Esta iniciativa forma parte de un conjunto más amplio de esfuerzos e investigaciones que ha venido promoviendo la institución para atender la problemática del endeudamiento que afecta a una parte significativa de la población, en particular, a raíz de la publicidad engañosa y la falta de transparencia que caracteriza al mercado de crédito.

Un poco de contexto

El año pasado, investigadoras del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) divulgaron una investigación que ponía el foco en la “epidemia” de sobreendeudamiento que padecen muchísimos hogares de nuestro país1 y que ha motivado diversas iniciativas legislativas y de otra índole en los últimos años.

Según este estudio, cerca de 801.764 personas (uno de cada tres adultos) se encontraban en situación de default, lo que implica que el atraso para el cumplimiento de la obligación supera los 90 días. Como señala el documento, “si bien las prácticas de préstamos responsables y las decisiones de endeudamiento informadas pueden conducir a resultados positivos, las tasas de interés elevadas pueden atrapar a las personas en un ciclo de endeudamiento, erosionando su seguridad financiera y exacerbando potencialmente las desigualdades sociales”.

En diálogo con la diaria,2 Graciela Sanromán y Lucía Bertoletti, dos de las investigadoras a cargo del estudio, alertaron que en ese total hay aproximadamente 191.280 personas en situación de vulnerabilidad que son alcanzadas por los programas sociales del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).

Sobre la evolución de este fenómeno, señalaron que su agudización se ha incrementado en las últimas tres décadas y que, si bien “puede atribuirse en parte a la creciente aceptación del crédito como herramienta para gestionar las fluctuaciones financieras y garantizar un nivel de vida estable, incluso ante gastos imprevistos o interrupciones de los ingresos, [...] es crucial reconocer que el crédito al consumo sólo es beneficioso en ciertas ocasiones, y su idoneidad como producto financiero varía considerablemente según los distintos segmentos de la población”.

Por eso el estudio se focaliza en las llamadas “trampas de la deuda” y sus implicancias en diversas dimensiones que afectan a los hogares, especialmente en materia de bienestar y movilidad social. En ese sentido, como enfatizó en su momento Sanromán, las consecuencias de caer en estas trampas se extienden hacia otras áreas importantes de la vida cotidiana, como el acceso a un contrato de telefonía fija o de internet, o también a garantías de alquiler.

Entre las propuestas que surgen de esa investigación destacan la necesidad de mejorar el acceso a la información (que de por sí es inherentemente compleja y además se utiliza de forma poco transparente y engañosa), la importancia de revisar los mecanismos mediante los cuales se determinan las tasas máximas de interés, de alivianar las consecuencias que supone estar en el “clearing de informes” y de ofrecer mejores condiciones para el acceso al crédito a los segmentos más vulnerables de la sociedad, como podría ser una suerte de “crédito Mides”, por ejemplo.

En línea con lo anterior, también se subraya la posibilidad de que se pueda incluir la figura de la bancarrota para personas físicas y de generalizar y reforzar los recursos y esfuerzos destinados a la educación financiera.

El sobreendeudamiento entre los jóvenes

Según un trabajo publicado por investigadores del Banco Central del Uruguay (BCU), la cantidad de deudores jóvenes que enfrentan dificultades en su capacidad de pago pasó de 30,4% a 44,4% entre mayo de 2015 y mayo de 2023.3

La investigación, titulada Endeudamiento de los jóvenes en Uruguay, aborda esta problemática tomando como objeto de estudio a las personas menores de 30 años y advierte que “el primer contacto de los jóvenes con el crédito, parte integral de su transición a la vida adulta, trae aparejado implicaciones cuyas dimensiones suelen no ser plenamente comprendidas, generando un impacto duradero en su historial crediticio a lo largo del tiempo”.

Además, los jóvenes en nuestro país enfrentan problemas estructurales de inserción laboral y son el grupo etario con mayor rezago en todas las dimensiones relevantes que hacen al mercado de trabajo: actividad, empleo, desempleo, informalidad, subempleo y salarios.

A modo ilustrativo, los últimos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística muestran que, para las personas que tienen entre 14 y 24 años, la tasa de actividad (indicador de oferta laboral) es 21 puntos porcentuales menor que para el resto (43,8% vs. 64,6%), la tasa de empleo está 26 puntos por debajo del promedio (33,3% vs 59,5%) y la tasa de desempleo es tres veces la tasa general (24% vs 8%).

En el caso de los salarios, los jóvenes están sobrerrepresentados entre los llamados veinticincomilpesistas. De acuerdo con el último informe elaborado por el Instituto Cuesta Duarte, la proporción de trabajadores de este grupo que perciben remuneraciones inferiores a ese umbral asciende al 53% y, entre ellos, un 12% no alcanza a superar los 15.000 pesos líquidos.

Volviendo al problema del endeudamiento, del estudio del BCU se desprende de que la cantidad de deudores menores de 30 años registrados en la Central de Riesgos Crediticios (CRC) del BCU pasó de 40.000 a 300.000 entre mayo de 2015 y mayo de 2023, que es la ventana de tiempo considerada para el análisis. Eso representa un 15,6% del total, dado que a mayo de 2023 eran 1.905.155 las personas que estaban registradas en el sistema.

A su vez, durante ese mismo período, el número de jóvenes con dificultades en su capacidad de pago trepó desde el 30,4% hasta el 44,4% y el capital promedio de la deuda pasó de 19.000 en promedio a 87.500 pesos. En efecto, son aproximadamente 120.116 los jóvenes que tenían al menos una calificación de “deudor irrecuperable”, dado que las personas pueden tener vínculo con más de una institución financiera.

