El dato

Uruguay ha experimentado un encarecimiento relativo de su economía medido a través del Tipo de Cambio Real Efectivo (en la jerga, TCR) que elabora el Banco Central del Uruguay (BCU). A nivel global, el indicador se ubicó en febrero 40% por debajo de su promedio histórico (calculado desde 2000). El desalineamiento es mayor con respecto a los países de la región (46%) que con relación a las economías extrarregionales (27%).

El encarecimiento en dólares de Uruguay respecto a los principales socios comerciales deteriora la competitividad de los bienes que el país exporta al, cuya rentabilidad se vio afectada a su vez por la caída de los precios internacionales, en relación a los niveles históricamente elevados registrados durante 2022. Además, afecta a las actividades que se orientan al mercado interno y compiten con importaciones y a las relacionadas con el turismo.

El contexto

¿Qué mide el Tipo de Cambio Real?

El TCR refleja la dinámica de los precios de un país con relación a otro o ante un conjunto de países que resultan relevantes para su comercio de bienes y servicios. En términos simples, su objetivo es capturar la evolución de precios relativos entre países (o respecto a un conjunto de países) a lo largo del tiempo. Esto es, en otras palabras, una forma de captar su abaratamiento o encarecimiento relativo.

¿Cómo se construye el índice de TCR?

El Índice de Tipo de Cambio Real Efectivo elaborado por el BCU se define como la relación entre los índices de precios al consumo (IPC) de los principales socios comerciales de Uruguay con respecto a la economía doméstica, expresados en una misma moneda. Los países se ponderan en función de su participación en el comercio de bienes. Para Argentina y Brasil, dado su peso en las relaciones comerciales bilaterales con ellos, se incluye además el gasto en turismo.

A nivel global, el indicador se ubicó en febrero 40% por debajo de su promedio histórico (calculado desde 2000). El desalineamiento es mayor con respecto a los países de la región (-46%) que con relación a las economías extrarregionales (-27%).

¿Por qué suceden cambios en el TCR y cómo se interpretan?

Una baja en el valor del TCR (como la que se observa en los últimos años en el gráfico) implica un encarecimiento de Uruguay con respecto a sus principales socios comerciales, mientras que una suba representa un abaratamiento relativo.

Una baja del TCR es el reflejo de un aumento relativo de los precios en Uruguay medidos en dólares. Esto podría suceder a partir de que Uruguay registre una inflación mayor a la de sus socios comerciales, por una apreciación relativa del peso uruguayo respecto a las monedas de estos países (que puede reflejarse en una baja del dólar en Uruguay más pronunciada respecto a sus socios comerciales) o por una combinación de ambas.

La situación contraria implicaría que el TCR aumente. Esto es, que nuestros socios comerciales registren una inflación mayor a la de Uruguay, que aprecien sus monedas más que el peso uruguayo (o que el peso se deprecie más que el resto) o una combinación de ambas.

¿Cómo evolucionó el TCR en Uruguay?

Durante la crisis de 2002 se produjo un aumento significativo del TCR que implicó un abaratamiento relativo de la economía doméstica, producto del abandono del régimen cambiario y la sobrerreacción del tipo de cambio. A partir de allí, comenzó un proceso secular de disminución del TCR, que actualmente se ubica en su medición global en mínimos históricos desde que se llevan registros, esto es desde el año 2000.

Actualmente el TCR de Uruguay respecto a sus socios comerciales se encuentra 40% por debajo de su promedio histórico. El desalineamiento respecto a los países de la región es aún mayor y asciende a 46%, mientras que para los países de fuera de la región se ubica en 27%.

Según la estimación presentada en el último informe de política monetaria, el TCR se encuentra 16% por debajo de su nivel de equilibrio, lo que da cuenta de la existencia de un desalineamiento cambiario.

En relación a los valores de cierre de 2021, el TCR global acumula un deterioro de 15% y con los países de fuera de la región –para dejar por fuera los desequilibrios que afectan a la economía argentina– una caída de 24%.

En el último tiempo la región se vio particularmente afectada por los desequilibrios cambiarios que atravesó Argentina en 2023. Esta situación es esperable que se revierta, al menos en parte, durante este año, producto de la relativa estabilidad cambiaria que registra el vecino país luego de la fuerte devaluación del dólar oficial en diciembre pasado, que coexiste con altos niveles de inflación.

El TCR de febrero cayó 1,4% respecto al mismo mes del año anterior, con un encarecimiento de la economía doméstica de 4,8% respecto a la extrarregión y un abaratamiento de 2,9% de la región, producto de la evolución bilateral con Argentina (1,3%) y Brasil (4,4%).

¿Esto implica “atraso cambiario”?

No necesariamente. Un país podría experimentar un encarecimiento relativo debido a sus fundamentos económicos en lugar de un proceso “artificial”, que es lo que suele asociarse al concepto de atraso cambiario. Para intentar dar cuenta de ello, el BCU realiza una estimación del TCR basada en fundamentos, que considera variables diversas como la productividad, el gasto público y privado, y los términos de intercambio, entro otras. Según la estimación presentada en el último informe de política monetaria, el TCR se encuentra 16% por debajo de su nivel de equilibrio, lo que da cuenta de la existencia de un desalineamiento cambiario1.

¿El dólar debería valer $ 58 como reclama la Federación Rural?

El reclamo que realiza la Federación Rural del Uruguay se basa en actualizar la cotización que tenía el dólar en Uruguay en 2020, considerando únicamente lo que sucedió con la inflación doméstica2. Se trata de un cálculo que, entre otras limitaciones, no considera la evolución a nivel internacional de la divisa ni la inflación de los países que resultan relevantes para el comercio de Uruguay, por lo que no se trata de una referencia sólida para intentar aproximarnos al problema del encarecimiento relativo del país.