Cerro Largo 0-0 Progreso

Ambos quedaron en el tercer lugar de la tabla

Cerro Largo y Progreso no se superaron. En nada: empataron sin mandar la bocha adentro, ambos tuvieron un expulsado y, en el juego, no hicieron un buen partido. Hay veces que las buenas tácticas se neutralizan y esta fue una de ellas. El punto les sirve a ambos para terminar terceros en la 13a fecha del Torneo Apertura, posición que comparten con Danubio.

Cuesta ver en el partido jugadas claras. En el primer tiempo no hubo, directamente, salvo que se contara como chance clara algunos de los tiros lejanos que hubo. El segundo tiempo, si se le baja la expectativa, fue mejor. Más abierto, al menos, que ya es mucho. El primero en quedarse con 10 fue Progreso: Mauricio Loffreda le metió un planchazo a Jorge Graví cuando iban 65. A los 81 el patadón fue de Bruno Téliz sobre Mathias Riquero, y ahí se emparejaron. En el medio el que intentó fue el arachán, pero, sin puntería, no pudo hacer valer el hombre de más en el marcador.

Boston River 2-1 Racing

Victoria de Boston para trepar en la tabla

Como quien no quiere la cosa, Boston River ganó dos partidos seguidos y es de los pocos que llega a la veintena de puntos, a dos fechas de que termine el Torneo Apertura. Jugando de local en el Complejo Rentistas, los de Gastón Machado vencieron 2-1 a Racing dándole vuelta el resultado. El primer gol fue cervecero: lo hizo Leandro Rodríguez a los 12; luego, en el segundo tiempo, a los 61 y a los 80, llegaron los dos del Boston: el primero lo marcó Diego Scotti, el segundo Maximiliano Pérez.

Wanderers 2-0 Danubio

Esos viejitos divinos bien cargaditos de canas

Christian Bravo, Federico Andueza, y Diego Barboza, tras el gol de Andueza a Danubio, en Jardines del Hipódromo.

Christian Bravo, Federico Andueza, y Diego Barboza, tras el gol de Andueza a Danubio, en Jardines del Hipódromo.

Foto: Federico Gutiérrez

Una piba con la remera de Danubio, la franja atravesando su vida. “Danubio franja negra que la vida me ha tatuado, ni la muerte te podrá borrar jamás”. El partido empieza en el 110. El viaje termina con los muros del Hipódromo también pintados a franjas, intervenidos por lo electoral de la coyuntura. Más allá el mundo de las apuestas y los equinos y los jockey. Por Módena primero y con el cauce por Viena, el otro mundo, que también tiene sus pingos. Danubio y Wanderers se enfrentan en el estadio de nombre María. A mi izquierda se sienta Saturnino, un veterano nacido en Lugo que me habla de las injusticias. Las del fútbol y las otras. Se vino a los 17 y se instaló en el barrio y se hizo socio se Danubio, claro, y desde entonces viene a estos sillones de cemento, del lado de la tuna, cerca de la popular. Alguien habla de que la palmera de enfrente también es un símbolo.

En los parlantes de antaño suena Gerardo Dorado, el Alemán. Tiembla un nido de hornero en las alturas del alambrado. La voz del estadio también es mujer. César a mi derecha, un veterano de la misma edad que Saturnino pero oriundo de la Curva de Maroñas, guarda un asiento para un tal Hugo que está al caer. Las tribunas son en blanco y negro. El himno por la Batalla de las Piedras lo cantamos todos y, casi como en un disco de enganchados, La Más Fiel arranca su cantarola sucesiva.

Wanderers juega con un 4-1-4-1 que a veces se parece un 4-4-2. Danubio pesando por la localía. La plena afónica del redoblante contrasta con la lengua de los Danu Stones. Pablo Siles en el medio como una referencia constante. La primera es de la franja, con Sergio Felipe conectando en el área. Danubio propone un 4-4-1-1 que se irá transformando con las jugadas. Siles siempre se mete en esa línea de cuatro que Federico Cristoforo abre para salir jugando. Hugo al fin llega con un gorro amarillento por los años que bien puede datar del glorioso año 1988. Lamentablemente para Hugo, Wanderers anota el primero con un anticipo sorpresivo de Federico Andueza y lo tildan de mufa.

La Más Fiel termina de despertar con el baldazo. Saturnino me avisa que Peñarol va ganando en el Capurro. Cae el segundo del bohemio del Prado en jugada parecida y con el mismo autor. César insiste con que Hugo no debería haber venido o que debería volverse para que siga el cauce habitual de la superstición. Maravilla Carlos Grossmüller responde con una delicadeza que se pierde tímida por la última línea. Cambian insultos por aplausos en la platea, todo puede llegar a pasar. Se pica el partido después de una protesta local por supuesto penal en el área que el juez desestima. El árbitro reparte amarillas y rojas. El primer tiempo se va con el pregón de los panchos y las cocas.

