La noticia ha sido que por segunda vez en su historia el ranking FIFA ha modificado, después de mucho estudio y simulaciones, el método y modo por el cual la FIFA determina las posiciones de las asociaciones y federaciones de fútbol que aglutina.

En realidad, la noticia para nosotros es que en esta primera vez de adaptación del sistema de puntajes al ranking, Uruguay ha quedado en la quinta colocación, entre los primeros cinco mejores países del mundo en el fútbol, algo que ya nos había acontecido entre el 2011 y el 2012 cuando el equipo de Tabárez consiguió ocupar la quinta, la cuarta , la tercera y la histórica segunda posición.

La puntuación, esta tabla de países y federaciones que en algunos pocos casos son autónomas en el fútbol pero no reconocidas como naciones ante la ONU, se empezó a elaborar desde hace años, más precisamente desde el 93, cuando Luis Cubilla hacía jugar a los “con hambre” en su selección. Los de Tabárez, quien como se sabe atraviesa esta larga y fecunda época en la selección (tras el mundial del 90 fue cesado y sustituido precisamente por Cubilla, quien en aquel momento se autoproclamó para ser el entrenador uruguayo) han quedado en la quinta colocación, coincidente con el puesto en el que terminaron los celestes un mes atrás en el Mundial de Rusia. Se trata de un paralelismo que, por lo menos en este caso, refuerza la condición de clasificación mundial.

Zona de exclusión

Cuando estábamos por las noches calladas nos sentíamos ninguneados y hasta se descalificaba por completo el ranking donde no se tenía en cuenta al multilaureado fútbol uruguayo. Ahora, sosteniendo este destacadísimo lugar en el deporte más competitivo del mundo, miramos maravillados el nuevo listado de FIFA. Si bien esta clasificación es objetiva al utilizar fórmulas matemáticas, ha sido objeto de un intenso debate, debido a que no reflejaba realmente el poderío y con cierta lógica no consideraba la trayectoria y la historia de las diferentes selecciones. En 2006 hubo un primer gran ajuste en la forma de llevar el listado y la propia FIFA anunciaba que “las normas de “transparencia” y “sencillez” que se aplicaron a la revisión sirvieron, junto con varios criterios deportivos (como la realidad del mundo del fútbol) y exigencias estadísticas, para crear una nueva base de cálculo simplificada. El cambio más importante entonces fue la reducción del período de recopilación de datos de ocho a cuatro años. Asimismo, se probaron, analizaron y modificaron íntegramente otros factores empleados hasta ese 2006, como resultado, importancia del partido, fuerza del adversario, factor de fuerza regional, número de partidos evaluados. Se prescindió de los criterios “goles” y “ventaja por jugar en casa”.

Fue así como después de haber ocupado nuestra peor ubicación de la historia del ranking -puesto 76 en 1998- llegamos a esa histórica segunda colocación en 2012 acumulando la épica remada del cuatrienio anterior bajo la dirección técnica de Óscar Tabárez sumando el cuarto puesto del Mundial 2010, y el título de la Copa América en Argentina 2011.

No más peces trepando árboles

Dice la FIFA: “Después de un largo periodo en el que se ha probado y analizado el mejor modo de calcular la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola, en agosto de 2018 entró en vigor un nuevo método, aprobado por el Consejo de la FIFA”.

Esta nueva versión, desarrollada por la FIFA, se denominó SUMA, ya que se basa en sumar o restar los puntos ganados o perdidos en un partido de los puntos totales que se tenían hasta ese momento, en lugar de promediar puntos por partido durante un periodo determinado de tiempo, como era el caso en la versión anterior de la clasificación mundial.

“El nuevo modelo para calcular la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola («la clasificación») fue desarrollado durante dos años en los cuales se probaron y se discutieron en profundidad un amplio número de diferentes algoritmos. Mediante este proceso de revisión y consulta, el principal objetivo fue dar con un algoritmo que fuera tanto intuitivo, como fácil de entender y que mejorara la precisión general de la fórmula, pero que a su vez incluyera los comentarios recibidos sobre el modelo anterior y proporcionara iguales oportunidades a todas las selecciones de todas las confederaciones de ascender en la clasificación”, dice FIFA.

No parece tan simple, y aquellos que asumimos que para Matemática de quinto era necesario manotear el teléfono y la dirección de algún profesor particular, debemos ordenar los ítems con los que se conforma el algoritmo que busca restar importancia a los amistosos y añadir importancia a la fase final de las competiciones, como el Mundial, dar más importancia a los partidos de la fase de eliminación directa que a los de la fase de grupos en la fase final de las competiciones para, finalmente, excluir del cálculo las derrotas en la fase de eliminación directa de la fase final de las competiciones.

La fórmula del algoritmo SUMA es la siguiente:

P = PAntes + I * G (W – We)

O sea que el puntaje se determina con los puntos arrastrados antes del partido (PA), más la importancia del partido (esta valoración va desde 5 en un amistoso fuera de fechas FIFA hasta 60 en semifinales y finales del Mundial), y un numerito que sale del resultado del partido, combinado con el resultado esperado por las posiciones que ocupaban y puff, otras complejidades que ahora no estaría en condiciones de explicar ni aunque Nicolás Marone me diera una beca perpetua a “No más peces trepando árboles”.

Tiene ajustes necesarios e inevitables, Los partidos que se decidan por penales se tratarán como empate para el equipo que pierda y como “media victoria” para la selección ganadora: la variable para el ganador implica 0.75 en lugar de 1.0, que se suma en caso de una victoria en el tiempo reglamentario o tras la prórroga. Si hay penales, entonces W para el perdedor= 0.5 y W para el equipo ganador=0.75 En algunos casos, los partidos terminan con un ganador tras el tiempo reglamentario o la prórroga, pero pueden incluir penales para determinar qué equipo pasará a la siguiente ronda. Estos partidos se considerarán victorias y derrotas normales.

Con el 5, bien paradito

Uruguay se ubicó en esta primera tabla utilizando el método SUMA en la quinta colocación con 1627 puntos, detrás de Francia primero con 1726 unidades, Bélgica 1723, Brasil 1657, y Croacia 1643. Les Bleus y los celestes ocupan además idénticas ubicaciones que en el Mundial reciente, mientras que el único desfasaje en relación a Rusia 2018 es la ubicación de Brasil, eliminado en cuartos de final pero tercero en el ranking, mientras que Inglaterra, semifinalista en Rusia quedó sexto en la tabla del ranking con 1615 unidades.

En medio de ese caos que parece la administración de los clubes en su asociación, de ese incómodo reflejo que parece tener internamente el fútbol uruguayo, brilla la celeste, su proyecto, su estabilidad como propuesta de crecimiento, como secuencia del trabajo y del conocimiento.

No es casualidad. Es causalidad.