La situación actual
Luego de alcanzar un pico en setiembre de 2023 (180%), la diferencia de precios entre Salto y Concordia ha venido acortándose durante los últimos meses, producto del encarecimiento relativo que ha experimentado la economía argentina. Así lo indica el indicador de precios fronterizos elaborado por el Observatorio Económico de la Universidad Católica de Salto, que se mantuvo relativamente estable en torno al 22% durante el último trimestre.
Según el informe divulgado días atrás, que cuantifica la brecha de precios correspondiente a enero (22,7%), la distancia mayor entre las canastas que pueden adquirirse de un lado y del otro del puente se da en el rubro “bienes diversos”, que ascendió al 51% e incluye −entre otras cosas− al desodorante y los antitranspirantes (78% más caro de este lado del río), el shampoo y el acondicionador (74%) y el jabón de tocador (60,1%). Si bien es la división con la brecha más alta, el descenso con respecto al pico observado durante 2023 es significativo, dado que por aquel entonces se situaba en el entorno de 340%.
En el caso de las bebidas alcohólicas y el tabaco, que es la segunda agrupación con mayor disparidad de precio entre ambas ciudades (44%), las mayores diferencias se constataron en los casos del vino (91%) y de los cigarrillos con filtro (69,6%). Sin embargo, al interior de este universo, Salto cuenta con una diferencia favorable en el caso del whisky, que es 32% más barato de este lado de la frontera.
Finalmente, el tercer lugar del ranking corresponde a las comidas fuera del hogar, con una brecha del 34% en promedio. Comprar una hamburguesa al pan es 62% más caro en Salto que en Concordia, y una pizza 35%.
Categoría | Brecha de precios |
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Bienes diversos | 51% |
Bebidas alcohólicas y tabaco | 44% |
Comidas fuera del hogar | 34% |
Productos del hogar | 33% |
Alimentos y bebidas no alcohólicas | 27% |
Transporte | 6% |
Prendas de vestir y calzado | -18% |
Artículos escolares | -39% |
Fuente: UCU. |
En el resto de los casos, como se muestra en el cuadro, las brechas se ubican actualmente por debajo del 32%, con dos excepciones: las prendas de vestir y el calzado, y los artículos escolares. En estos dos últimos casos el diferencial es favorable a Salto, es decir, es más barato adquirir estos productos de este lado del puente.
En la misma dirección apuntan otros indicadores, como el tipo de cambio real. En ese sentido, los últimos datos revelan que el problema de competitividad que tenemos con la región se invirtió, siendo más acuciante ahora con respecto a la economía brasileña que con Argentina.
El impacto en el turismo
Según las últimas cifras difundidas por el Ministerio de Turismo, la salida de uruguayos durante 2024 cayó cerca de un 13% con relación al año anterior, aunque se situó por encima de los niveles correspondientes a 2019. Sin embargo, en línea con la fuerte corrección cambiaria, el ingreso de argentinos se incrementó en términos anuales (4%), principalmente durante los últimos tres meses del 2024 (21%). Esta es, en efecto, una de las manifestaciones que ha tenido el encarecimiento relativo que ha exhibido nuestro vecino rioplatense. Esta tendencia alcista se constató también a nivel del gasto, con un avance del entorno del 15% en términos interanuales.
De acuerdo con las cifras procesadas por la consultora Exante1, el año pasado se registraron más de 3.000.000 de viajes de uruguayos al exterior, lo que implicó un retroceso cercano al 40% con relación a 2023. De ese total, el 70% tuvo como destino Argentina, lo que implica que fueron cerca de 2.100.000 viajes los que tuvieron como destino ese país. Más allá de la magnitud, lo anterior representa una caída del 45% al comparar con los datos del año anterior (habían sido 3.900.000 los viajes que se hicieron en 2023, producto de la relación de precios extremadamente favorable que se dio durante ese año).
En suma, la evolución del turismo receptivo y emisivo reflejan el encarecimiento relativo que tuvo Argentina frente a nuestro país, plasmado en parte en el acortamiento de la brecha analizado previamente.