Para el arranque del segundo, Hugo recuerda a Daley Mena, por un pelotazo sin destino que ni el colombiano hubiese alcanzado. Diez contra diez en el terreno. Cuando el Cangrejo Javier Cabrera la agarra es casi imposible sacársela. Saturnino sigue apuntando los resultados cada vez que un gol cae en otra cancha. La radio como un apéndice tras el auricular. Se ríe porque Danubio no la agarra y me contagia. Otra protesta por otro penal lo pone a Hugo de pie por primera vez en toda la tarde. Danubio no afloja la tenida. Efectivamente las formaciones son móviles. Santiago Martínez y Barboza manejan el útil. Cuando Grossmüller es sustituido por sangre nueva, no hay tutía con los aplausos.

Juan Manuel Gutiérrez hace una maradoneana que podría haber sido el descuento por insistencia. El partido se pica nuevamente. César acota que “parece el cumpleaños del arquero de Wanderers” porque ya tapó más de una. Riolfo se retira aplaudido por Los Vagabundos, insultado por La Más Fiel. Gutiérrez es el mejor de los franjeados, pero no alcanza. Llueven centros en el área de los celestes de turno que juegan con otra carpeta. Sobre el final el desorden. Los Vagabundos serenos con el sol que queda en la tribuna visitante. Los de Danubio optan por cantar. Algunos se retiran antes de tiempo y César protesta. Se agarra la cabeza. Lo mira a Hugo de costado que se acomoda el gorro amarillento.

El partido se esfuma, Saturnino me extiende la mano antes de partir. Lo que queda es la postal de la Curva, desde la altura de Jardines, con razón y sin embargo.

River 2-1 Rampla

El darsenero volvió al triunfo

River consiguió una importante victoria, por lo fundamental que es sumar en el Campeonato Uruguayo, donde ha tenido un mal semestre pero también porque el martes será el primer equipo de los nuestros en salir a escena por la Copa Sudamericana, y qué mejor que hacerlo con la tranquilidad que te da ganar para corregir errores y seguir laburando. Los de Jorge Giordano son de los últimos equipos en la tabla del Apertura, pero ahora la mira está puesta en Colón de Santa Fe (martes a las 19.15 en el Franzini), con la memoria fresca de haber eliminado en la primera fase a un grande como Santos.

El partido del sábado fue ante Rampla Juniors, que venía dulce, por la campaña que hizo desde que asumió Rosario Martínez y por haber ganado el clásico de la villa contra Cerro. La victoria de River fue por 2-1, con goles de Sebastián Píriz y Matías Alonso, a los 47 y 84 minutos; para los picapiedras, que habían sufrido la expulsión de Edgard Martínez a los 69, descontó Pablo Pereira a los 89.

Cerro 1-0 Juventud

Emocionante triunfo del villero

Fue tremenda la victoria de Cerro frente a Juventud en el estadio Luis Tróccoli. Vibrante hasta el final, de infarto para los hinchas cerrenses, que vienen golpeados en esta temporada local, aunque sonríen en la Copa Sudamericana y jugarán este jueves en el Parque Viera ante Wanderers por la segunda fase.

El partido ante los pedrenses terminó 1-0, por obra y gracia del gol de Santiago Viera, que llegó a los 81 minutos de juego. Pero también por la enorme atajada de Rodrigo Formento a los 93, cuando bajaba el telón de la tarde: el golero de Cerro le contuvo un penal al goleador de Juventud y del Uruguayo, Joaquín Zeballos.

Partidazo para sumar la segunda victoria en el campeonato para Cerro, que sigue último en la tabla de posiciones.

Liverpool 2-1 Plaza Colonia

Importante remontada la que logró Liverpool en el Parque Prandi de Colonia del Sacramento frente a Plaza, 2-1, luego de comenzar abajo en el marcador por el gol del panameño Cecilio Waterman a los 53 minutos.

El equipo de Paulo Pezzolano venía de caer goleado con Danubio la semana pasada y necesitaba recuperarse pensando en lo que se viene: partido ante Caracas de Venezuela, un grande de aquel país, por la segunda fase de la Copa Sudamericana, el miércoles a las 21.30 en el estadio Luis Franzini.

Si de recuperación hablamos, Liverpool la logró, porque cuando se había complicado la tarde pudo dar vuelta el partido con goles del debutante Gonzalo Maulella –que llegó entre semana, firmó y se puso la camiseta para jugar- a los 61, y de Federico Martínez, a los 77 minutos. Los patas blancas no han hecho una buena temporada hasta ahora y se mantienen en la penúltima posición del Apertura.