(Hoy es 12 de junio. Faltan 18 días para las elecciones internas y 137 para las nacionales)

Buenos días. Les comento algunas noticias de la campaña electoral que pueden leer hoy en la diaria.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) decidió analizar, en una de sus comisiones, si las normas vigentes en Uruguay sobre la ocupación de lugares de trabajo cumplen con las recomendaciones de ese organismo. El hecho, que se debe a denuncias planteadas desde hace años por la Cámara de Industrias, fue simplificado ayer en el titular “Uruguay entró en la lista negra de la OIT”, e irrumpió, politizado, en la campaña electoral, desplazando transitoriamente a las propuestas y querellas de los precandidatos.

En el relato opositor, la noticia reafirma que los gobiernos frenteamplistas han permitido o estimulado todo tipo de excesos sindicales, que dañan la imagen del país y desalientan a los inversores. En el relato oficialista, los empresarios no se resignan a la conquista de derechos laborales y, con sus denuncias, desprestigian a Uruguay y ahuyentan la inversión. En el mundo de la burocracia internacional, el trámite seguirá su curso, quizá sin que se le preste mucha atención a uno u otro relato.

Mientras tanto, y con efectos de desprestigio quizá mayores, siguen los episodios de “campaña sucia” para las internas del Partido Nacional (PN). Ayer se conoció un nuevo caso de encuesta falsa, de la inexistente “Fundación latinoamericana para la promoción de la democracia”, con planteamientos que buscan desprestigiar a Luis Lacalle Pou. En el actual ambiente enrarecido del PN, varias fuentes dijeron a la diaria, sin autorizar la publicación de sus nombres, que el contenido y el formato de esta intervención desleal en la campaña las hacen sospechar que es responsabilidad de Juan Sartori.

Se podría decir que, por el contrario, el problema de la campaña para las internas del Frente Amplio (FA) es que se desarrolla en forma muy amable. Óscar Andrade, Mario Bergara, Carolina Cosse y Daniel Martínez sólo se aluden entre sí de formas muy indirectas, exponen sobre sus prioridades sin cuestionar las ajenas, y la percepción de las diferencias corre por cuenta del público.

Ayer, Martínez continuó con su ciclo “Impulsá el desarrollo”, esta vez en torno a la reforma del Estado, y empleó el tradicional recurso de describir dos enfoques extremos para señalar que se ubica en un punto medio (en este caso, ni achicar al Estado ni mantenerlo grande pero ineficaz), además de anunciar iniciativas para modernizar la gestión y prevenir la corrupción. Mientras tanto, Andrade participó en una actividad organizada por la Comisión de Derechos Humanos del Partido Comunista, y jerarquizó la necesidad de librar una “batalla contra la cultura de la impunidad”, que incluya la democratización de las Fuerzas Armadas.

La intensidad de las campañas (en un pico previo a su previsible disminución mientras la celeste juegue la Copa América), posterga cuestiones que no hace tanto acaparaban los titulares. La bancada de diputados del FA sigue buscando un acuerdo sobre el proyecto de ley de financiamiento de partidos, y quizá se acerque un momento en el que, como dijo a la diaria un integrante del sector de Darío Pérez, falte tan poco para las elecciones que no sea conveniente cambiar las reglas de juego.

Hasta mañana.