En el estadio Campeón del Siglo Peñarol anudó su tercera victoria en línea en la Copa Libertadores al derrotar 1-0 a Liga de Quito con gol de Cristian Rodríguez, y quedó bien arriba en el grupo, con 9 puntos, muy cercano a la clasificación a los octavos de final de la Libertadores.

Fue un triunfo tan valioso como entreverado el que consiguieron los carboneros ante una multitud de sus seguidores, entusiasmadísimos por la antesala de aquel gran triunfo ante Flamengo en Maracaná. La situación emocional, y tal vez también la futbolística estaban arriba. La ebullición de la tribuna, la solvencia de la cancha. Todo bien. Ello motivó un inicio de partido con los aurinegros presionando y tratando de imponer el juego, y Liga recostándose atrás: ¿qué otra cosa podían hacer?

Peñarol no pudo doblegar la contención y el agrupamiento de los quiteños, y la primera jugada de peligro terminó siendo de los ecuatorianos con un cabezazo excelente de Juan Arangonó que motivó una gran atajada de Kevin Dawson. El intento vertical de los carboneros —ya habían intentado por bandas, o en combinaciones centrales— provocó una falta en el ángulo de la medialuna y la demarcación central del área grande que hizo aprontar el grito de las colmadas tribunas del Campeón del Siglo, pero el remate de Cebolla dio en el muro de contención quiteño.

El equipo de Diego López se empezó a adueñar del partido a través de la centralidad del juego de recuperacion-ejecución de Walter Gargano, y poniendo pelotas precisas a los lados. El local se desembarazó de a poco, y su cenit de expectativas de gol llegó con tres tiros de esquina consecutivos de Lucas Hernández que al final no fueron más que ensayos fallidos de peligro. El primer tiempo se fue con esa sensación de frustración creciente en torno a las expectativas previas, pero en realidad lo que había pasado no se fundaba en un fracaso colectivo de Peñarol, sino en la neutralización estructurada y pensada del equipo del uruguayo Pablo Repetto, al que no le venía mal posicionarse como piso de lo bueno en el empate de visitante.

El crack

Los segundos tiempos siempre tienen la oportunidad de un nuevo comienzo, un nuevo desarrollo, fundamentalmente para aquellos que lo buscan frustrados por el intento anterior, o repensados con nuevas líneas de juego buscando esos 45 minutos de nuevas oportunidades. Lo trató de reformular Peñarol, con intento de progresiones más ordenadas, más compactas. El equipo fue el mismo, la paciencia renovada, pero los intentos no prosperaron ante una oncena ecuatoriana cada vez más retraída esperando algún contragolpe.

El ingreso de Lucas Viatri fue removedor, y en un par de acciones cambió todo. Viatri-Brian Rodríguez-Cebolla Rodríguez fue la conexión perfecta. Primero terminó en un gran cabezazo de Cebolla que pegó en el caño y en el rebote Lucas Hernández definió a lo Diego Godín contra Francia y la sacó del estadio, y en la otra el argentino filtró una pelota por izquierda hasta la progresión del tranquerense Brian Rodríguez que, maravilloso en el área, regateó con su cuerpo y pelota y se la jugó a Cristian Rodríguez, que no falla. Era el quiebre demandado por los carboneros.

Cebolla, el crack que eligió cruzar su período de plenitud con los deseos del pueblo mirasol se hizo gigante con la aparición e ingreso pleno de Lucas Viatri en el partido, y otra vez estuvo cerca de volver a anotar tras una buena jugada colectiva armada por el pasador goleador argentino que culminó con furibundo remate del lacazino, que fue neutralizado entre Adrián Gabbarini y el caño.

Después lo sostuvo, lo manejó, soportó sin tener que sufrir el partido y quedó con sus 9 puntos liderando el grupo, y muy cerca de la clasificación, dado que el tercero, Liga, tiene un techo de 10 puntos (ahora está con 4) y queda la sensación de que de los 6 que le quedan por jugar al equipo de Diego López uno más podrá conseguir para avanzar en la Libertadores. Lo merece.