Al principio del torneo, por nombre pero también por equipo, Brasil estaba entre las selecciones que podían pelear el torneo. Sin embargo, un mal comienzo lo dejó contra las cuerdas. Llegó a la última fecha con la necesidad de ganar, en lo posible por una buena diferencia de goles, pero además dependía de lo que sucediera en el partido entre Japón y México: uno de los dos tenía que perder.

No le dio. Las brasileñas hicieron su parte del plan: derrotaron 4-1 a Sudáfrica gracias al aluvión de goles que hicieron en el segundo tiempo, pero como japonesas y brasileñas terminaron 1-1, no les alcanzó para meterse en los puestos de clasificación.

Los goles de Brasil fueron de Jheniffer, Júlia, Amanda y Maria Eduarda –los cuatro entre los 50 y 60 minutos–, mientras que el de las sudafricanas lo hizo Zethembiso Vilakazi.