Ayer por la noche llegó a Uruguay el primer cargamento de las vacunas del laboratorio Pfizer que adquirió el gobierno, que van a ser administradas al personal de la salud y a la población de los residenciales para adultos mayores. Según todas las encuestas, esta vacuna despierta mucho más confianza entre la ciudadanía que la del laboratorio chino Sinovac (Coronavac), y de hecho muchas de las personas que ya se vacunaron con esta última ahora quieren la del laboratorio norteamericano. “Es una locura, de un día para otro acá se llenó de gente que viene a devolver sus anticuerpos con el argumento de que le queda mejor llevar en la sangre los que genera la vacuna de Pfizer”, relató un enfermero que trabaja en un vacunatorio. “La verdad es que vivimos momentos bastante tensos, porque mucha gente se enojó cuando le explicamos que los anticuerpos que tienen ya no se pueden sacar”, agregó el enfermero.
Muchos de quienes se acercaron a los vacunatorios a devolver sus anticuerpos afirman sentirse “engañados”. “Yo cuando me vine a dar la vacuna asumí que los anticuerpos tenían cambio. Las cosas chinas tienen que tener cambio, eso es de sentido común. Se sabe que el riesgo de que salgan berretas es muy grande”, se quejó una mujer que ayer se había hecho presente en el Antel Arena. “Yo le pregunto al señor ministro: ¿usted compraría un celular chino si le dicen que no tiene cambio? ¿Verdad que no? Bueno, con la vacuna debería ser lo mismo, ¿no?”, lanzó.