El dato
Según la nueva medición de pobreza multidimensional publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2024 la incidencia de la pobreza medida con esta nueva métrica fue del 18,9%. Esto significa que casi una de cada cinco personas enfrentó privaciones en dimensiones definidas como fundamentales, como educación, vivienda, empleo y acceso a servicios básicos.
En comparación, la pobreza monetaria, que se mide únicamente por el nivel de ingresos (y que no fue actualizada recientemente por el INE pese a contar con una nueva encuesta de gastos e ingresos), afectó al 10,3% de la población en el mismo año. La nueva medición intenta captar la pobreza más allá de los ingresos, ya que muchas personas que no son consideradas pobres desde una perspectiva monetaria aún sufren carencias en otros aspectos fundamentales de su bienestar.
El contexto
¿Qué es el indicador de pobreza multidimensional y por qué se diferencia del indicador de pobreza que se publica y utiliza habitualmente?
Un indicador de pobreza multidimensional (IPM) mide las privaciones que enfrentan las personas en diferentes aspectos esenciales de su vida, más allá del ingreso. En Uruguay, el IPM, elaborado por el INE y publicado ayer, evalúa la pobreza considerando cinco dimensiones clave: educación, condiciones habitacionales, servicios básicos, protección social y empleo. Cada dimensión tiene tres indicadores y suma un total de 15 indicadores, todos con la misma ponderación.
Este indicador se diferencia de la pobreza monetaria, que es la medida más utilizada y se basa únicamente en el nivel de ingresos de los hogares. Mientras que la pobreza monetaria considera pobre a una persona si el ingreso per cápita de su hogar está por debajo de un umbral determinado (establecido con relación a las necesidades mínimas alimentarias y no alimentarias de referencia), el IPM identifica privaciones en distintas áreas fundamentales. Por ejemplo, una persona puede no ser pobre en términos de ingresos, pero sí sufrir carencias en educación, vivienda o acceso a servicios básicos.
En resumen, mientras que la pobreza monetaria se centra en la falta de ingresos, el IPM ofrece una visión más amplia de la pobreza al considerar múltiples aspectos que afectan la calidad de vida de las personas.
¿Cuál fue la incidencia de la pobreza multidimensional en 2024?
El año pasado, la pobreza multidimensional afectó al 18,9% de la población, lo que significa que casi una de cada cinco personas experimentó carencias en varias dimensiones esenciales de su bienestar. Entre quienes son considerados pobres según esta medición, la intensidad de la pobreza fue del 33,7%; esto indica que, en promedio, cada persona en esta situación sufrió aproximadamente un tercio de las privaciones posibles.
El IPM, que combina la incidencia (porcentaje de personas afectadas) y la intensidad (grado de privaciones que sufren), tuvo un valor de 0,064. Este índice permite hacer comparaciones en el tiempo para evaluar si la pobreza multidimensional mejora o empeora.
¿Cómo se vinculan las medidas de pobreza monetaria y multidimensional?
La mayoría de la población (76,6%) no es pobre según ninguna de las dos métricas, pero un 13,3% experimenta privaciones en dimensiones no monetarias, a pesar de no ser considerado pobre en función de los ingresos.
Por otro lado, el 7,4% de la población es pobre tanto por ingresos como por IPM, lo que refleja una superposición parcial entre ambas mediciones. Sin embargo, hay un 2,7% que, aunque es pobre por ingresos, no lo es según la medición multidimensional. En total, el 20,7% de la población presenta privaciones según el IPM, mientras que el 10,1% es considerado pobre por ingresos.
Foto: Mara Quintero
¿Cuáles son las dimensiones que más “contribuyen” a la pobreza multidimensional?
Las dimensiones que más contribuyen a la pobreza multidimensional en Uruguay están relacionadas con la educación, el empleo y las condiciones de vivienda. El indicador con mayor impacto es el de años de escolarización, que contribuye en un 18,3% a la pobreza multidimensional. Esto refleja que muchas personas en situación de pobreza tienen bajos niveles educativos, lo que limita sus oportunidades laborales y su bienestar general.
En segundo lugar, la informalidad laboral tiene una contribución del 13,5%. Esto significa que una parte significativa de la población en situación de pobreza multidimensional trabaja en empleos sin cobertura de seguridad social, lo que dificulta su acceso a derechos laborales y protección económica.
Por último, el indicador de materialidad y problemas de la vivienda representa un 11,7% de la pobreza multidimensional, lo que muestra que muchas personas viven en condiciones inadecuadas, con problemas estructurales en sus hogares, que están construidos con materiales no adecuados.
¿Cómo es la distribución por regiones?
La distribución de la pobreza multidimensional varía según la región. Montevideo es la zona con menor incidencia de pobreza, con un 15,1% de su población en esta situación, mientras que en el interior del país la incidencia es mayor y alcanza el 21,4%. Esto significa que en el interior hay una mayor proporción de personas que experimentan múltiples privaciones que afectan su calidad de vida.
Sin embargo, cuando se analiza la intensidad de la pobreza, que mide cuántas privaciones enfrenta en promedio una persona considerada pobre, los valores son similares en ambas regiones. En Montevideo la intensidad es del 34,5%, mientras que en el interior es del 33,4%. Esto indica que, aunque hay menos personas en situación de pobreza en la capital, quienes la sufren experimentan un grado de carencias comparable con el de las personas pobres en el interior.
El IPM, que combina la incidencia y la intensidad, también refleja esta diferencia. En Montevideo, el IPM es de 0,052, mientras que en el interior alcanza 0,071.