Sofía Deambrosi tiene 30 años, es uruguaya y vive en Reino Unido desde los 18 años. Aunque es economista y contadora, no deportista profesional, un día se propuso atravesar el enorme océano Atlántico remando junto a tres amigas en un equipo que llamó The Bristol Gulls (las gaviotas de Bristol), ¡y se convirtió en la primera mujer sudamericana en lograrlo!

¿Qué sentiste cuando cruzaste el Atlántico a remo? (Fabri)

Sentí muchas cosas. Al salir, mucho entusiasmo y también un poquito de miedo, aunque era más bien una ansiedad por salir. Después de la primera semana, mucho cansancio físico y mental. Empezaron a romperse cosas y nos peleábamos y amigábamos, aunque al final llegamos muy unidas al otro lado. Y cuando cruzamos la meta, fue una mezcla de alivio, felicidad y sentirnos realizadas, después de tanto esfuerzo y tanta preparación.

¿Qué comiste en el viaje? (Fabri, Tina, Bili606, Fafa y Lechuga la Ajolotita)

Comimos muchas cosas, pero con poca variedad. Teníamos comidas deshidratadas, como arroz con verduras, con pollo, o pasta de diferentes formas. Eso está seco, pero hervíamos agua con una garrafita de gas para poder comerlo. También barras de cereal y de avena, galletas de avena, barras de chocolate, cosas que nos dieran energía todos los días.

¿Cuál fue la situación más peligrosa que pasaste en tu recorrido? (Katniss)

Se nos dio vuelta el barco a mitad de camino. Había olas muy grandes y yo estaba sola remando (las demás estaban en la cabina). Quedé abajo del barco y tuvimos que hacer un procedimiento para darlo vuelta. Perdimos algunas cosas y un remo se nos rompió. Lo importante es que nadie se lastimó. Estábamos atadas al barco y ninguna sufrió peligro.

Crédito: The Bristol Gulls

Crédito: The Bristol Gulls

¿Cuánto tiempo te llevó cruzar el océano y a qué país llegaste? (Panazito)

Salimos desde La Gomera, una de las Islas Canarias de España (frente a África) y llegamos a Antigua y Barbuda, una isla en el Caribe. Estuvimos 46 días remando.

¿Cuál de los animales que viste te impresionó o te gustó más? (Lechuga la ajolotita)

Vimos orcas luego de la Navidad y eso fue impresionante. Eran las cuatro de la mañana, estaba todo oscuro alrededor nuestro y un grupo de orcas comenzó a hacer círculos alrededor del barco. Nos dimos cuenta porque escuchamos el sonido que hacen cuando largan agua y porque pudimos ver las aletas dorsales y las partes blancas del cuerpo. Fue mágico, las escuchamos comunicarse abajo del agua. Creo que estaban evaluando qué éramos nosotros y si éramos un peligro. Luego de un ratito de nadar con nosotros, desaparecieron.

¿Te dio miedo que hubiera algún tiburón en tu camino? (Hermione 2.0)

Sí, pero teníamos una radio en el barco y podíamos comunicarnos. Una vez nos avisaron que había tiburones no muy lejos de nuestro camino y nos aconsejaron que fuéramos más al sur. ¡Nos cuidamos de no pescar ni tentar a los tiburones!

¿Qué cosas llevaste en la travesía? (Blueberry)

Lo imprescindible y nada más: comida para 55 días, agua de emergencia y dos mudas de ropa. Bueno, también un loro de peluche que me hizo compañía. Cuando me enojaba y no tenía a nadie para hablar, le hablaba al loro. Algunos días me salvó porque precisaba descargarme.

¿Qué fue lo más raro que viste en el mar? (Luna13)

En un momento todo el horizonte se llenó de delfines, eran cientos que por un par de minutos pasaron pegaditos al bote y hasta saltaban por arriba de los remos. Fue una experiencia mágica.

¿Qué tipo de criaturas te encontraste en ese largo trayecto? (InterroganteF)

Además de orcas y delfines, encontramos también ballenas minke, que son muy solitarias. Un par de ballenas nos acompañaron unos días. Parecía que nos cuidaban y querían jugar con nosotras.

