Luego de lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) este lunes ―oficializado por el organismo internacional esta mañana―, el gobierno argentino anunció la implementación de nuevas medidas en materia monetaria y fiscal, una de las cuales consiste en el cobro del llamado “Impuesto PAÍS” sobre las importaciones.
El impuesto, que fue introducido con la aprobación de la Ley 27.541 de 2019, involucra el cobro de un gravamen sobre compras realizadas con monedas extranjeras. De acuerdo con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) del país vecino, este tiene un carácter de “emergencia”, por lo que “se aplicará a nivel nacional durante cinco períodos fiscales”. Tal y como se recoge en el sitio web de AFIP, el dinero percibido en concepto de este impuesto es destinado al financiamiento de obras de vivienda social e infraestructura económica, el Fondo de Integración Socio Urbana, la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), el Programa de Atención Médica Integral y el pago de prestaciones a cargo del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.
Hasta el lunes pasado calificaban para el cobro del Impuesto PAÍS: toda compra de servicios digitales (8% del total del pago) y todo otro tipo de operación que involucrase el uso de monedas extranjeras y no calificara a otra alícuota (30% del pago).
Sin embargo, a partir del decreto 377/2023, promulgado el lunes, a estas categorías se adicionan: -La adquisición de ciertos servicios ―entre los que se incluye servicios de mantenimiento, servicios postales, de telecomunicaciones, informáticos, vinculados a seguros, entre otros― en el exterior o servicios prestados por no residentes dentro de Argentina (25% del total del pago). -La importación de mercaderías y contratación de fletes y transportes para importación y exportación de bienes en el exterior ―exceptuando bienes de lujo― (7,5% del total del pago, en cada caso).
Según información de la AFIP, el pago del impuesto se realiza al momento de adquirir cualquier tipo de moneda extranjera, no importa el propósito. A esos casos se suman tanto el pago de servicios en el exterior contratados por medio de agencias turísticas como el pago de servicios de transporte de pasajeros al extranjero (exceptuando el transporte terrestre hacia países limítrofes).
Existen, por otra parte, operaciones exentas del cobro del Impuesto PAÍS, entre las que destacan: compras realizadas por el Estado argentino, sus órganos descentralizados y toda sociedad donde sea el accionista mayoritario, medicamentos, libros, “materiales de equipamiento y demás bienes destinados a la lucha contra el fuego”, “bienes vinculados a la generación de energía”, así como “insumos y bienes intermedios vinculados en forma directa a productos de la canasta básica alimentaria”. Según recoge La Nación, entre estos últimos se encuentran productos como panificados, café, yerba, ciertas frutas y verduras, harinas y productos lácteos.
María Laura Rodríguez, economista de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), comentó a la diaria que el cambio en la política tributaria del país vecino supone “una traba más dentro de la gran cantidad de trabas que tenemos en el comercio bilateral argentino”. Rodríguez categorizó la implementación de este impuesto como “algo adicional a la diferencia cambiaria, a las trabas que tenemos en materias de demoras de la SIRA ―que son los permisos que tienen que sacar los importadores allá―, a las demoras después en hacer efectivos los pagos“.
De acuerdo con lo que describió la economista, la extensión del impuesto a los importadores argentinos puede significar “un costo adicional para el exportador uruguayo, en el sentido de que el cliente en Argentina tiene que hacer frente a un impuesto adicional”. De todas formas, Rodríguez aclaró que, si bien compone “una dificultad adicional para poder exportar”, no es posible generalizar los efectos de la implementación del Impuesto PAÍS sobre cada exportador uruguayo, ya que dependerá del relacionamiento de cada uno con sus clientes: “El importador le planteará la dificultad al exportador uruguayo y tendrán que ver en cada caso cómo se resuelve”.
La UEU tiene un grupo de trabajo que atiende el problema de los negocios con Argentina y, por ahora, no se plantearon allí “comentarios específicos” ni “novedades” por parte de los importadores argentinos. Sin embargo, Rodríguez comentó a la diaria que la UEU mantuvo una reunión con autoridades del Banco Central del Uruguay (BCU) el jueves, con el objetivo de buscar posibles soluciones a esta nueva problemática. La economista mencionó la posibilidad de operar bajo el Sistema de Pagos en Monedas Locales, regulado por los bancos centrales de cada país y mediante el cual “el exportador uruguayo puede facturar en pesos uruguayos y el importador argentino lo que recibe son pesos argentinos”, sistema que recientemente fue extendido a la exportación de servicios.
Según explicó, el mecanismo, que funciona hace diez años, en general “no era conveniente para las partes”, particularmente por el hecho de que depende de los tipos de cambio interbancarios de cada día. Así, la economista explicó que en este momento la UEU y el BCU se encuentran analizando su utilidad como medio para que los importadores argentinos “no tengan que pagar” el Impuesto PAÍS, algo que aún desconocen.
Luego de ser consultada acerca de otras posibles medidas a tomar, Rodríguez explicó que, aparte del mecanismo y el contacto permanente que la UEU mantiene con Cancillería y las distintas embajadas, no existe “mucho más como para resolver” el problema. “Porque manejarse en monedas locales tampoco te quita la diferencia cambiaria que tenés o los permisos que tenés que sacar para poder hacer la exportación”, finalizó.