Incertidumbre sobre las perspectivas
Durante las últimas semanas el debate sobre el atraso cambiario ha venido escalando en Argentina (es una patología rioplatense), generando crecientes preocupaciones sobre una eventual devaluación del peso argentino, que ha venido manteniéndose relativamente estable desde hace varios meses (obviamente, “estable” para los inusuales parámetros que caracterizan a Argentina).
“El gobierno no devaluará para salvarles la ropa a sus clientes a costa del dolor de los argentinos de bien”, sentenció el presidente Javier Milei en una columna que publicó en el diario La Nación hace poco más de una semana, titulada “Atraso cambiario: el disco rayado de los economistas”.
Este es un tema que ha venido escalando, en paralelo con la discusión sobre el eventual final del cepo cambiario, y que disparó una fuerte controversia luego de las acusaciones que realizó el periodista Alejandro Fantino contra los economistas del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), un think tank que acumula cinco décadas de trayectoria2.
En uno de sus programas, Alejandro Fantino acusó a Roberto Frenkel, José María Fanelli, Martín Rapetti y Sebastián Katz de promover una devaluación, indicando que su “principal entrada de guita” viene de la venta de informes al exterior: “Sus informes son en dólares y con tres informes mensuales se alquilan un yate en Rimini [Italia] y ponen a cuatro odaliscas a bailar [entonces] estos tipos necesitan la devaluación. ¿Vieron cuando habla de econochantas Javier? Habla de estos”.
Obviamente, dada la reputación y trayectoria de los acusados, y la relevancia y el prestigio del Cedes, las críticas cayeron desde todos los frentes, llegando incluso a diluir por un rato la famosa grieta argentina que atraviesa a la profesión (una verdadera rareza). A modo de ejemplo, el exvicepresidente del Banco Central Lucas Llach, que ocupó ese cargo junto a Federico Sturzenegger en el gobierno de Mauricio Macri, posteó: “Lo de Fantino diciendo que economistas del Cedes quieren un tipo de cambio alto para ganar más guita es de las mayores berretadas que he escuchado últimamente. He discutido con varios de ellos durante décadas, especialmente porque no les disgusta el cepo y porque defendían el tipo de cambio inflacionario de Néstor [Kirchner], pero es su posición de toda la vida, no es por guita. Tienen papers teóricos sobre el tema”.
En un escueto comunicado, el Centro agradeció a “la comunidad científica y profesional” por su apoyo “ante esta campaña de difamación” en contra de sus investigadores. “El respeto y la consideración que recibimos validan los 50 años de nuestro trabajo riguroso y comprometido con el país. Nunca ha sido nuestra conducta caer en las provocaciones, sino contribuir a fortalecer la democracia. No cambiaremos ahora”, sentencia el texto compartido a través de sus redes sociales.
Algo similar había ocurrido días atrás, cuando Milei acusó al exministro de economía Domingo Cavallo de “impresentable”, luego de que este argumentara que el dólar estaba atrasado. Con el autoritarismo que lo caracteriza, que está en las antípodas del liberalismo del que se jacta defender, el presidente fue un paso más y removió a su hija, Sonia Cavallo, del cargo que ocupaba en la Organización de los Estados Americanos.
Como señaló el analista financiero argentino Christian Buteler, “las señales de un tipo de cambio desalineado con el equilibrio de mercado son numerosas; desde el gasto récord con tarjeta de crédito en moneda extranjera en enero hasta las largas filas para cruzar a Chile, pasando por el índice Big Mac y la comparación de precios de bienes básicos en supermercados locales y en el exterior”3. En este marco, “sostener el discurso oficial será cada vez más desafiante”, concluye el economista.
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“Turismo 2024: Cayó el ingreso de turistas y los viajes de uruguayos al exterior. ¿Qué proyecciones se manejan para 2025?” (Exante). En perspectiva. Radiomundo. ↩
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“Economistas de todas las corrientes salieron a repudiar la crítica de Alejandro Fantino a exprofesores de Javier Milei”. Clarín. ↩
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“El atraso cambiario y la necesidad del gobierno de negarlo”. Ámbito. ↩