Según relató a la diaria Álvaro Ferrés, directivo de la Asociación Uruguaya de Productores de Carne Intensiva Natural (Aupcin), el engorde a corral tuvo en el país sus primeras experiencias entre 1992 y 1993, llevadas adelante por el referente ganadero Alberto Gramont en las cercanías de Young, Río Negro.
Desde aquel momento, la herramienta productiva ha pasado por diversas etapas y ha enfrentado distintos cuestionamientos. Según la describe Ferrés, se trata de “un sistema en que los animales son confinados en una superficie y se les ofrece una dieta balanceada buscando un determinado objetivo”. “Normalmente son dietas ricas en granos que buscan altas ganancias diarias de carne y buenas exigencias de conversión”, agregó el veterinario.
Según Ferrés, el impacto de este método en la producción cárnica nacional se puede ver, entre otras cosas, en la tasa de extracción, que es la cantidad de animales que se faenan sobre el stock total. Esta, según el Instituto Nacional de Carnes (INAC), fue de 23%, incorporando a este total 300.000 animales exportados en pie durante 2023.
Según información del INAC, la participación del engorde a corral en la faena fue de 17% durante 2023; a su vez, en el Anuario 2023 de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca se indicó que 26% de este tipo de empresas “declaran haber hecho feedlot”.
La industria frigorífica y el engorde a corral: ¿un problema?
Actualmente la cría y recría de los vacunos en Uruguay tiene lugar en las pasturas naturales; en los casos en que se opta por una “terminación” en el sistema feedlot, este ocupa sólo los últimos 100 o 120 días de vida. El productor ganadero y exministro de Ganadería Carlos María Uriarte destacó en diálogo con la diaria que se trata de “una herramienta muy útil y necesaria para la actualidad de la producción ganadera en el mundo” ya que permite tener “predictibilidad y homogeneidad en la producción de carne”.
Más allá de tener consideraciones positivas, Uriarte no dudó en señalar que desde su punto de vista esta herramienta en Uruguay está siendo mal utilizada. Al respecto explicó que actualmente este sistema en algunos casos sirve para que las empresas de la industria frigorífica puedan tomar ventaja; detalló que en ocasiones se encargan ellas mismas del engorde a corral “para asegurarse materia prima en determinadas épocas, afectando la libre competencia”.
El exministro puso énfasis en que este tipo de conductas en años como 2023 generan un efecto negativo doble, ya que, sumado a la enorme dificultad para terminar los ganados producto de la seca, a la hora de venderlos aparece la sorpresa de que, como consecuencia de los corrales de engorde pertenecientes a la industria, los precios se mantienen muy bajos. “Uruguay va a tener que discutir cuál es el rol de las industrias en los corrales, llegó el momento”, indicó Uriarte.
“Hay lugares en el mundo en que está prohibido que las industrias tengan ganados a corral, me estoy refiriendo a algunos estados de Estados Unidos; no sé si hay que llegar a ese punto, pero sí hay que discutirlo”, concluyó el ganadero sobre el tema.
Ferrés, por su parte, reconoció que “los corrales han ido creciendo y la industria frigorífica es parte protagonista de estos sistemas de producción”. Sin embargo, más que una dificultad, cree que este rol de los frigoríficos “genera una demanda del novillo de reposición” que en ese contexto hace que muchas veces lleguen a pagarse a “un valor superior a lo que estaría en el mercado”. “La industria frigorífica está haciendo un muy buen papel porque está mandando señales de demanda y de esa forma ha contribuido a crecer en la producción”, indicó el directivo de Aupcin.
La legislación vigente
El Decreto 178 de 2010 estableció “la inscripción y habilitación sanitaria obligatoria de los establecimientos dedicados en todo o en parte al engorde de bovinos a corral con destino a faena, a cargo de la Dirección General de Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca”.
Además fijó que dicha habilitación sanitaria “deberá ser renovada anualmente a partir de la fecha de registro mediante certificado expedido por un veterinario de libre ejercicio acreditado” que debe verificar el cumplimiento de las diversas condiciones descritas en el mismo decreto.
Asimismo, el Decreto 162 de 2014 detalló que “las prácticas de encierro permanente de ganado bovino a cielo abierto en un máximo de hasta 45 metros cuadrados por animal, ubicadas en toda la cuenca hidrográfica del río Santa Lucía”, deberán estar sujetas a una serie de requerimientos ambientales, entre otros: sistema de tratamiento de efluentes, manejo de condiciones de vertido y autorización de desagüe. Dicho decreto también estableció multas por el incumplimiento de sus disposiciones.
¿Se debe promover el feedlot?
Caracterizando al sistema como una herramienta subutilizada en el país, Uriarte apuntó a que se debe promover para que sea “más universalmente adoptada” por los productores ganaderos. “Debería ser de acceso de todos los productores: grandes, medianos y chicos, pero sobre todo de los chicos, que se ven forzados a comprometerse en el camino de la actividad para sobrevivir”, aseveró.
