A pesar del pronóstico alentador de Francisco Bustillo sobre el buen clima que iba a primar en la cumbre del Mercosur, el propio ministro de Relaciones Exteriores protagonizó un cruce con su par argentino, Santiago Cafiero, durante la reunión del Consejo del Mercado Común de ayer. Pero las esperanzas de Bustillo de una cumbre sin mayores fricciones se terminaron de desvanecer en horas de la noche cuando el presidente Luis Lacalle Pou llegó a Asunción y comprobó que nadie le había hecho un regalo por el día del amigo. Según una fuente de la cancillería, “el presidente sabía que iba a ser una cumbre difícil, porque sus anuncios sobre la posible firma de un tratado de libre comercio con China ya habían despertado críticas. De hecho, él disfruta un poco el hecho de que sus acciones generan tensiones. Pero cuando vio que no le regalaron nada, sintió que a lo mejor se le había ido la mano”.

Este episodio seguramente genere un cambio en la estrategia de Lacalle Pou para esta cumbre. “La idea inicial era salir con un discurso correcto y respetuoso, pero también firme. Y si había alguna respuesta dura, se iba a redoblar la apuesta. Pero ahora, con esto de los regalos, seguramente el presidente opte por una estrategia menos confrontativa, porque tampoco es cuestión de quedarse sin amigos”, explicó la fuente consultada.

La frase: “De Alberto Fernández esperaba algo así, pero Jair Bolsonaro terminó de confirmar que es un falso. Su amistad terminó siendo una gran mentira”. Luis Lacalle Pou.