La selección italiana de fútbol tiene una rica historia que le ha llevado a ganar, por ejemplo, cuatro mundiales FIFA. Sin embargo, solamente se han coronado campeones de la Eurocopa en una oportunidad; y de eso, hace ya tiempo, porque fue en 1968.

Italia derrotó a España 4-2 en los penales, luego de empatar 1-1 en los 90 minutos y el alargue. Los dirigidos por Roberto Mancini jugarán la tercera final desde el 2000 a esta parte, y buscan su segundo título continental.

El primer tiempo transcurrió sin goles, pese a que España hizo algunos méritos más que su rival para abrir el marcador.

Al llegar a los 60 minutos, en una jugada que empezó en un arco y terminó en el otro, Federico Chiesa metió un derechazo con rosca exquisita para el festejo azzurro. El hijo de Enrico, delantero que jugó en Sampdoria, Lazio y Fiorentina, entre otros equipos, hizo su magia tras una salida rápida por la banda izquierda, en una acción que inició el golero Gianluigi Donnarumma. Entró Chiesa recortando de izquierda a derecha para el toque final que dejó desahuciado a Unai Simón, el guardameta español.

El partido llegaba a su recta final. Iban 80 minutos cuando Morata controló un pase al área de derecha para terminar colocando de zurda el gol del empate con el que el partido se fue al alargue; no salió de ese 1-1 y fueron a penales.

Tras un sorteo con diálogo curioso entre Giorgio Chiellini y Jordi Alba, erraron Manuel Locatelli y Dani Olmo en el primer remate de cada equipo. Morata erró su penal, el cuarto de España, y Jorginho lo definió con maestría, en el quinto. Clasificación para Italia, muy festejada por los jugadores y los miles de hinchas presentes.

Haciendo camino

El camino de Italia a esta nueva final europea comenzó con la totalidad de los puntos en el grupo A que integraba con Gales, Suiza y Turquía. Lo hizo con siete goles a favor y ninguno en contra. En octavos de final igualaron 0-0 con Austria y, en alargue, luego de haber marcado dos tantos por intermedio de Federico Chiesa y Matteo Pessina, recibió su primer gol de Sasa Kalajdzic. Bélgica también fue vencida 2-1 por la azzurra, pero en tiempo reglamentario: Nicoló Barella y Lorenzo Insigne adelantaron al equipo 2-0 y Romelu Lukaku descontó de penal. Ahora esperan rival para la final, que se jugará el domingo a las 16.00 en Wembley.

Este miércoles se conocerá al segundo finalista cuando se enfrenten, también en Wembley, Inglaterra y Dinamarca a las 16.00. Los ingleses son la selección con más partidos jugados en esta competición, pero no han logrado alcanzar una final. Han disputado 36 encuentros y nunca han sido finalistas. Dinamarca, que está en semifinales por cuarta vez, ganó el torneo en 1992.