Tras la reunión entre los neutrales de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y los clubes de la Primera y la Segunda División Profesional, ha quedado más o menos claro que el fútbol no volverá hasta agosto, y con ello los entrenamientos se postergarán hasta julio. Asimismo, los dirigentes de la AUF avanzaron en el uso de préstamos y adelantos de la FIFA y de la Conmebol para compensar los sueldos que, por medio del seguro de paro, recibirán los futbolistas profesionales.

El seguro por desempleo especial que se ha discutido para esta situación inesperada sería el ingreso básico para los futbolistas hasta julio, y los sueldos contarían con un aporte proveniente de las arcas de la AUF, sobre todo para aquellos casos de la B cuya contraprestación económica quedaría muy retaceada.

El presidente de la AUF, Ignacio Alonso, dijo en Derechos exclusivos que el retorno del fútbol se mueve entre las hipótesis de que puedan jugar a partir de agosto, e incluso que no se juegue la temporada 2020.

El principal de la AUF señaló que no van a poner una fecha de reanudación. “Esta semana, una vez que estamos solucionando 80% de los asuntos laborales –que nos afligían principalmente–, iremos hacia adelante. Vamos a empezar a trabajar en la operación retorno, que tiene mucho que ver con el aspecto sanitario, que involucra no solamente la actividad, el público, involucra los entrenamientos, los traslados del público”.

Los cuatro pilares

Tras la reunión, y luego de lo planteado a los clubes, Alonso dejó claro que hay cuatro variables que deben ser atendidas para restablecer la práctica activa del fútbol. “Un pilar sanitario, previendo también cómo van a ser los entrenamientos cuando se transformen de grupales a colectivos. Un segundo pilar jurídico, donde se verá cuáles son las garantías: ¿qué es tarea de responsabilidad de las instituciones? ¿Qué garantía tenemos los presidentes de las instituciones de abrir nuestros complejos, nuestras instalaciones, cuando existe la ley de responsabilidad empresarial? El tercer pilar es el económico. Todo lo que significa la afectación que estamos teniendo, con qué mundo nos vamos a encontrar, cómo ordenamos los vínculos contractuales. Y el cuarto pilar es el de los calendarios, que es lo que estamos manejando ahora: ¿cómo vamos a jugar, desde cuándo se puede jugar entre semana?”.

Pero hay más. “Cuando avancemos en el proceso, y vayamos incorporando también insumos del gobierno, del Ministerio de Salud Pública, de la Secretaría Nacional del Deporte, ahí sí podremos ponerle una fecha de inicio, y con esa fecha se fijará la fecha de los entrenamientos. Para llegar a la fecha de entrenamientos tenemos que tener todo este proceso iniciado”, agregó Alonso.

El mundo después del coronavirus

Según el economista Ignacio Alonso hay una idea de compromiso y seriedad para poder afrontar esta nueva situación tan complicada. “Los clubes son conscientes, al igual que nosotros, de esta situación de afectación de todos los rubros de ingresos que tenemos y los desafíos que nos plantea. Eso es fundamental, no tanto para estos meses que vamos a estar ahora sin actividad, sino para el día después, para ver cómo arrancamos, porque nos encontraremos con una cantidad de equipos que han firmado contratos, que tienen gastos previstos, servicios comprometidos”.

No hay nada seguro. Cada día que pasa es un día menos para llegar al final. Como plantea Alonso, muchas son las incertidumbres: “También está la hipótesis de que no volvamos en todo el año y que se traslade esto para el año siguiente”.