Otra coyuntura, otro momento, distinta situación, pero el Uruguay dirigido por Óscar Tabárez jugó su peor partido en Quito y cayó 4-2, después de haber estado perdiendo 4-0. Es cierto que podría haber empatado 1-1, o haberse ido al vestuario perdiendo por mínima, o incluso haberse puesto a tiro con 45 minutos por jugar, pero nada de eso sucedió –o sí, pero no fue válido, VAR mediante–. Los goles ecuatorianos, dos por tiempo, fueron convertidos por Moisés Caicedo, Michael Estrada en dos ocasiones y Gonzalo Plata, en tanto que sumó para achicar la diferencia de goles el salteño Luis Suarez, las dos veces de penal.

Ahora lo que viene, en noviembre, será la visita a Colombia en Barranquilla y recibir en el Centenario a Brasil.

La historia y el futuro

¿Qué creen ustedes que nos pasa a miles de uruguayos con los partidos de la celeste en Quito desde aquel 11 de octubre de 2009? Ese día estaba naciendo, sin que nos enteráramos, una cuña imperceptible, un momento histórico que finalmente ha hecho palanca en nuestras vidas. Aquella tarde-noche, cuando Diego Forlán la pudrió en el ángulo, el almanaque quedó marcado. Aquella victoria para empezar a ir a Sudáfrica 2010 hizo nacer un engranaje invisible en el futuro de todos nosotros.

Por eso ahora, si hay un Ecuador-Uruguay en Quito, rebobinamos hasta encontrar la épica de aquel partido y, como si fuera un taco de partida, nos apoyamos para salir.

No fue esta vez. Uruguay no pudo acomodarse en el campo de juego, fundamentalmente por la incomodidad que planteaba el movimiento de los ecuatorianos. La selección de Tabárez pareció irse acomodando de a poquito, pero ese plan se desbarató cuando a los 14 minutos Mena sacó un fuerte zurdazo con el que venció a Martín Campaña –aunque entre el tiro y la fallida acción del arquero hubo un cabezazo, o salto de cabezazo, del joven Caicedo, a quien finalmente le otorgaron la conquista–.

A los 17 pareció que Uruguay llegaba al empate. De hecho, la pelota llegó a las redes tras un cabezazo en palomita de Nahitan Nández, pero, como si estuviésemos en la Copa América de Brasil, el VAR, insólito y milimétrico, marcó una imperceptible posición adelantada que hizo anular el gol.

Al equipo oriental le incomodó la reacción en velocidad de los ecuatorianos, y entonces el síndrome de la frazada corta apareció en Quito. Encontrar el equilibrio entre ir a la búsqueda del gol para el empate y mantener la posición de retaguardia bien defendida fue el problema a resolver. Y la celeste nunca pudo. Mucho menos con la muy mala noche de Diego Godín, lento, sin tino e irresoluto.

El VAR hizo que un segundo gol ecuatoriano no subiera al marcador porque hubo mano del delantero Enner Valencia.

En los descuentos, un fracasado intento de cierre de Godín dejó la pelota muerta en el área y cayó el segundo gol ecuatoriano en el momento más pesado.

Clavado en un VAR

De arranque, Uruguay salió con el artiguense Darwin Núñez y Nico de la Cruz para forzar la reacción. El elenco celeste volvió a mandar la pelota a las redes con acción del artíguense, que le pegó en el brazo. El VAR dijo que no, y entonces, apenas segundos después, llegó el tercero de los ecuatorianos, con una jugada de muy alta factura resuelta con un gran remate.

No hubo forma. Ni los cambios, ni el adelantamiento, ni las posibles previsiones que se pudieran tomar, sumado a malos momentos y a esos minutos fatales ‒el del segundo gol cuando se iban a los vestuarios y el del 3-0 cuando el VAR venía de anular el descuento uruguayo‒ pudieron cambiar el destino del partido. Muy al contrario, los problemas se acrecentaron cuando Alfredo Plata puso el pesado 4-0 cuando iba media hora de la segunda parte.

En los minutos finales el VAR sancionó un penal que le cometieron a Jonathan Rodríguez, pasado a gol por Suárez; y después cayó otro penal, en este caso por mano, donde Luis sumó su segundo gol del partido. Aun así, no hubo caso.

Siempre estuvo lejos, muy lejos. Inalcanzable.

Detalles

Cancha: Casa Blanca (Quito, Ecuador).

Árbitros: Wilmar Roldán, Wilmar Navarro y Miguel Roldán (colombianos).

Ecuador (4): Alexander Domínguez; Preciado, Arboleda, Xavier Arreaga y Pervis Estupiñán (73' Diego Palacios); Ángel Mena, Moisés Caicedo (85' Christian Noboa), Carlos Gruezo y Romario Ibarra (68' Alan Franco); Michael Estrada (85' Leonardo Campana) y Enner Valencia (67' Gonzalo Plata). Entrenador: Gustavo Alfaro.

Uruguay (2): Martín Campaña; Martín Cáceres, Ronald Araújo, Diego Godín y Matías Viña; Federico Valverde y Rodrigo Bentancur (77' Lucas Torreira), Nahitan Nández (46' Nicolás de la Cruz) y Brian Rodríguez (46' Darwin Núñez); Maxi Gómez (62' Jonathan Rodríguez) y Luis Suárez. Entrenador: Óscar Tabárez.

Goles: 15’ Moisés Caicedo (E); 49’ y 52' Michael Estrada (E); 75' Gonzalo Plata (E); 83' y 95' Luis Suárez (U).