Entran al vestuario bailando. Las jugadoras tienen mucha energía, son muy divertidas. Profesionales a la hora de entrenar, formaron un cortejo de aplausos para que el ingreso al vestuario del cuerpo técnico y los colaboradores sea bailando. Con ese clima festivo vivieron el día de la final. Muy concentradas, porque trabajaron muchísimo para lograr el objetivo. En el partido anterior contra Liverpool se notó; iban ganando por gran diferencia de goles y en ningún momento perdieron la concentración, seguían metidas en el partido. En lo previo a la cuarta fecha, que se armó como final, trabajaron mucho en los detalles, porque en un segundo de distracción se podía perder el partido. También trabajaron en que la disputa se podía dar de una forma no pensada; debían estar preparadas para eso. Se les dijo que podían empezar ganando, confiarse y perderlo, que podían empezar perdiendo y que tenían la capacidad de darlo vuelta; se trabajó mucho en la confianza, en que vieran que tenían condiciones para ganar el partido.

“Les dijimos que podíamos hacer historia, que dejaran todo, aunque ya sabíamos que lo iban a hacer. Cuando nos metieron el primer gol, al ir al vestuario fueron con la cabeza gacha. El cuerpo técnico jamás dejó de apoyarlas, les dijeron que estaban bien, que fue un gol y que, ajustando ciertas cosas, se podía salir adelante. El coach les dijo que ellas eran capaces de hacer historia, y con ese resultado parcial, de hacerla de forma épica, de marcar una gran hazaña”, explica Gómez.

Y así fue, las mujeres de Defensor Sporting estaban convencidas de que podían, entraron y lo dieron todo. Hoy son creadoras de la historia del fútbol femenino uruguayo, y no con un partido más, sino con uno muy difícil, con un rival como Nacional, favorito, que iba por el bicampeonato.

“Nos habían pinchado desde la transmisión. Le preguntaron a la capitana cuál era nuestro objetivo, ella dijo ‘salir campeonas’ y en la transmisión dijeron ‘bueno, un objetivo un poco alto, el año próximo lo van a poder lograr’. Nosotras teníamos ese audio y nos despertó rebeldía”, cuenta la coordinadora de Defensor Sporting femenino, tras salir campeona con una institución que encabezó.

Ana Gómez diseñó un proyecto de fútbol femenino y lo presentó a Defensor. Uno de sus objetivos a largo plazo era que el equipo levantara la copa del Campeonato Uruguayo, meta que cumplió el domingo, cuando la viola le ganó 2-1 a Nacional y las mujeres de este equipo se coronaron campeonas por primera vez en la historia del fútbol femenino uruguayo.

La historia detrás

Gómez, que siempre estuvo vinculada al fútbol femenino, primero como jugadora y luego al profesionalizarse en el rubro deportivo, viajó a Alemania en 2018 a hacer un curso de gestión deportiva a través del programa Ellas Juegan. Al regresar, tenía intenciones de trabajar en el Mundial femenino sub 17 realizado en Uruguay, porque ya lo había hecho en la Copa Libertadores, pero no la llamaron.

“Trabajó todo el mundo menos yo, y me bajoneé. Por otra parte, desde el primer año que trabajé con el fútbol femenino en Uruguay Montevideo, quería ir a Defensor, que no tenía rama femenina. Me gustaba el perfil, desde niña me simpatiza bastante porque sabía que trabajaban de manera profesional, desde una perspectiva social y familiar. Ese perfil se ajustaba al proyecto de fútbol femenino que yo quería”, cuenta.

Entonces se acercó durante dos años consecutivos a presentar su proyecto al equipo del Parque Rodó, pero lo rechazaron. En 2018, cuando Conmebol puso como condición para la competencia internacional del fútbol masculino la obligación de tener un equipo femenino, el conjunto violeta formó una comisión de evaluación de proyectos para formar esta rama de la disciplina. Ese año lo pudo presentar en abril y evaluaron todas las propuestas recibidas, entre las que estaba una de Colón FC, campeón uruguayo en cuatro oportunidades, que pretendía jugar bajo el nombre de Defensor. Finalmente, en noviembre aceptaron el proyecto de Gómez e hicieron una conferencia de prensa para darlo a conocer.

“Les dijimos que podíamos hacer historia, que dejaran todo, aunque ya sabíamos que lo iban a hacer”.

Una de las características del plan implica que el club reconozca al fútbol femenino como una parte integrada, porque Gómez ya había trabajado en otros clubes en los que dentro de la propia institución había personas que ni siquiera sabían que tenían equipo femenino. En su esquema se determina que el femenino es una parte más, se debe trabajar con el fútbol de mujeres al igual que se trabaja con los varones, con todo el apoyo y desde una formación integral de jugadoras, con formativas y siempre con una visión profesional.

Para eso, debía contar con un equipo completo, y esa fue una de las fortalezas de este grupo. Con Joaquín Ferro, el coordinador deportivo, Líber Correa, el director técnico, Juan Saralegui, el ayudante, Vanesa Fernández y Crizia Romero, las preparadoras físicas, Carlos Mazek, el entrenador de goleras, Gonzalo Manassi, el psicólogo, Rodolfo Tullén, el coach, Moriana Arevalo, la doctora, Joana Colina, la kinesióloga, y Gonzalo Bortoli, el equipier, Defensor les otorga todas las herramientas necesarias a las jugadoras.

