La última edición del informe Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial (BM) prevé que las economías de los países en desarrollo, responsables del 60 % del crecimiento mundial, “terminarán el primer cuarto del siglo XXI con las perspectivas de crecimiento a largo plazo más desalentadoras desde el año 2000”, aún con las proyecciones positivas para la economía mundial.
Según el análisis del ente, el contexto económico mundial “se ha vuelto modestamente más favorable” desde su último informe del pasado mes de junio, luego de varios años caracterizados por la “superposición de perturbaciones negativas”.
Aunque afirma que las perspectivas de crecimiento económico no serían suficientes para contrarrestar el daño de los sucesivos impactos negativos, el BM sostiene que el crecimiento mundial atraviesa un momento de estabilización, dado por el acercamiento de la inflación a las metas de los bancos centrales y el respaldo de la flexibilización de la política monetaria a la actividad económica. Para el banco, este panorama “debería dar lugar a una expansión mundial moderada del 2,7% en 2025-2026”, al tiempo que “se espera que el crecimiento de las economías en desarrollo se mantenga estable en alrededor del 4% durante los próximos dos años”.
“La mayor incertidumbre en materia de política económica y los cambios adversos en la política comercial representan riesgos a la baja fundamentales”, indica el organismo y menciona otros riesgos como, “el aumento de las tensiones geopolíticas, una inflación más alta y eventos climáticos extremos”.
El ente afirma que, desde el año 2000, las economías en desarrollo se han vuelto más importantes para la economía mundial y han ganado interdependencia, con un porcentaje de más del 40% de sus exportaciones que son dirigidas a otras economías en desarrollo. “Ahora tienen mayor influencia en los resultados de crecimiento y desarrollo en otras economías en desarrollo. Por ejemplo, un incremento de 1 punto porcentual en el crecimiento del PIB de las tres principales economías en desarrollo —China, India y Brasil— suele dar lugar a un aumento acumulativo del PIB de casi el 2% en otras economías en desarrollo al cabo de tres años”, explica el BM, aunque subraya que el bienestar de las economías en desarrollo sigue fuertemente ligado a las tres economías más importantes: Estados Unidos, la zona del euro y Japón.
Perspectivas para América Latina y el Caribe
El BM prevé que la expansión del PBI en América Latina y el Caribe se acelerará hasta ubicarse en torno al 2,5% en 2025 y 2,6% en 2026.
El crecimiento de la región se dará “a medida que Argentina se recupere, las tasas de interés se normalicen y baje la inflación”, sostiene el organismo, que pronostica para el país vecino una recuperación de aproximadamente un 4,8% anual después de dos años de recesión.
La inestabilidad fiscal, la persistencia de la inflación básica y el endurecimiento de las políticas monetarias, son los principales riesgos a los que está expuesta la previsión para la región. Se señala que el escaso crecimiento de China podría impactar en países como Chile y Perú, al reducirse la demanda de productos básicos, mientras que las restricciones comerciales incluidas en la actualización del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá “podrían reducir las exportaciones”.
Por otro lado, el BM alerta sobre la amenaza representada por el cambio climático y “las sequías inducidas por La Niña”, que impactan “en la agricultura y la infraestructura en las zonas vulnerables”.
Para Brasil, el BM proyectó que el PIB “se desacelerará hasta llegar a alrededor del 2,2%” este año y el próximo, como consecuencia de “las políticas monetarias restrictivas y un apoyo fiscal escaso”.
En el caso de México, se espera que alcance un crecimiento promedio del 1,5%, “limitado por la aplicación de una política monetaria restrictiva y la consolidación fiscal”. Por su parte, se proyecta crecimiento para Colombia, un 3%, y Chile, en un 2,2% anual beneficiado de las exportaciones de energía verde.
En el Caribe, el crecimiento previsto para 2025 será del 4,9%, y en 2026 del 5,7%, impactado por la expansión de la industria petrolera en Guyana.
¿Qué proyecta el Banco Mundial para Uruguay?
Las proyecciones para Uruguay se mantienen invariables con respecto al informe del mes de junio pasado.
Se espera que el PIB del 2024, el cual aún no se conoce, haya cerrado con un crecimiento del 3,2%. Igualmente, se espera que para el año corriente y 2026 haya una desaceleración en la economía del país, que crecerá 2,6%.