Álvaro Navarro llegó a Defensor Sporting, el club que lo vio nacer, luego de un largo periplo por diversos países y clubes. Llegó a un violeta bastante lejano del que fue protagonista la temporada pasada, sobre todo porque se fueron varios jugadores. En su currículum trajo como antecedentes una buena cantidad de goles. Tras cuatro fechas de Torneo Clausura en las que no se le había dado, ayer marcó los dos goles que le dieron la victoria 2-1 a su equipo sobre Fénix.

El partido había arrancado chivo para Defensor. Fénix jugaba bien, su típico repertorio de pases y verticalidad funcionaba, atacaba seguido y por todos los sectores, y a los 24 logró ponerse 1-0. Bryan Olivera se escapó por la izquierda, remató seco, abajo, y nada pudo hacer Guillermo Reyes.

Al igual que Navarro, Olivera también fue protagonista de la tarde en el Capurro. Primero, por lo dicho: el volante ofensivo metió el primero para los de Juan Ramón Carrasco; después, por un par de jugadas desafortunadas para los suyos: tocó con la mano una pelota dentro del área –que terminó siendo gol de Defensor– y en el segundo tiempo falló un penal a favor.

Precisamente, esa mano de Olivera terminó siendo el primero de los dos goles de Navarro. El centrodelantero violeta aprovechó la pena máxima y empató el juego cuando iban 31 minutos.

Casi en la última jugada del primer tiempo llegó el segundo. Tiro libre, rebote largo y Navarro, a lo goleador, pescando en el área habiendo zafado de la marca, le pegó desde el suelo y la mandó adentro.

La segunda jugada desafortunada de Olivera fue el penal errado. Los que se animan también se equivocan: Guillermo Reyes voló contra su palo derecho y atajó abajo, abrazando la bola sin dar rebote.

Quedaba media hora de partido. Fénix, con Maxi Cantera como abanderado, se fue arriba, si bien tuvo más intenciones que chances claras. Defensor marcó bien –eso también hay que decirlo– y, tal y como estaba el partido, la apuesta le salió bien.