En términos generales, el exministro arribó a la conclusión de que uno de los grandes desafíos de Uruguay como país ganadero es “hacer más viable” esta herramienta para una gama más amplia de ganaderos. “Todavía nos queda muchísimo para dar comida a corral, para tenerlo como una herramienta que te permita sobrevivir a crisis nutricionales como la última seca que hemos vivido”, agregó.
Consultado por quién se debe encargar de promover y apoyar la extensión de este método, Uriarte fue concreto: “Es deber del gobierno fomentar este tipo de tecnologías y crear las condiciones para su adaptación en esos otros niveles de la cadena cárnica, sobre todo en productores medianos y pequeños”.
Ferrés no coincidió con esta visión y argumentó que “los negocios desde el punto de vista del mercado se generan con las oportunidades propias de cualquier negocio”. En ese sentido, el veterinario aclaró que él quiere que “si el negocio da, crezca, y que si el negocio no da, no crezca”. Por último, remarcó que no quiere en este tema la interferencia del Estado, y que su incidencia “lo único que genera es entorpecimiento o costos ocultos”.
Lo ambiental y el bienestar animal: una necesidad y un valor agregado
Sebastián Olaso, gerente de la firma cárnica uruguaya Mosaica y exportador de Carne Sol Dorado HQB Alimentado con Pasto Carbono Neutral, dijo a la diaria que “Uruguay tiene un potencial enorme para generar productos ambientalmente sostenibles” y “sobre todo en la cadena agropecuaria”. Detalló que esto es así como consecuencia de que “tiene una capacidad de capturas de gases de efecto invernadero muy grande proveniente de una gran capacidad de montes y de pasturas naturales”.
En cuanto al engorde a corral, remarcó que la visión negativa que muchas veces hay desde lo ambiental proviene de la imagen que se tiene de los corrales en Estados Unidos, donde “los animales se encierran a una muy temprana edad y pasan 200 o 300 días encerrados”.
De todas formas, Olaso reconoció que en los corrales de Uruguay, dado que “hay una alta concentración de animales en un espacio muy chico”, se dan “emisiones enormes”, aunque eso “es en la última etapa de la vida del animal”.
Por su parte, Uriarte dijo que más allá de lo que se hace hoy a nivel ambiental, “es necesario medir exactamente y saber los efectos que tienen sobre el ambiente los residuos y los afluentes que se manejan a nivel de corral”. Todas estas cuestiones “son un tema serio a tratar y debemos como país asegurarnos de que su impacto sea mínimo”, agregó.
Por su parte, el exministro concluyó que lo ambiental “es un punto débil que la herramienta tiene y por eso debe ser atacado para no comprometer la imagen del país”, que se ha posicionado en el mundo con “la identidad de la producción de carne a cielo abierto, carbono neutro y con cuidados de bienestar animal”.
El producto final: ¿hay diferencias?
Ali Saadoun, docente del Departamento de Producción Animal y Pasturas de la Facultad de Agronomía, se ha encargado de estudiar las características de la carne de feedlot. Partiendo de esa experiencia, explicó a la diaria que lo que siempre se hace es oponer esta carne a la de pasturas, pero a su entender eso “no tiene mucho sentido” ya que se trata de productos que “se dirigen a mercados distintos”, a clientes que buscan cosas distintas.
“La carne proveniente del sistema feedlot tiene algunas características que la gente busca que no necesariamente la salud lo aprueba, como por ejemplo niveles de grasa”, detalló Saadoun. El investigador explicó que bajo este sistema de producción los animales tienen más grasa que los que engordan a pasto, porque estos últimos consumen el alimento y se mueven; además su alimento (el pasto) tiene menores valores energéticos. El animal feedlot se mantiene más bien estático y los granos tienen niveles energéticos más altos.
Más allá de la diferencia que produce cada uno de los sistemas en la carne, por la particularidad de que se utiliza sólo en la última etapa de la vida del animal, “el feedlot de Uruguay es un poco particular”, apuntó el especialista. Saadoun entiende que, “más que feedlot, es una terminación con grano”, y en ese sentido le permite a la producción nacional llegar al “nivel de grasa en la carne que algunos clientes en Asia y en Estados Unidos buscan”.
“Te puedo decir que la característica principal del pasto es que tiene antioxidantes, entonces la carne producida por ese método resiste más la oxidación que la de un animal que está con granos, porque no recibe suficientemente antioxidante en su dieta”, agregó marcando otra diferencia. En esa línea, explicó que la carne producida a pasto se conserva por más tiempo. De todas formas, dado que el animal en Uruguay nace y crece a pasto, la carne a feedlot, en este caso, también tiene “una cierta capacidad de defensa antioxidante”, concluyó el experto.
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