Ante la siempre latente amenaza de amanecer un día con un mural hiperrealista del rostro de Jorge Baillo pintado en la fachada de su edificio, cada vez son más los montevideanos que optan por instalar protecciones anti-Gallino en sus hogares. La práctica se extiende por los barrios céntricos de la capital uruguaya y los expertos aseguran que es inminente la expansión hacia el interior del país.

“En esta copropiedad somos más de 20 familias que vivimos aterrorizadas por la chance de ser blanco de GallinoArt: nuestros hijos no duermen por las noches, temerosos de que en la mañana se topen con un retrato gigante del Cacha [Egidio] Arévalo Ríos y su señora... Dijimos basta”, explicó un vecino del barrio Cordón, quien prefirió reservar su identidad.

“Es un esfuerzo económico importante: hay que poner alambrados, vidrios en los muros, pinturas antiadherentes en todas las superficies... pero creemos que vale el sacrificio: ya no podemos vivir en esta angustia constante que, además, algunos cínicos llaman ‘sensación térmica’; esto es realidad pura y dura, señores; el terrorismo muralhiperrealistagallinista debe terminar”, concluyó el hombre, visiblemente afectado.