Mañana desde las 16.30 se estará definiendo la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors en el estadio Santiago Bernabéu, escenario del Real Madrid, en España. La final más esperada, con todos los condimentos que generó, ya perdió enorme trascendencia, con toda el agua que pasó debajo del puente.

La revancha programada para el 24 de noviembre se suspendió por las agresiones que sufrieron los jugadores de Boca llegando al estadio Antonio Vespucio Liberti de Núñez, y ahí empezó uno de los capítulos más tristes del fútbol sudamericano. La final de la Libertadores de América tendrá por primera vez un partido fuera del continente, en la última edición del formato ida y vuelta (se pasará a final única en campo neutral), y será paradójicamente en Madrid, dejando 42 millones de euros de ganancia por concepto de entradas, publicidad, hoteles, restaurantes, etcétera.

La final será arbitrada por los uruguayos Andrés Cunha, Nicolás Tarán y Mauricio Espinosa, tal como estaba pactado en el Monumental de Núñez. River Plate, que tendrá cerca de 25.000 hinchas en el Bernabéu, no tiene equipo confirmado, pero una de los últimas formaciones que paró Marcelo Gallardo es con Franco Armani; Gonzalo Montiel, Jonatan Maidana, Javier Pinola y Milton Casco; Exequiel Palacios, Leonardo Ponzio, Enzo Pérez y Gonzalo Martínez; Lucas Pratto y una duda entre Lucas Martínez Quarta, Ignacio Fernández y Julián Álvarez, lo que alteraría la forma de juego en todos los casos. En el plantel millonario están Rodrigo Mora, Camilo Mayada y Nicolás de la Cruz, y el preparador físico Marcelo Tulbovitz. Boca Juniors, que tendrá el beneficio de tener a sus hinchas con una cantidad que superará los 30.000, tampoco tiene equipo confirmado, pero seguro estarán en cancha los uruguayos Lucas Olaza en el lateral izquierdo y Nahitan Nández en la mitad de la cancha. El partido se puede ver por Fox Sports.