Desde abril de 1922 se juega al básquetbol en uno de los tradicionales equipos de Pocitos. El cuadro surgió en la plaza Trouville, allí nació “el primer club del barrio y una de las instituciones con más historia del básquetbol uruguayo”, tal como se definen.

El conjunto rojo forjó el sentimiento de pertenencia y la identidad de esta zona de Montevideo. Pero faltaba lugar para algunas personas. A partir de este año, en la Liga Femenina de Básquetbol (LFB), Trouville tiene un equipo de mujeres.

Con Gastón Silva como entrenador, Pablo Morales como ayudante, Daniel Uthurburu de preparador físico y la psicóloga Lucía Proverbio, salió a la cancha formalmente por primera vez un equipo femenino de Trouville. Nunca antes, en ninguna categoría, un equipo completo de mujeres había representado al club en esta disciplina.

El entrenador estaba terminando de dirigir a Deportivo Paysandú en la LFB de 2020 cuando llegó a Trouville para dirigir las formativas. Dejó al Paysa para enfocarse en este nuevo desafío, y en ese momento Pablo Morales (coordinador del club) le propuso sumar otro: quería crear el equipo de mujeres, que venía craneando y planificando desde hacía mucho tiempo.

Entre ambos llamaron a algunas jugadoras que conocían y a su vez, como se confirmó que Paysandú no participaría, varias jugadoras de allí emigraron para este nuevo equipo. El plantel se armó rápidamente y actualmente se compone de 20 jugadoras.

Foto del artículo 'Trouville está jugando la Liga Femenina de Básquetbol por primera vez en sus casi 100 años de historia'

Foto: Natalia Rovira

Para prepararse entrenan seis horas semanales, divididas en tres días en los que hacen físico, trabajo de técnica individual y luego comparten un espacio con la psicóloga deportiva, además del clásico entrenamiento en cancha.

El equipo está muy motivado y preparado, pero sobre todo con muchas ganas. “Hay un gran equipo de trabajo y las gurisas están muy comprometidas; creo que el club trata de darles el máximo para que ellas sólo se preocupen por venir a entrenar y jugar”, sostuvo Silva.

Todavía falta mucho por hacer y por crecer porque, entre otras cuestiones, las chicas que conforman el plantel deben abonar la cuota social para participar, con la que costean el trabajo del entrenador, del profesor y de la psicóloga.

Han logrado hacerse de insumos necesarios para el día a día. Por medio de patrocinadores que ellas mismas consiguieron y otros que acordó el club, accedieron, entre otras cosas, a dos equipos, el titular y el alternativo, con sudadera y canguro. Con eso, más el buen trabajo colectivo, se plantaron en la cancha para disputar su primer torneo.

La Federación Uruguaya de Basquetbol está trabajando para fomentar, potenciar y hacer crecer la disciplina en la rama de mujeres, por lo que apoyan en la medida que les es posible. “Este año, los gastos federativos por ejemplo, están costeados. Está bueno e incentiva a que más clubes se sumen, a que el femenino no sea un gasto sino un torneo ya cubierto, se asumen otros gastos que no le competen a la federación”, explicó el entrenador.

Debut con experiencia

Institucionalmente, para esta primera presentación, el equipo tiene un objetivo claro: consolidarse dentro de la LFB. “Queremos que no sea un proyecto de un año y ya está. Por suerte ya tenemos una escuelita llena de niñas y esperamos poder sumar categorías formativas en un mediano plazo. Después, en el torneo, salir a ganar todos los partidos y dejar a Trouville lo más arriba posible”, sostuvo Silva.

Foto del artículo 'Trouville está jugando la Liga Femenina de Básquetbol por primera vez en sus casi 100 años de historia'

Foto: Natalia Rovira

Este planteo del equipo es posible porque, si bien está conformado por algunas basquetbolistas jóvenes que quieren ir haciendo camino, la mayoría juega hace bastante, sobre todo las que provienen de Paysandú. “Creo que lo más importante es terminar unidas y siendo un equipo tanto dentro como fuera de la cancha”, puntualizó el DT.

Por su parte las jugadoras consideran que para ser el primer año se forjó un gran grupo humano. “Nos llevamos todas muy bien y de a poco nos vamos conociendo en la cancha. No es una tarea fácil, pero trabajamos muy duro en la semana para ir creciendo cada una en lo individual y así poder llevarlo a lo colectivo, que es un factor muy importante”, sostuvo Florencia Canabal.

Desde hacía algunos meses se venían preparando, por lo que al comienzo llegaron con práctica y muy ansiosas. Trouville ganó su debut frente a Montevideo 56-30. “Comenzamos ganando nuestro primer partido, aplicando lo que veníamos entrenando, porque por suerte este año hay una liga muy competitiva”, consideró Canabal. En los siguientes partidos han acumulado cuatro derrotas.

La idea que tienen como grupo es plantearse objetivos a corto plazo, “partido tras partido vamos a ir por más, y eso también es gracias al apoyo y la confianza que nos brinda Gastón como técnico, Pablo Morales ‒que nos entrena también una vez a la semana ayudándonos un poco más en la técnica individual‒ y Lucía, nuestra psicóloga, que siempre está ahí al firme, trabajando con cada una de nosotras y con el equipo entero. Estamos muy contentas con el equipo que se formó, y trabajando muy duro para conocernos más en cancha y que el juego se dé cada vez más fluido”, finalizó.

La primera

Si bien Trouville nunca antes había tenido un equipo femenino de básquetbol, la primera jugadora en debutar oficialmente con la camiseta del club fue Victoria Cantero, en un partido de formativas en categorías mixtas, en las que juegan niños y niñas indistintamente. Lo hizo el 3 de mayo de 2013.

Victoria dejó Trouville para jugar en Bohemios cuando llegó a sub16, ya que el rojo no tenía equipo de mujeres y el básquetbol formativo en las categorías más grandes comprende la división entre masculino y femenino. Actualmente está jugando la LFB en Bohemios.