Fue un paso más y fue la confirmación de todo lo (bueno) hecho hasta ahora. Los aurinegros tuvieron una piedra en el camino, que se llamó Torque, pero hasta ahora han llevado un Apertura muy bueno que los mantiene a tiro en lo local y en lo internacional. Con rotación del equipo y nombres que se adaptan a lo que el sistema pide, Leo Ramos ha encontrado una racha muy positiva que hace a su equipo llegar de la mejor forma, anímica y futbolísticamente, al clásico del próximo domingo ante los tricolores.

El gran fuerte de Peñarol es su equipo y el trabajo que realiza entre líneas. El 4-4-2 con el que juega, que puede rotar, se ha afianzado en el campo y se hace difícil de sobrellevar para cualquier rival. Esta vez el equipo tuvo que disimular la ausencia de Agustín Canobbio (cuadro de gastroenterocolitis), algo que pudo manejar muy bien. Rodrigo Rojo se paró en zona de volantes por izquierda, y manejó muy bien el ida y vuelta, conjuntamente con los relevos con Lucas Hernández. Por derecha fue el Lolo Fabián Estoyanoff, y en alguna jugada rotó con Rojo. El mediocampo estuvo muy bien cubierto por Guzmán Pereira, con mucha potencia y recuperación, junto al Cebolla Cristian Rodríguez, que fue la vía de escape para sus compañeros. El gran momento de Maxi Rodríguez, que mantiene la tendencia de pararse como referencia de punta pero también baja a buscar balones, es el gran ejemplo del juego entre líneas que busca y plantea Ramos.

Transición rápida de defensa a ataque, con resolución de contragolpe en pocos golpes. Así el carbonero llegó al primero, con un ataque rápido del delantero rosarino y un toque sutil al Cebolla. El de Juan Lacaze leyó bien el juego, tocando con Guillermo Varela abierto por derecha, y el lateral mandó el centro rastrero. En el camino Santiago Fosgt se quedó corto en el despeje y Maxi Rodríguez, que había arrancado más atrasado, apareció en el centro del área para mandarla a guardar.

Fénix fue poco, estuvo sin ideas y dependió (casi) exclusivamente de Leonardo Fernández. Los de Capurro formaron 4-3-1-2 e intentaron de contragolpe, juego mediante con el enganche, llegar en bloque y rápido para generar peligro, algo que no existió. Mathías Acuña y Maximiliano Pérez no se conectaron en ningún momento, y la línea de tres del medio estuvo muy separada de ellos para el juego de coordinación. La firmeza defensiva mantuvo a los albivioletas en el transcurso del partido, aunque Peñarol se venía.

Siempre son dos La tónica no varió en el complemento. Peñarol mantuvo dominio territorial, y de balón, y distribuyó el juego entre sus bandas. Ambos laterales subían constantemente, y conectaban hacia el centro con los dos delanteros, o con Estoyanoff y el Cebolla que llegaban a inquietar. Fénix no fue paciente, salteó líneas y su juego no generó tanto peligro como lo necesitaba. Leo Fernández atacó en bloque, casi siempre solo, y la única vía que tuvo fue la del tiro libre, que esta vez no le salió.

Por izquierda se inició el segundo aurinegro. Lucas Hernández llegó hasta el final, tocó en cercanía con Rodrigo Rojo, que tiró un centro precioso para Maxi Rodríguez. El argentino acomodó el cuerpo notablemente, con un cabezazo hacia atrás, y descolocó a Denis, que no tuvo ni una chance para aguantar el balón. Otra vez Maxi era fundamental en el esquema aurinegro, con sus habilitaciones rápidas, por buscar el balón y por convertir.

Nathaniel Revetria se la jugó con Juan Pereyra y Cristian Cruz en ataque, colaborando con Mathías Acuña, que mostraba chispazos, pero la defensa aurinegra se mantuvo tajante, no iba a ceder. Peñarol le cedió algo de terreno a Fénix, pero los capurrenses no supieron acomodarse ni manejar las riendas, y le dejaron vía libre a su rival para liquidar de contra. Cerca del final cayó el tercero, en una pelota que Fénix tenía dominada en salida. Lucas Hernández la robó, tocó rápido para Palacios (que había entrada por el Toro Fernández), y el de Belén, con tremenda visión de juego, mandó un centro muy pasado y preciso para el Cebolla Rodríguez, que se encontraba solito. El de Juan Lacaze tuvo tiempo para saborearla y calculó perfecto, de palomita le dio impulso y la puso contra el palo. 3-0 y partido liquidado.

Cancha: Estadio Centenario. Árbitros: Andrés Cunha, Nicolás Tarán y Mauricio Espinosa. Fénix (0): Darío Denis; Juan Álvez, Nicolás Olivera, Chiquito Fosgt y Gianni Rodríguez; Rodrigo Abascal (46´ Emiliano Mozzone), Tito Ferro, Leonardo Fernández y Roberto Fernández (76´ Juan Pereyra); Maximiliano Pérez (64´ Cristian Cruz) y Mathías Acuña. Entrenador: Nathaniel Revetria. Sup.: Juan Castillo, Andrés Barboza, Bryan Olivera y Manuel Ugarte. Peñarol (3): Kevin Dawson; Guillermo Varela, Toco Maldonado, Cachila Arias y Lucas Hernández; Rodrigo Rojo, Guzmán Pereira, Cebolla Rodríguez y Lolo Estoyanoff (81´ Giovanni González); Maximiliano Rodríguez (63´ Mathías Corujo) y Gabriel Fernández (71´ Cristian Palacios). Entrenador: Leonardo Ramos. Sup.: Thiago Cardozo, Enzo Martínez, Franco Martínez y Fidel Martínez. Goles: 25´ y 62´ Maximiliano Rodríguez (P) y 79´ Cebolla Rodríguez.