En la madrugada, cuando uno piensa y analiza lo que va y viene, el Pulga Rodrigo Mora dijo basta y el corazón lo sintió. Unas horas antes sus compañeros de River Plate habían viajado a la pretemporada en Punta del Este, pero él no, a pesar de estar en la lista de Marcelo Gallardo. En un estado de Whatsapp, algo que en un principio solo sus contactos pudieron ver, el delantero publicó y dejó en evidencia su decisión, la de no jugar más: “Me toca vivir uno de los días más tristes de mi vida. El sufrimiento y el dolor son constantes y ya no puedo. Di hasta lo que no tenía y hoy tengo que enfrentar la realidad. Ya no puedo seguir jugando al fútbol. Tengo un nudo en el pecho y una sensación imposible de explicar. Me hubiese gustado retirarme de otra manera. Sé que vienen momentos complicados... pero hoy sólo quiero agradecer a todos”. Así, en la soledad del teléfono, el riverense comunicó su decisión de no seguir jugando, algo que está asociado netamente a sus inconvenientes físicos.

En 2017 Mora fue operado de una necrosis aséptica de cadera, que lo tuvo fuera de las canchas por 259 días, y con la incertidumbre de si podría volver a jugar. Aun así, el uruguayo, que había jugado por última vez en mayo de 2017, volvió en enero de 2018 para demostrar que podía. Un mes después de su regreso a las canchas volvió a convertir un gol, 283 días después del último grito, en el empate de los millonarios con Godoy Cruz de Mendoza.

El rol de Mora fue mutando durante 2018. Estuvo siempre con el plantel, fue un apoyo constante y una variante táctica que el Muñeco Gallardo utilizó a demanda. El año de los de Núñez fue maravilloso, con Libertadores incluida, pero también con un gran momento de los delanteros Lucas Pratto, Gabriel Martínez, Rafael Santos Borré, algo que relegó al uruguayo. Su último partido fue en octubre, por la Superliga argentina.

El perfil de Mora en River Plate es de puro triunfo. Tuvo dos etapas, la primera entre julio de 2012 y diciembre de 2013, luego de julio de 2014 hasta la actualidad. Jugó 184 partidos (fue titular en 122), anotó 41 goles y levantó dos copas Libertadores, una Sudamericana, dos Recopas Sudamericanas, una Suruga Bank, una Supercopa Argentina y dos Copas Argentinas.

La historia del delantero en nuestro país ya parece más alejada en el tiempo. El pibe que jugaba en Nacional de Rivera y que estuvo cerca de arrimarse a Grêmio recaló con 16 años en Juventud de Las Piedras, y fue una de las figuras del recordado equipo pedrense que ganó la Viareggio Cup, con Julio Ribas como DT. Luego llegó Defensor Sporting, que asumió su ficha y lo cedió a préstamo a Cerro, y luego lo vendió a Benfica de Portugal, donde no se adaptó. Llegó a Peñarol y, entre idas y vueltas con el club portugués, dueño de su pase, llegó a River Plate de Argentina, donde explotó. También tuvo un pasaje por Universidad de Chile.

Ahora el camino de Rodrigo Mora deberá buscar nuevos rumbos, pero desde los millonarios, donde es muy querido, planean ofrecerle un cargo en el club para que pueda seguir vinculado a la institución de Núñez.