De una forma sorpresiva, exagerada y objetivamente discriminatoria, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) no permite que el Complejo Celeste siga siendo el lugar natural de entrenamiento de las dos selecciones femeninas juveniles que se preparan para los campeonatos sudamericanos de marzo y abril. La medida altera la continuidad de los entrenamientos y situó a las selecciones comandadas por los entrenadores Ariel Longo, de la sub 20, y Santiago Ostolaza, de la sub 17, en la condición de nómadas en busca de lugares donde seguir la preparación, precisamente en su etapa final.

Los hechos

En 2019 ambas selecciones, y eventualmente la mayor femenina, concurrían al Complejo Celeste, aunque no utilizaban el edificio central. Llegaban en las primeras horas de la tarde en un ómnibus que las trasladaba desde el centro de Montevideo, se cambiaban en vestuarios auxiliares que están situados a más de una cuadra del edificio central, y allí mismo tenían a disposición los baños. La sub 20 utilizaba una de las tantas canchas de césped existentes y a la sub 17 se le destinaba la cancha de césped sintético que está ubicada a la entrada del recinto, por lo que tenía a mano otros vestuarios auxiliares cercanos.

La sub 20 comenzó sus preparaciones secuenciadas en la primera quincena de agosto. Entrenaba lunes, martes y miércoles en horas de la tarde. Las futbolistas estuvieron hasta diciembre. La sub 17, por su parte, comenzó su preparación en los primeros días de setiembre, una vez designado el cuerpo técnico, y también entrenaba lunes, martes y miércoles. Ese ritmo se cortó abruptamente con el cambio del año. La medida fue drástica: no podrían utilizar el Complejo Celeste.

Las explicaciones que se dan en la AUF, pero que no fueron transmitidas adecuadamente a las personas a las que involucra la medida, se basan en la intensa actividad prevista para 2020 en el Complejo Celeste con el comienzo de la clasificatoria mundialista de la Conmebol y la Copa América de la selección mayor masculina, además de los Sudamericanos y su preparación en juveniles masculinos. También mencionan que en enero se hace el “tratamiento de canchas” en la casa de las selecciones uruguayas, y a eso se debía el desalojo no anunciado de las muchachas celestes.

El reacomodo

De ahí en más comenzó un itinerario cambiante. Las selecciones recalaron en el Complejo de la Mutual de los futbolistas, con las complicaciones consecuentes, relacionadas con el acomodamiento de la infraestructura (ropa, pelotas, utilería de enfermería, alimentación, etcétera). Siempre en enero, también pasaron por el complejo Bauzá –allí entrenaron un día– hasta el pasado jueves entrenaron en el complejo La Coruña, ubicado en el noreste montevideano, en la calle Susana Pintos casi Felipe Cardoso, entre el Centro de Disposición Final de Residuos y la cárcel de Punta de Rieles.

Pero hay novedades: en un nuevo ordenamiento interno de la AUF, el Departamento de Desarrollo tiene relación directa, sobre todo en “lo ejecutivo”, con el fútbol femenino y sus selecciones, en contacto con las autoridades de la comisión específica de la modalidad. Una vez que ese organismo tomó el tema, intentó que la selección entrenara en el estadio Charrúa, con lo que se cumpliría con lo convenido tiempo atrás: que allí funcionarían el rugby y el fútbol de mujeres de la AUF. Desde hace más de un año esto no es así: hubo partidos de fútbol femenino un solo día de 2019.

Teniendo en cuenta que el Charrúa, donde reside la dirección del rugby uruguayo, ya tenía actividades previstas para febrero, se acordó ubicar provisoriamente a las selecciones juveniles del fútbol femenino en el country Los Teros, en el departamento de Canelones, a unos 30 kilómetros del centro montevideano, cerca de La Tahona, a poca distancia del añorado Complejo Celeste pero del otro lado de la Ruta 101.

Aquí y ahora

Ayer, efectivamente, se cumplió lo planificado. Entrenaron allí, en Los Teros ambas selecciones femeninas. La primera participará en el Sudamericano en un mes y poco, desde el 4 de marzo, en Argentina. Antes jugará un partido y su correspondiente revancha con Inter de Porto Alegre el sábado 1º y el lunes 3 de febrero, en principio en escenarios montevideanos. Luego, para jugar el 20 y el 22 de febrero las chiquilinas viajarán a Chile para medirse con su similar trasandina.

La selección más chica del fútbol femenino tenía su compromiso mayor marcado para el 15 de abril en Venezuela, pero aún no se sabe dónde se jugará el Campeonato Sudamericano sub 17, porque la Conmebol le quitó la organización al país caribeño.

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