“Desde el primer momento yo tenía como objetivo trabajar de esa manera. Suelo escribir las cosas que deseo, no para que se cumplan, sino que voy escribiendo las ideas para bajarlas a la realidad. La idea era ascender el primer año y el tercero salir campeonas. Como fuimos trabajando y se fue dando, todo pasó a ser un objetivo realizable”, explicó.

Otra de las metas del proyecto residía en marcar la diferencia, no ser un equipo más que se sumaba, sino mostrar un modelo diferente de fútbol femenino. Desde la gestión buscaban ser competitivas en lo profesional, para que las mujeres se quisieran acercar a Defensor.

“Nosotros pagamos viáticos muy bajos y las jugadoras que se acercaron, que son brillantes, vinieron igual. Eso es por cómo se trabaja acá. Buscamos que sea familiar, sin tanta rivalidad. Nunca vamos a salir a jugar sucio a ver si sacamos a una jugadora de la cancha. Está basado en esos valores, eso es lo que implícitamente les queremos dejar a las chiquilinas. Ya lo tenemos muy arraigado pero fue siempre parte de la idea”, sostuvo.

Ana Gómez.

Ana Gómez.

Foto: Federico Gutiérrez

La realidad

El equipo entrena en el complejo de juveniles, tiene a disposición una cancha sintética con luces y otra de césped natural, en ambas tienen prioridad. Disponen de un complejo con un gimnasio totalmente equipado y las canchas a disposición “que te permiten prepararte de otra manera”. Piden más, “porque se notan las carencias, si querés seguir creciendo y trabajar profesionalmente, el club tiene que brindar más apoyo”. Actualmente, pagan viáticos “y eso está buenísimo”, pero muchas veces eso no cubre los boletos que realmente gastan las jugadoras para llegar, “entonces hay que ir acompañando el crecimiento del proyecto”.

“Cuidamos mucho lo que mostramos para afuera. Yo volví a ver el partido y era un espectáculo de primer nivel, pensaba ‘qué bien que trabajamos que no se notan las falencias que tenemos’, porque hay falencias, nos faltan cosas, como mejorar la indumentaria, pero el espectáculo se brinda bien, esa es la idea”.

El año pasado fue particular para el fútbol femenino, que se había visto afectado por la pandemia y posteriormente por un conflicto entre los clubes y la AUF. Los clubes comenzaron a trabajar en conjunto y a cuestionar la gestión de la AUF, desde el interés de saber cómo se gestiona esta rama del fútbol.

“Antes el delegado que iba a las reuniones de la AUF era un padre que estaba dando una mano, ahora es una persona formada que está representando al club con sus cuestionamientos, asesorados por el club, surgen las preguntas”, alegó Gómez, quien considera que el fútbol femenino está creciendo de a poco y a nivel general, pero no mucho para la interna de los clubes.

“Al club no le entra nada, nos cuestionamos desde ese lugar. Pudimos ver los balances como en cualquier lado, somos parte de la AUF y las cuentas tienen que estar”, consideró.

En el caso de Defensor, las jugadoras fueron avisadas de lo que estaba sucediendo: “Yo les expliqué que estamos de su lado y la forma de lograr las cosas a veces es teniendo que dejar de jugar. El camino fue largo, hubo mucha desmotivación, pero al final aprovechamos con los amistosos y nos preparamos mejor, aunque al principio queríamos que terminara ya”.

Suerte que viniste

Tuvieron la dicha de contar en su plantel con Juliana Castro, una jugadora referente del fútbol femenino uruguayo. Castro es la máxima goleadora en actividad del fútbol femenino de la AUF. Para Gómez, su rol fue fundamental para fortalecer al equipo, porque lo fue potenciando al trabajar con cada una de las jugadoras.

“Para nosotros fue una felicidad enorme cuando nos dijeron que venía. Le habían hecho otras propuestas, de dirigir, jugar en otros lados que económicamente le servían más. Ella no se mueve por eso, dijo que venía porque íbamos a salir campeonas y hasta el día de hoy se lo agradezco”, expresó.

Castro no es referente solamente en lo futbolístico, fuera de la cancha también, sus compañeras sostienen que es una gran persona y que eso se ve día a día. “Es de las más humildes, siempre acercándose a las demás, tanto al equipo como a quien sea. Está bueno jugar al fútbol y brillar en lo que a uno le gusta y quiere hacer, pero si lo acompañás con una jugadora como Juliana, mucho más”, agregó Gómez.

Defensor alcanzó su principal objetivo y ahora debió trazarse nuevas metas. En principio, competirán en la Copa Libertadores 2022. “Si bien siempre vamos por todo y nos vamos a plantear objetivos reales, vamos a trabajar de lleno en representar bien al país en esta copa. Otro objetivo es crear una escuelita, para que niñas se acerquen al club a jugar y practicar la disciplina”, finalizó Gómez.