Interesante partido y buen resultado consiguió River Plate en el Franzini ante el millonario Santos de Jorge Sampaoli. Buena estrategia y buen juego, a puro esfuerzo el planteado por los uruguayos que los deja en condiciones de definir como visitante. No se vio superado por los santistas, cuidó mucho sus acciones y hasta pudo haberlo ganado. El equipo de Jorge Giordano empezó con un plan bien pensado: entregar la pelota al Santos más no pasar incomodidad en campo propio. Eso significó fortalecerse y presionar en los alrededores de la media cancha. Entonces el inicio del juego fue parecido a lo que uno podía imaginar con Santos moviendo la pelota y con River procurando que no le hicieran daño. La diferencia positiva, de lo teórico a lo práctico para los darseneros, fue que Santos nunca llegó con pelota dominada a tres cuartos de campo rival, y River después de recuperarla pudo ejecutar dos o tres contragolpes con cierto peligro.

En 10 minutos de juego River dejaba buenas sensaciones durmiendo a Santos, y además llegando al arco contrario, como cuando cuando Mauro da Luz remató cerca del palo después de una jugada bien organizada por los darseneros.

Si ustedes quieren saber lo que es un defensa uruguayo revisen el video del partido en el minuto 13 y adviertan la forma en que cierra en la línea Agustín Ale como si estuviese en Los Pingüinos -su equipo del baby fútbol- , salvando lo que parecía el gol de Jonathan Copete para el Santos. River, con sus jugadores y sus líneas bien pegaditas tuvo una propuesta de equipo corto y concentrado que permitió en plenitud física desplazamientos colectivos importantes tanto para neutralizar como para tener la pelota y tratar de generar fútbol ofensivo. El equipo brasileño pero multinacional del argentino Sampaoli encontró en Carlos Sánchez a su jugador más desequilibrante, procurando las sociedades con el paraguayop Derlis González o con el colombiano Jonathan Copete.

Tenemos un arquero que es una maravilla

El complemento mostró las mejores virtudes del arquero riverplatense Gastón Olveira, salvando el arco albirrojo pero también la extensión de un planteo justo, esforzado y de plena concentración que no renunció a la ilusión de poder ganarlo. El comienzo del segundo tiempo marcó una variante en el juego de los brasileños que se volcaron sobre el arco de River, no obstante ello, el elenco montevideano supo responder y encontrar en una jugada por derecha un remate de Da Luz que terminó pegando en el caño izquierdo de Vanderlei, el arquero de Santos. Reservando lugar para el programa de Lavecchia de 2019 está la doble atajada de Olveira, qué voló hacia la izquierda tapando el remate del Pituca, y en el rebote a pocos metros contuvo el remate de Carlos Sánchez, que ante la magnitud de la atajada aplaudió y saludo a su rival.

River consiguió cierto desahogo justo cuando los brasileños estaban más cerca del gol. Y fue así que en un pelotazo para Mauro da Luz se filtró casi adentro del área y Orinho, el marcador santista tuvo que voltearlo para evitar el gol, lo que significó la expulsión del brasileño cuando iban 21 minutos de juego. Un par de minutos después, Vanderlei salvó su arco después de tremenda corrida de Da Luz, que llegó exigido a la definición pero amartilló un derechazo que pegó en la cabeza del arquero.

Terminó bien River, que estuvo buscando el mejor resultado posible, la victoria, pero se quedó con un buen empate ante un equipo que que tiene 50 veces más presupuesto.