El estudio también señala que los jóvenes se endeudan en mayor proporción que el resto para adquirir automóviles y en menor proporción para acceder a vivienda. No obstante, el motivo principal del endeudamiento de este grupo está asociado a los créditos al consumo. A este respecto, un 99,6% tiene deudas por créditos al consumo, 0,22%, deudas hipotecarias y 4,14%, con destino a la compra de automóviles.

Con relación a los instrumentos utilizados, la investigación advierte que los jóvenes se endeudan mediante préstamos amortizables y tarjetas de crédito, “siendo este último instrumento el que presenta una mayor proporción de deudores sin dificultades en su capacidad de pago”.

Una herramienta al servicio de la ciudadanía

Como fue señalado, las investigadoras del Departamento de Economía de la FCS enfatizaban, a partir del análisis de este fenómeno, la importancia de atender el problema del acceso a la información. En particular, Bertoletti advertía que era necesario mejorar el acceso a la información mediante el diseño de una política pública. “Hay que garantizar el derecho al acceso a la información y también lograr que sea clara para las personas”, sostenían.

En particular, sugerían el desarrollo de una herramienta similar a PreciosUy,4 pero que permita comparar las tasas de interés que ofrecen las múltiples instituciones financieras que operan en nuestro país. Esto fue, en efecto, lo que presentaron la semana pasada, poniendo a disposición de la ciudadanía una potente herramienta de información para quienes estén evaluando tomar un crédito al consumo, dados los problemas graves que derivan de la publicidad engañosa y la falta de transparencia en ese mercado: https://bancodedatos-fcs.shinyapps.io/tasas/

Se trata, según valoró el politólogo Daniel Chasquetti en sus redes sociales, de “una de las mejores iniciativas de nuestra facultad: estudiar sistemáticamente los cantos de sirenas del mercado de crédito y confirmar la existencia de publicidad engañosa y ausencia de transparencia”.

La página incluye varias “pestañas” que facilitan el acceso a la información y brindan la posibilidad de comparar gráficamente y de forma sencilla la evolución de las distintas tasas de interés (máximas, mínimas y promedio) que ofrecen los bancos y las financieras, incluyendo un tutorial para su utilización y un link de acceso al simulador de préstamos elaborado por el BCU.

A modo de ejemplo, estos son dos de los insumos que pueden extraerse a partir de la información sintetizada en el banco de datos elaborado por el Departamento de Economía y la Unidad de Métodos y Acceso a Datos de la FSC.

Por un lado, el cuadro sintetiza, por tipo de institución (banco o financiera), cuáles son las tasas máximas y mínimas que cobra cada una, lo que evidencia la importante dispersión que existe entre los múltiples actores que operan en el mercado de crédito.

Tipo Institución Tasa mínima (%) Tasa máxima (%)
Banco Heritage 30 30
Banco BBVA 34 34
Banco BROU 29 34
Financiera ANDA 31 36
Financiera Copac 31,2 36,3
Banco HSBC 35 39
Banco Itaú 35 41
Banco Bandes 45 50
Banco Scotiabank 25 50
Financiera Fucac 29 69
Financiera Verde 31 69
Banco Santander 85 85
Financiera Oca 55,9 92
Financiera Fucerep 66,9 99
Financiera República Microfinanzas 52 99
Financiera Créditos Directos 66 102
Financiera Así 73 115
Financiera Créditos de Valor 67 118
Financiera Creditel 66,4 122,1
Financiera Pago Después 67,4 123,1
Financiera Pronto 67,4 123,1
Financiera Credisol 70 125,5
Financiera ACAC 73,5 126,8
Financiera Crédito de la Casa 70,6 132
Financiera Crédito Naranja 67 142
Financiera Microfinanzas 70 149,5

Por el otro, el gráfico muestra la evolución temporal de las tasas correspondientes a los bancos y a las financieras (que se presentan de forma agregada). En este último caso, la línea continua recoge la trayectoria de la tasa promedio y la zona sombreada refleja la distancia entre la tasa mínima y la tasa máxima. En concreto, en el caso del conjunto de las financieras, la tasa mínima es de 59,6%, la tasa promedio es de 81,4% y la tasa máxima es de 102,6%. La misma información está disponible para cada institución, lo que permite comparar visualmente cuáles son las diferencias en estas tres dimensiones.

Foto del artículo 'Herramientas ciudadanas: sobre la problemática del endeudamiento y los esfuerzos promovidos desde la Facultad de Ciencias Sociales'

  1. Bertoletti, L, Borraz, F, Sanromán, G (2024). Deuda por consumo y pobreza: la brecha de riesgo de impago. Departamento de Economía, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República. 

  2. Hacen falta estrategias para que 800.000 personas puedan salir de una situación de “default”. la diaria

  3. Arnabal, L, Taroco, S, Dassatti, C, Landaberry, V y Ponce, J (2024). Endeudamiento de los jóvenes en Uruguay. Documento de trabajo del Banco Central del Uruguay 2001-2024. 

  4. Es una herramienta que forma parte del Sistema de Información de Precios al Consumidor, perteneciente a la órbita del Ministerio de Economía y Finanzas. Concretamente, PreciosUy permite un acceso amigable a la información de los precios minoristas, lo que facilita la comparación de artículos, canasta y establecimientos para los consumidores.