La segunda carrera del campeonato de Fórmula 1 brilló nuevamente gracias a un duelo entre Charles Leclerc y el campeón Max Verstappen, igual que la semana pasada en Baréin, pero esta vez fue el neerlandés quien se llevó la victoria. La disputa entre ambos pilotos, que son rivales desde las categorías juveniles, confirmaría que las nuevas regulaciones de la categoría favorecen la competencia cercana y los sobrepasos.

El Gran Premio de Arabia Saudita se disputa en la ciudad de Yeda, donde el viernes hubo una explosión en un depósito de combustible, que tanto las autoridades como la organización de la competencia prefirieron no comentar, pero que seguramente será tema de discusión entre los pilotos, en un escenario de conflicto en Europa.

El circuito de Corniche reúne dos características que pocas veces van juntas: es muy veloz y a la vez es una pista callejera, rodeada de muros. Es, por lo tanto, un trazado difícil, propicio a accidentes fuertes –el joven Mick Schumacher se pegó feo en la clasificación del sábado y no pudo correr– que vuelven impredecible el transcurso de la carrera debido a la entrada de autos de seguridad que alteran las estrategias previas de los equipos.

La carrera de este domingo fue afectada por un par de estos imponderables. El primero de los accidentes lo padeció Nicholas Latifi, pero el gran damnificado fue Sergio Pérez. El mexicano por primera vez había conseguido una pole position (eso fue el sábado) y lideraba la carrera cuando tuvo la mala fortuna de entrar a boxes una vuelta antes del problema de Latifi. Cuando los demás punteros entraron a cambiar gomas, lo hicieron bajo condiciones de auto de seguridad, por lo que no les “costó” tanto tiempo y emergieron delante del mexicano. Hablamos de Leclerc, Verstappen y Sainz, que se mantuvieron en ese orden a falta de cinco vueltas para terminar la carrera.

Entonces, tras la entrada de un nuevo auto de seguridad debido a fallas en los autos de Fernando Alonso (que se dedicó a batallar contra su compañero de equipo, Esteban Ocon) y Daniel Ricciardo, la carrera se retomó con los Red Bull en modo ataque total. Allí fue que Verstappen le quitó la punta a Leclerc en la penúltima recta, sólo para que este la retomara en la recta siguiente gracias a las posibilidades que brinda la nueva configuración de los autos, que permite que “se sigan” más de cerca que antes, combinado con el ya probado sistema DRS, que da una ventaja al perseguidor.

El monegasco y el neerlandés jugaron tácticamente, hasta que nuevas banderas amarillas ralentizaron la competencia, hasta llegada la bandera a cuadros. Los pilotos debieron mantener sus posiciones en el momento en que Leclerc se aprestaba a lanzar su ataque, por lo que Verstappen llegó delante. Detrás de ambos arribaron Sainz y Pérez.

El resultado confirma el buen momento de Ferrari, tras años de ausencia, pero sobre todo devuelve a Red Bull al lugar de favorito, que se había puesto en duda tras el doble abandono de la semana pasada. En este sentido, es muy atendible lo que dejó entrever Leclerc tras la carrera: que Ferrari había priorizado el tránsito en las curvas, mientras que Red Bull había configurado sus autos para lograr velocidad en rectas, en tendencias opuestas a lo que venían haciendo ambos equipos en la última década. Será un campeonato con muchas batallas técnicas, por lo visto.

Mercedes Benz, en tanto, volvió a girar en forma discreta. El heptacampeón Lewis Hamilton había largado desde la posición 15, sin ningún problema aparente en su coche, y su remontada en carrera lo llevó sólo hasta el décimo puesto. Su compañero, el veinteañero George Russell, llegó quinto. Todo indica que la nueva generación de pilotos ha tomado el relevo.

Resultados (Top 10)

1 M. Verstappen - Red Bull
2 C. Leclerc - Ferrari
3 C. Sainz Jr. - Ferrari
4 S. Pérez - Red Bull
5 G. Russell - Mercedes
6 E. Ocon - Alpine F1 Team
7 L. Norris - McLaren
8 P. Gasly - AlphaTauri
9 K. Magnussen - Haas
10 L. Hamilton - Mercedes