respecto, el informe de seguimiento presentado a un año del inicio del conflicto bélico sugiere que las economías más vulnerables lograron encontrar productos y proveedores sustitutivos para los alimentos, y amortiguaron parcialmente el duro golpe asociado a la disparada de los costos y a la erosión de los ingresos.1

De acuerdo con la OMC, el comercio de mercancías se incrementará apenas 1,7% este año, producto de un escenario crecientemente complejo caracterizado por tensiones geopolíticas en aumento, inestabilidad financiera, persistencia inflacionaria y aumento del endeudamiento. A pesar de que el registro es bajo, es mayor que la proyección que realizó el organismo el pasado mes de octubre (1%). La mejora responde a un funcionamiento más normal de las cadenas de suministros y a la relajación de las restricciones sanitarias en China, que desataría la demanda reprimida de los consumidores, impulsando por esa vía el comercio internacional.

Con estas previsiones, la variación esperada para el comercio en 2023 será menor que el promedio correspondiente a los últimos 12 años (2,6%). Según señaló la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, esto “no es bueno, pero es menos malo”.2

Se estima que sea América del Norte la región que exhiba el mayor dinamismo exportador durante este año (3,3%), seguida por la Comunidad de Estados Independientes (2,8%), Asia (2,5%) y Europa (1,8%). Más lejos aparecen Oriente Medio (0,9%) y América del Sur (0,3%). Por su parte, en el caso de África, el organismo estima una caída de las exportaciones del entorno de 1,4%.

Por otro lado, en lo que hace a las importaciones, la Comunidad de Estados Independientes registraría un incremento de 14,9% (compensando la fuerte contracción que tuvo en 2022), en tanto las estimaciones para África y Oriente Medio ubican la expansión en torno a 5,6% y 5,5% respectivamente. En contraposición, las importaciones caerían en América del Norte (0,1%), América del Sur (1,6%) y Europa (0,6%).

Por último, el comercio aumentaría 3,2% en 2024, a pesar de que esta estimación está sujeta a un inusitado grado de incertidumbre producto de la confluencia de múltiples riesgos sobre múltiples frentes.

El auge de los servicios digitales

El valor de las exportaciones de servicios prestados de forma digital se cuadruplicó entre 2015 y 2022, producto de un crecimiento promedio anual del entorno de 8% para esa ventana de tiempo. Esa cifra asciende a 5,6% en el caso de los bienes y a 4,2% en el caso de los demás servicios. “Aunque el turismo y otros servicios que exigen la movilidad transfronteriza de las personas disminuyeron en este período, las exportaciones de servicios prestados digitalmente siguieron aumentando, situándose en 3,82 billones de dólares en 2022, y representaron el 54% del total de las exportaciones mundiales de servicios”.

Dentro de este universo, los servicios prestados a las empresas, los servicios profesionales y los servicios técnicos representaron alrededor de 40% del total exportado, seguidos por los servicios de informática (20%) y los servicios financieros (16%). En lo que refiere a la distribución geográfica de las ventas, Europa concentra más de la mitad de las exportaciones de servicios prestados digitalmente.


  1. “One year of war in Ukraine: Assessing the impact on global trade and development”. Organización Mundial de Comercio. 

  2. “WTO warns surge in borrowing costs set to hit exports”. Financial Times