Actividad económica

Según el Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) elaborado por el Banco Central del Uruguay (BCU), la economía uruguaya se contrajo 1,1% entre marzo de 2023 y marzo de 2024. Con relación a febrero, la caída de la actividad se ubicó en torno a 1,2% (en términos desestacionalizados).

Este indicador, de reciente publicación por parte del BCU, resume el desempeño de las distintas ramas de la economía en cada mes, proporcionando así una medida de la evolución de la actividad económica del país en el corto plazo que contribuye a contar con información más oportuna (dado que los datos del PIB se publican con un rezago mayor, la última información oficial sobre esta variable corresponde al último trimestre del año pasado). El cálculo del IMAE se basa en múltiples indicadores de oferta, que son ponderados por la participación de las actividades económicas dentro del PIB (por eso opera como un adelanto de este).

De esta manera, y como indicó el economista Nicolás Cichevski, gerente del departamento de economía de CPA Ferrere, esto “anticiparía que durante el primer trimestre el PIB creció 0,4% interanual (incidido negativamente por el ‘efecto pascua’) y 0,7% frente al cuarto trimestre de 2023”. En otras palabras, la actividad económica continúa mostrando un desempeño magro, en línea con la tendencia observada durante el año pasado (la economía uruguaya creció apenas 0,4% anual en 2023).

Según el último relevamiento de expectativas del BCU, los analistas proyectan un crecimiento de 3,5% para este año, que se moderaría a partir de 2025 convergiendo a una tasa anual de 2,5% en el próximo bienio.

Finanzas públicas

Según informó el Ministerio de Economía y Finanzas, el déficit fiscal global se ubicó en torno a 4,2% del PIB durante abril, sin considerar los ingresos correspondientes al Fideicomiso de la Seguridad Social. Por su parte, para el Gobierno Central-BPS, el resultado fue deficitario en 3,5% del PIB.

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Salarios

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, el poder de compra aumentó 4,2% en términos interanuales durante abril. En el caso del sector privado, el incremento del salario real se situó en torno a 5%, mientras que en la órbita pública el avance ascendió a 2,8%.

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Si bien la mejora del poder de compra fue generalizada, los mayores aumentos correspondieron al sector de la construcción (8,2%), el transporte y almacenamiento (6,3%) y las actividades inmobiliarias (6,1%). Le siguieron la enseñanza (5,2%), las industrias manufactureras (5,1%) y el comercio (4,6%). En menor medida, el poder de compra aumentó en el caso de restaurantes y hoteles (4,2%) y de la salud (3,5%).

Sector externo

El tipo de cambio real (TCR; indicador que refleja la evolución de la competitividad medida a partir de los precios) aumentó levemente durante abril, impulsado por la mejora en la relación bilateral de precios con Argentina. Concretamente, la variación agregada del indicador fue de 0,5% con relación al mes de marzo, siendo de 8% en el caso puntual de Argentina (26% interanual). De hecho, esta mejora compensó lo sucedido con el resto de las economías que contempla el indicador, con las que la relación de precios exhibió un deterioro adicional en términos mensuales. En particular, en el caso de Brasil, el indicador se retrajo 3% mensual.

Considerando estos datos, el desvío del TCR con respecto al promedio histórico se ubicó en torno a 38%. Esta es una de las referencias que se considera para cuantificar la magnitud del “atraso cambiario”. Si se consideran únicamente los países que están por fuera de la órbita regional, el desvío actual se sitúa en el entorno del 29%. Por el contrario, al tomar en consideración únicamente a los países de la región, la brecha respecto a ese umbral histórico asciende actualmente al 58% (luego de varios meses de mejora al influjo del encarecimiento relativo de Argentina). Desagregando este último dato a nivel país, el desvío con Argentina y Brasil es de 54% y 37% respectivamente.

Complementando esta información, el último informe de política monetaria elaborado por el BCU ubicó el desvío del tipo de cambio en el eje del 15% al cierre del primer trimestre, considerando la brecha que existe entre el nivel observado (TCR efectivo) y el nivel en el que “debería” estar en función de los fundamentos (umbral estimado por el BCU).