Nicolás Ojito Rodríguez, el Flaco Juan Manuel Olivera y Mauro da Luz fueron los goleadores del encuentro que los darseneros le ganaron a los bohemios en el Parque Alfredo Víctor Viera. Triunfo clásico como visitante, a domicilio, como más le gusta a River Plate, con la pelota cortita y al pie. Que es un clásico queda clarísimo, más allá de que no nacieron en el mismo barrio, sino pregúntenle a los hinchas. Se vive como tal, la gente lo sabe y se arrima con los nervios de punta. Esta edición del clásico del Prado entre Wanderers y River Plate se fue para la calle Atilio Pelossi. Con contundencia. En cuatro minutos, entre los 40 y los 44, la dársena se puso 2-0 y sentenció el partido. Primero Nicolás Rodríguez y después Juan Manuel Olivera, de penal, le dieron la tranquilidad a Pablo Tiscornia. Ya sobre el final del encuentro, a los 80, Da Luz puso el 3-0 para desatar la fiesta barrial rojiblanca. Si bien la diferencia de dos goles del primer tiempo parecía excesiva, en la segunda parte, ya con superioridad de futbolistas en cancha –porque en Wanderers se fue expulsado Damián Macaluso– River se floreó y encontró el tercero para ponerle el moño a la tarde.