Simphiwe Dludlu es la entrenadora del equipo femenino de Sudáfrica y la actual entrenadora del femenino sub 17 que jugó la Copa del Mundo en nuestro país. A los ocho años empezó a jugar al fútbol, en Alexandra, Johannesburgo, su barrio, donde el fútbol es el deporte que juegan todos los niños -varones- en la calle.

¿Cuál fue tu primer equipo?

Empecé jugando en equipo con varones, no sabía que había equipo de mujeres. Estaba acostumbrada, en la calle jugaba con mis amigos, con mis primos, todos eran varones. Hasta el 2006, que quede en Banyana Banyana, que es el equipo nacional femenino de fútbol de Sudáfrica, allí fui la capitana por un año.

¿Por qué elegiste el fútbol?

Practique muchos deportes, pero el fútbol siempre fue lo que me llenó más, lo que me apasionó. Quede en Banyana Banyana en el 2006 y ahí empezó todo. Luego jugué en el Mamelodi Sundowns.

¿Cómo fue pasar de jugadora a entrenadora?

Siempre me gustó ser una líder. Si hay problemas siempre busco soluciones. Mi viaje, mi trayectoria en fútbol siempre fue por ese lado también. Jugué 63 veces con Banyana, y aprendí mucho de esta manera, con la pelota en mis pies. Estudié por medio del fútbol, viajé, conocí. Dejé de jugar en el 2015 cuando me jubilé de jugar a los 27, pero quería seguir desde otro lado, desde el entrenamiento.

Rompiendo estereotipos, ¿cómo es ser una coach mujer en un mundo patriarcal?

Para mí ser entrenadora mujer significa entender la necesidad de que nosotras las mujeres estemos involucradas en fútbol para agregar valor al juego de mujeres en el mundo, y a las mujeres en el juego. Por eso me metí en esto, porque me gusta el fútbol y pensé en agregar valor siendo entrenadora mujer. Es mi pasión.

¿Cuál es la relación con los entrenadores varones?

Los hombres que están de entrenadores no son para nada competencia, pero para mí es importante complementar las estructuras que ellos ya han agregado. Ellos empezaron entrenando el fútbol de mujeres antes de que las mujeres empezáramos a meternos en ese lado. Entonces, sirve para complementar, y motivar a otras chicas, otras mujeres, a involucrarse para que crezca el juego de fútbol femenino, con mujeres.

¿Con qué dificultades te encontraste por ser entrenadora mujer?

Ha sido más difícil entrenar a un equipo como mujer porque una opinión valiosa en fútbol es la de un hombre, no la de una mujer, no importa cuánta experiencia has tenido. Entonces la idea es seguir rompiendo esas barreras, esas dificultades, y decir “no queremos luchar contra el sistema, pero si queremos que el sistema entienda y vea nuestro valor desde lo femenino”. No es fácil, siempre hay desigualdad de género, pero seguimos luchando para que nos traten mejor, seguimos luchando para que nos respeten más, para que nos reconozcan más. Y poniéndonos acá, lo más que podamos, en esos lugares dominados por el hombre, y educarnos sobre el juego para saber lo que estamos haciendo.

¿Cómo es el fútbol femenino en Sudáfrica?

Estamos siempre atrasados en términos de estructura, de desarrollo. La última vez que clasificamos para un mundial fue en el 2010, hace ocho años atrás, y aún nos cuesta tener un buen equipo preparado. Mismo este equipo, sólo jugamos un torneo previo, y al tener que venir para acá no pudimos ir a muchos de los amistosos. Entonces la exposición no es tanta, y no es constante para nuestras chicas. Eso lo hace difícil. No tenemos ligas, ni siquiera tenemos muchas academias. Sólo tenemos una academia nacional, las demás chicas se juntan con los chicos para jugar, no hay clubes de chicas. Entonces el nivel no es el mejor, todavía está en la fase de crecimiento, donde a veces hay apoyo y a veces no. Esa inconsistencia hace muy difícil nuestro crecimiento. A su vez hay muchas cosas positivas que están pasando. Yo dejé atrás chicas de 14 años que son las jugadoras del futuro, entonces estamos avanzando, sólo que no es rápido, pero estamos en la ruta correcta camino al crecimiento.

La Copa del Mundo

¿Cuál es tu experiencia con el equipo del Mundial?

Ha sido un gran placer para mí. Es un honor y un privilegio ser la entrenadora de este equipo, porque este es un grupo muy especial de chiquilinas, sin una estructura consistente en nuestro país, igual es un grupo muy valioso. Ahora tenemos que volver y buscar otras maneras de hacer el juego mejor, y asegurarnos que hayan más mujeres en el fútbol desde una edad más temprana.

¿Cuál es tu relación con las chicas?

Ha sido un gran honor para mí, dejarme ser parte de ellas, de su grupo, y agregar mi conocimiento del fútbol. Ser la persona que soy, sin guardar nada, y agregar valor a sus vidas. Porque no es solamente sobre fútbol, también es para cambiar sus vidas, ayudarlas, crecer, que en este caso es por medio del fútbol.