En el estadio Centenario, Nacional y Peñarol empataron 0-0, en una nueva edición del clásico uruguayo. En la tribuna la fiesta, en la cancha algunas consideraciones generales, pero un empate grande como el Parque Batlle.

Nacional atacaba y no corría mayores riesgos en la defensa, tal vez el que la pasaba peor era Guille Cotugno, porque se sabe, el argentino Gabriel Rojas pasa muy bien al ataque. Y el zurdo lo hacía bien. Los tricolores no podían neutralizar las jugadas que llegaban por el aire y que venían desde la pelota quieta aurinegra, un arma que utilizaba muy seguido el equipo de Diego López. Peñarol lo intentaba, pero Nacional defendía bien en la mayoría de las jugadas, y tan bien lo hacía que Xisco no la veía: el español no se encontraba en el clásico, que era muy cortado y prácticamente sin remates a los arcos.

Cristian Rodríguez no se mostraba con claridad, no entraba en el juego y ese volante central que puso Diego López por detrás de otros cuatro mediocampistas, Walter Gargano, manejaba la mitad de la cancha. Asimismo, Agustín Canobbio tenía buenos primeros minutos, y Armando Méndez tenía un correcto debut clásico.

La salida por lesión del propio Gargano abría nuevas incertidumbres en la tarde del Centenario. En una jugada en la mitad de la cancha Zunino fue a trancar con la cabeza y el Mota estiró su pierna, que terminó golpeándose con el cuerpo del volante tricolor. Por la cara y los gritos de dolor del sanducero, parecía jodida la cosa. Por Gargano entró Guzmán Pereira para acomodar la mitad de la cancha, y así se terminó el primer tiempo.

Lo que no pudo ser

A los 51 minutos llegó el primer tiro al arco con un poco de peligro, el primer remate con ubicación, que fue de Guzmán Corujo, en la salida de un córner. Kevin Dawson no tuvo problemas para controlarla pero al menos fue un avance. Con Peñarol un poco retrasado en el campo, Nacional se hizo dueño de la pelota, pero un par de embates por derecha de Matías de los Santos y un centro de Jesús Trindade le pusieron un poco de energía al ataque aurinegro.

Entre Xisco y Canobbio lo tuvieron de cabeza, ni uno ni otro pudo conectarla; después, Cebolla Rodríguez, primero en un avance de contra golpe que Mejía tapó bien y después de cabeza, empezaba a ser importante para Peñarol. Pablo García, ya en la cancha por Brian Ocampo, controló una pelota en una contra furiosa de Nacional, luego de una pérdida en la mitad de la cancha de Gabriel Rojas, y fue derribado en el área por Jesús Trindade. Penal que Leodán no vio.

En la recarga lo tuvo otra vez Xisco con la especialidad de la casa, de cabeza, pero otra vez -y como siempre- estaban las manos del panameño Mejía. Los minutos finales fueron muy trabados, y parecía que el empate les caía bien a los dos. Siempre salen a ganar, claro, pero los números y las tablas les jugaban a favor a los tricolores. 0-0, poco fútbol y mucho en juego.