Hay que aceptar lo ineludible: hace rato que no dejamos de pensar en la idea del Mundial. Los hinchas, los aficionados, los periodistas, hasta esos a los que no les va ni les viene el fútbol. Pasan los días y se empieza a hablar más, en algunos casos hasta obsesivamente. El fútbol ocurre en la cancha, pero también en la imaginación y en los sueños. Por suerte, también desde hace rato, incluso desde hace años, la selección uruguaya de fútbol habita la región más esperanzadora de nuestros sueños. De ahí la expectativa.

En el entorno de las 16.00 de ayer, 14 futbolistas saltaron a las canchas del complejo Uruguay Celeste para iniciar formalmente los entrenamientos para el Mundial: Fernando Muslera, José María Giménez, Guillermo Varela, Maximiliano Pereira, Diego Laxalt, Federico Valverde, Rodrigo Bentancur, Matías Vecino, Nahitan Nández, Cristian Rodríguez, Carlos Sánchez, Nicolás Lodeiro, Jonathan Urretaviscaya y Maximiliano Gómez. El grupo de futbolistas hizo trabajos físicos bajo la dirección del profesor José Herrera y luego continuó con el entrenamiento en el gimnasio. Nada del otro mundo: según explicó posteriormente el Maestro Óscar Tabárez, la idea inicial es poner al grupo, en la medida de lo posible, al mismo nivel físico. Y sí: la precisión es hija de la repetición.

Las prácticas continuarán hoy de tarde con otros cinco jugadores: Martín Cáceres, Sebastián Coates, Giorgian de Arrascaeta, Lucas Torreira y Gastón Ramírez. El jueves y el viernes se llevarán a cabo otros dos entrenamientos en doble horario, mientras que el sábado se entrenará sólo de mañana. El domingo los jugadores tendrán libre. Para la semana que viene se espera que esté el plantel completo. En el horizonte está la despedida de Uruguay –el jueves 7 de junio a las 20.00 en el estadio Centenario frente a Uzbekistán– y adelante, a 22 días, el inicio de Rusia 2018.

Palabra maestra

Después del entrenamiento de ayer, Tabárez dio una conferencia de prensa. Lúcida, como siempre, y enfocada en la planificación. Consulta mediante, en el arranque se centró en la lista de 26 y los plazos establecidos por la FIFA para dar la nómina de los 23 futbolistas que irán al Mundial. “Tenemos bastante definidas las cosas, pero hay casos puntuales en los que tenemos algunas dudas por una cuestión de honestidad intelectual”, sostuvo el director técnico, y agregó que nadie se va a ganar un puesto en lo que haga en estos días, pero tenerlos en los entrenamientos sí les da la posibilidad de verlos en la cancha, algo que ayudará a dilucidar su decisión. “Las cosas están bastante encaminadas, porque hemos hecho seguimientos, tenemos una historia de cada jugador; todo lo que hace un jugador que está con nosotros está registrado y consta en un historial. Estamos capacitados para hacer la lista de 23 y vamos a llevar un plantel que dé soluciones”, dijo Tabárez. En cuanto al momento de comunicar la lista definitiva, el entrenador celeste sostuvo que la dará dentro de los plazos que establece la FIFA –es decir, antes del 4 de junio, a diez días del arranque del campeonato–.

A propósito del Mundial, Tabárez fue muy elocuente. Manifestó que es bueno que haya expectativas, pero desearía que eso no signifique partir de realidades virtuales que después sean un drama nacional. Habló de tener “espíritu positivo” para hacer un buen campeonato. “Hay que querer lo mejor, pero no pensar que las cosas ya están hechas antes de hacerlas. La realidad del Mundial se va a ver cuando se jueguen los partidos. Y hay que prepararse para eso”, sostuvo.

El camino recorrido ayuda. El Maestro lo dejó entrever en varios tramos de la conferencia. Sobre el final, se enfocó en uno de los puntos fuertes que considera identitarios de este grupo celeste: ser un equipo defensivamente fuerte. “Potencialmente hay muchas selecciones superiores a Uruguay que nos han enfrentado a defendernos. Eso no lo vamos a perder”, comentó, teniendo en cuenta que en varias ocasiones la defensa le ha dado buenos resultados. “El fútbol es un deporte colectivo que consiste en oponer a dos rivales que tratan de conseguir el resultado de victoria, y eso se logra convirtiendo goles y tratando de que no le conviertan goles. Dicho de otra manera: hay que hacer más goles que el rival”, agregó. Además, enfocando el juego colectivo desde lo individual, añadió que “cuanto mejores jugadores individuales se tenga, mayor puede ser el éxito colectivo”.

Comenzó un nuevo camino. Ya se sabe cuáles son las recompensas. Por eso, ante un nuevo Mundial, el fútbol nos atrae como si se tratara de un misterio emocional. La realidad no cambia por eso, pero qué extraña forma de sentirse vivo.