¿Cuánto tiempo te llevó prepararte para ese momento? (Bruno L)

Un año y medio, pero empecé con la idea dos años y medio antes de salir. Comencé a formar el equipo de a poquito, y luego a mitad de 2019 llegó el entrenamiento, la planificación y la construcción del barco, y también la preparación mental que lleva.

¿Cómo fue remar desde un extremo del mundo hacia el otro lado y cómo sobreviviste? (Martinfierro10)

Hay que pensar siempre en objetivos a corta distancia. Hay que pensar en remar sólo dos horas, recuperarse y luego prepararse para otras dos horas y así sucesivamente. Si empiezas a pensar en todo lo que falta puedes perder la cabeza.

Foto del artículo 'Sofía Deambrosi, la primera sudamericana en cruzar a remo el océano Atlántico'

¿Por qué decidiste cruzar el océano remando y qué te motivó? (Aky y Proyecto XVI)

Me encanta el océano, la aventura y remar. Esta expedición juntaba muchas cosas que yo amo hacer. Cuando supe que existía esta posibilidad, no hubo vuelta atrás, sabía que lo debía hacer. Pero antes tuve que entender los riesgos, prepararme bien y esperar a estar en una mejor posición económica para hacerlo.

¿Cómo lograbas descansar en un bote de remo sin que las olas hundieran el barco? (Pato)

El barco está diseñado para sobrevivir y soportar esas condiciones. Es un barco pequeño con ocho metros de largo y sin quilla, lo que lo hace muy inestable. Nos rompían olas arriba del barco, pero como la cubierta era abierta se desagotaba rápido. También tuvimos que remar estratégicamente para evitar que las olas pegaran en el costado del barco, que es lo peor.

¿Hiciste escalas en alguna isla? (Juan)

No hubo escalas en ninguna isla, hicimos directo 46 días sin parar.

¿Qué te dijeron las personas cuando decidiste cruzar remando el océano Atlántico? (Sarita_Hey)

¡Muchas cosas! Si hubiese escuchado todo lo que me dijeron, nunca hubiese salido. A mi familia no le hizo gracia, mis padres estaban muy preocupados, pero mi hermano y mi hermana me dieron para adelante. Yo soy muy determinada y cuando quiero algo lucho mucho y lo consigo, si depende de mí.

¿Cuántos años tenías cuando hiciste ese trayecto? (Agente I.C)

Recién había cumplido 29. Cumplí años el 2 de diciembre y salimos el 12 de diciembre de travesía.

¿Cómo era el barco en el que fuiste? ¿No te dio un calambre? (Hermila Turquesa)

Tenía dos cabinitas en los extremos, donde dormíamos en unos colchoncitos como los que se usan para yoga. Dormíamos de a una a la vez, porque más de una no entraba. La cubierta era destapada, siempre al aire libre. Había tres asientos para remar. ¡Me dieron calambres varias veces! Es difícil mantener la nutrición adecuada en medio del mar, por la comida disponible.

¿Qué se siente hacer algo tan extremo? (Policarpa Salvarrieta)

Me acostumbré a que pasó a ser algo normal. Yo trabajaba en finanzas y luego pasaba a entrenar tres, cuatro o cinco horas por día. Se convirtió en un proyecto normal y lo dejé de ver como algo extremo. Yo soy muy normal, como cualquier otro, y si lo puedo hacer yo, lo puede hacer otra persona que tenga la determinación y la perseverancia para hacerlo. Si lo ves como algo muy extremo, te hacés la cabeza de que es más difícil. El océano siempre te pone a prueba, entonces hay que respetarlo y tener mucho cuidado.

¿Te cansaste mucho? (Tina)

Sí, mucho en el día a día. Teníamos que hacer un balance entre esforzarse lo suficiente pero de tal modo de poder seguir luego de dos horas. Te cansás pero nunca al extremo, aunque tuvimos días en que algunas estábamos lesionadas o teníamos dolores musculares, y eso obviamente no ayuda. ¡Cuando llegamos nos dimos cuenta lo cansadas que estábamos! Claro, no dormíamos más que una hora y poquito de corrido.