La subjetividad popularizada y masificada por los medios sociales puede llegar a torcer las apreciaciones propias y, por ejemplo, hacernos entender que Nacional debería ganarle a Cerrito, o, consumada la victoria de los auriverdes sobre los tricolores, calificar de sorpresa o campanazo el triunfo de los de Roland Marcenaro.

Ganó muy bien Cerrito, 2-0, con goles de Maximiliano Silvera, uno en cada tiempo, y se ubicó bien en la Tabla Anual, al tiempo que complicó, y mucho, a Nacional en su aspiración de pelear el Apertura, dado que si este lunes gana Plaza tomará seis puntos de ventaja cuando queden seis por jugar.

Puro Pelo

Era el único partido con VAR de la antepenúltima fecha. Iban ocho minutos de partido. El palmirense Alejandro Villoldo sacó un lateral y puso la pelota en el área, donde la disputaron Juan Manuel Ortiz y Mathías Laborda. Cabeceó el fraybentino defensa de Nacional, pero cuando el Pelo Ortiz cayó al piso su camiseta amarilla se empezó a teñir de rojo sangre, por un corte en su cabeza. Habiendo VAR , y siendo la jugada en el área, estaba claro que se revisaría, y seguramente daría penal. Eso fue lo que pasó. Hubo un codazo de Laborda en la cabeza de Ortiz.

Maximiliano Silvera, el capitán del Cerri, el goleador del Cerri, el único goleador que ha anotado en escalera para Cerrito en la C, en la B y en la A, definió con jerarquía y engañó al atajapenales Sergio Rochet para anotar el 1-0.

Cerrito se adueñaba en el resultado de los primeros minutos, y pasaría a adueñarse de buena parte del primer tiempo por su juego y estrategia, que doblegaban a una oncena de Nacional con modificaciones obligadas por las suspensiones de Gonzalo Bergessio y Guzmán Corujo, tras las que Mathías Laborda volvió a la titularidad para ser zaguero derecho y por primera vez en el Apertura Andrés D’Alessandro fue titular, jugando detrás de Brian Ocampo y Leandro Fernández.

No funcionó, y Cerrito, que tenía estudiado y planificado su mejor partido por parte de Marcenaro, le sacó todo el jugo a la experiencia del equipo en cancha sintética, dotándolo de velocidad en su mediocampo y delantera.

Lo desbordó en juego Cerrito con pie firme, rápido mediojuego y gran desdoble de los de adelante, que pudieron haber llegado al segundo incluso antes de irse a los vestuarios.

Con el Pelo a cero

Para la segunda parte Alejandro Cappuccio empezó con Gabriel Neves en lugar de Maximiliano Cantera, y buscó reordenar un equipo que sin Bergessio nunca logra sus mayores niveles de juego, por lo que representa el cordobés en el área contraria, pero además por lo que representa como afianzamiento técnico y anímico de sus compañeros.

Se volcó Nacional en ataque buscando el empate que no llegó, y el golpe fue a los diez del complemento, cuando Cerrito, otra vez por medio de su goleador, puso el 2-0

El Pelo Juan Manuel Ortiz, con su corte a cero, corre como si estuviese rematando la posta 4 x 100. Ha recibido de Julián Perujo y corre como si se hubiese detenido el tiempo y estuviese en el Racing del 2000, donde debutó con 18 años. Gana el fondo de la cancha y manda el centro de la muerte, apenas salvado por Laborda. El rebote le queda a Flavio Scarone, y el floridense pone una habilitación deluxe para que Maxi Silvera ponga el 2-0.

Una maravilla Juan Manuel Ortiz, con sus 21 temporadas de carrera, con sus 39 años y con vigencia como 15 años atrás, cuando fue la última derrota de Cerrito a Nacional.

El 2-0 fue el quiebre decisivo del partido, aunque Cappuccio siguió buscando soluciones, dando lugar al juego de Gonzalo Vega y de Thiago Vecino, y pasando a línea de tres con el ingreso de Renzo Orihuela.

Cerrito bancó muy bien la diferencia establecida, a pesar de las intenciones ofensiva de Nacional, y hasta pudo haber llegado al tercero, así como Nacional pudo haber descontado.

Un triunfo pensado y muy bien logrado por parte de Cerrito, que quedó de mitad de tabla hacia arriba. Para Nacional representa un paso atrás en su intención de pelearle el Apertura a Plaza.