En general, cuando hablamos del tipo de cambio hacemos referencia al tipo de cambio nominal, es decir, la cantidad de pesos que son necesarios para comprar un dólar. Cuando el tipo de cambio nominal aumenta, decimos que la moneda nacional se está depreciando y que eso ayuda al sector exportador (porque nos hace más competitivos afuera). Sin embargo, por sí solo, el tipo de cambio nominal no es informativo sobre la situación de la competitividad en una economía; o, de otra manera, sobre qué tan caro o barato está el dólar en nuestro país.

Esto es así porque no tenemos en cuenta la otra pata relevante de la historia, que tiene que ver con la trayectoria de los precios domésticos; es decir, con la inflación. Entonces, para reflejar el valor real del dólar, o su poder adquisitivo, recurrimos al tipo de cambio real (TCR). Formalmente, el TCR es un indicador de precios relativos que muestra la evolución de los precios domésticos medidos en términos de moneda extranjera respecto de la evolución de los precios internacionales o de una economía puntual. Por ejemplo, el TCR bilateral con Argentina refleja el poder de compra del dólar en nuestro país contra el poder de compra del dólar en Argentina. Si bien como indicador de competitividad tiene sus limitantes, la trayectoria del TCR contribuye a arrojar luz sobre la situación en materia de competitividad, un tema que viene siendo objeto de extenso debate en el marco de la campaña electoral.

De acuerdo con el último Monitor de Coyuntura, a cargo del economista Javier de Haedo,1 los últimos datos (que llegan hasta junio) muestran resultados dispares según la referencia que se considere. Si se consideran, por ejemplo, los países que están por fuera de la región como punto de referencia, el indicador se ha mantenido relativamente estable durante los últimos meses, evidenciando una brecha del 28% con relación al promedio histórico (que abarca el período 2000-2024). Al interior, la diferencia de precios relativos es actualmente de 20% con Estados Unidos y México, de 25% con China y del orden de 30% con las economías europeas.

En el caso de Brasil, el informe advierte sobre una brecha de 39% frente a ese umbral histórico, que implica una trayectoria reciente de deterioro. A este respecto, el documento advierte que, si bien “es usual creer que el dólar en Uruguay sigue al dólar en Brasil –o que el peso sigue al real–, los indicadores de TCR no avalan tales afirmaciones”.

Distinta ha sido la trayectoria reciente del TCR bilateral con Argentina, producto de la corrección de precios que exhibió ese país luego del cambio de gobierno. En ese sentido, el indicador que considera el tipo de cambio oficial ha “mejorado mes a mes” y “hoy está 8% por debajo del promedio histórico”. La situación cambia al tomar el dólar paralelo como referencia. Desde esta perspectiva, “el TCR bilateral comenzó a mejorar en noviembre y esa mejoría fue considerable hasta abril, con el dólar planchado y con la referida inflación altísima. Sin embargo, “ruidos” políticos dieron lugar a un nuevo ensanchamiento de la brecha cambiaria entre el oficial y el libre debido a un salto de este, que volvió a afectar al TCR bilateral en ese mercado”. Producto de esta situación, el desvío del TCR –frente al promedio histórico– se sitúa ahora en el entorno de 34%.


  1. La publicación pertenece al Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica del Uruguay.