Fue la primera vez de un grande en una de las canchas más lindas de Montevideo, y vaya que fue un partido emocionante. Se marcaron ocho goles, se generó mucho juego y la vibra estuvo a toda hora. Parecía que se quedaba para el local, porque lo había abrochado bien, pero el tricolor lo buscó hasta el final y tuvo su merecido premio con un gol agónico de Lavandina Gonzalo Bergessio, que metió un cocazo letal y luego se fue expulsado por gritarle el tanto a Juan Ramón Carrasco. El empate, peleadísimo, no le viene bien a ninguno, pero el que estuvo ahí no se lo olvida más. El mérito va para los tricolores por ir a buscarlo, en dos momentos, tras ir dos goles abajo.

De arranque nomás, en una tardecita formidable de Semana de Turismo, con una vista espectacular y con cancha llena, los capurrenses abrieron la cuenta con un golazo a los 50 segundos. Sello propio de Carrasco, porque la jugada arrancó con un pase largo de Leo Fernández, que pudo controlar Mathías Acuña por la izquierda. Toque al medio con Alex Silva, que buscó la pared con Roberto Fernández, y este le devolvió gentilezas. Silva recibió el pase y la puso contra el palo. La sorpresa les alcanzó a los albivioletas para mantener el orden, parados en un dinámico 3-3-1-3, y soportar la presión de los tricolores, que se les venían. Pero otra vez lograron convertir otro tanto con su arma letal: Leo Fernández. El chiquito recibió, se sacó de encima a Gabriel Neves y le pegó. En el camino, la guinda se desvió en el argentino Marcos Angeleri y se le metió a Esteban Conde. Sorpresún en apenas 23 minutos de juego.

La rebeldía le pegó a Nacional, que tuvo que meter más verticalidad en su juego. El descuento cayó enseguida. Neves remató, en el camino la bola se desvió y dejó solo a Bergessio en el área chica para definir y poner el 1-2. Ni un respiro les dieron los albos al partido: otra vez fueron a la carga y marcaron el empate. Contra por la derecha de Guillermo Cotugno, pase rápido al medio que Lavandina apenas tocó, y la bola le quedó a Santi Rodríguez, que le dio de borde interno contra el palo para anotar la igualdad.

Parecía que así se iba el primer tiempo. De hecho, Nacional lo estaba cerrando mejor, llegando en bloque y apurando a Darío Denis. Pero no. Una genialidad de Leonardo Fernández significó el 3-2: el chiquito recibió por la derecha, enganchó y se sacó a Rafa García, apareció Neves y siguió de largo, Matías Viña no llegó y Angeleri lo vio pasar. Cuando el camino estuvo limpio, Leo sacó el zurdazo potente y puso un golún para irse 3-2 al vestuario.

En el segundo tiempo Fénix otra vez madrugó. Esta vez fue Mathías Acuña, con un derechazo que le picó justo a Conde y se metió en el arco. El 4-2 se puso como un juego de ajedrez. Carrasco intentó cerrar líneas, al tiempo que Álvaro Gutiérrez sumaba hombres en ataque: mandó a Octavio Rivero y descontó enseguida. Siguieron llegando los tricolores. El gol del empate estuvo, pero fue anulado por una posición adelantada, finísima, de Bergessio. La otra polémica fue el tiro libro que Denis, con gran estirada, llegó a sacar cuando la guinda había pasado la línea final, algo que ni el línea Martín Soppi ni Andrés Cunha advirtieron. Con alma y vida, Nacional siguió y encontró su premio en la última bola. Bergessio cabeceó solo y puso el merecido 4-4.